La nueva estimación publicada en el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, implica que el consumo de "oro negro" del planeta superará este año en 1.59 mbd (un 1.64 por ciento) al de 2017 (de una media de 97.01 mbd).
Por Wanda Rudich
Viena, 12 de febrero (EFE).- La OPEP corrigió hoy al alza su previsión sobre la demanda mundial de crudo en 2018 al cifrarla en 98 mil 60 millones de barriles diarios (mbd), 90 mil barriles diarios más de lo calculado hace un mes, "en reflejo de la positiva perspectiva económica".
Esa nueva estimación, publicada en el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), implica que el consumo de "oro negro" del planeta superará este año en 1.59 mbd (un 1.64 por ciento) al de 2017 (de una media de 97.01 mbd).
La revisión se basa en el "constante aumento de las actividades económicas" a nivel mundial, el incremento del uso de combustible en el sector del transporte impulsado por las crecientes ventas de vehículos en Estados Unidos, China e India, "así como los proyectos expansivos en el sector petroquímico", precisa el documento.
No obstante, la OPEP advierte de que la demanda petrolera tiende a verse limitada "por un serie de factores" relacionados sobre todo con los esfuerzos para reducir el calentamiento global.
Entre esos elementos destaca la paulatina sustitución de los combustibles fósiles por otras energías alternativas en los países más industrializados, las medidas para mejorar la eficiencia energética y la reducción de los subsidios al sector.
También "se espera" que la digitalización y el desarrollo tecnológico en varios sectores conllevará un freno "relativo" del consumo de crudo.
No obstante, "se prevé que, al menos a corto plazo, continuará la estrecha correlación entre el crecimiento económico y la demanda petrolera".
En este contexto, la OPEP recuerda que, debido a la recuperación de la coyuntura mundial, el aumento acumulado del consumo de crudo entre 2015 y 2017 alcanzó los 5 mbd.
En cuanto a la oferta, mientras la organización y otros diez aliados, entre ellos Rusia, prevén cumplir con el compromiso de mantener limitados sus suministros hasta fines de 2018, se prevé que varios de sus rivales, sobre todo Estados Unidos, Canadá, Brasil y Reino Unido, abrirán sus grifos.
El mayor aumento provendrá de EU que, con un bombeo de 15 mil 63 mbd de media -un 9.09 por ciento más que en 2017- continuará este año reduciendo su dependencia de las importaciones extranjeras gracias, sobre todo, a la explotación del petróleo de esquisto o lutita.
Si bien la producción bajará en algunos países como Rusia, China, México, Noruega y Colombia, en total, los suministros ajenos a la OPEP subirán hasta mediar 59 mil 26 mbd, 1,40 mbd más que en 2017.
Por su parte, en enero pasado los 14 miembros de la organización extrajeron juntos 32,30 mbd, 8.100 mbd menos que el mes anterior, según los cálculos de "fuentes secundarias", es decir, de diversos institutos independientes, publicados en el informe.
Este crecimiento de la demanda, sumado al recorte de la oferta de 24 productores vigente desde el 1 de enero de 2017 y hasta el 31 de diciembre de 2018, son las principales causas de la fuerte recuperación de los precios del crudo.
A estos factores se sumaron en enero "tensiones geopolíticas y un dólar más débil", así como una mayor especulación financiera con contratos de petróleo en los mercados internacionales, todo lo cual resultó en un encarecimiento del barril hasta niveles que no se veían en más de 3 años, desde noviembre de 2014.
El barril referencial de la OPEP se vendió en enero a una media de 66.85 dólares, un 7.7 por ciento más que el mes anterior y un 27.6 por ciento más que en enero de 2017, recuerdan los expertos de la organización.
No obstante, las cotizaciones han reinvertido la tendencia, cayendo en picado en los últimos seis días, "presionados por la debacle de las bolsas mundiales causado por el temor a la inflación", así como por un aumento mayor de lo esperado de la producción petrolera en Estados Unidos .
Así, el crudo de la OPEP cerró la semana pasada a 61,52 dólares por barril.