Ciudad de México, 12 de enero (SinEmbargo).– México continúa siendo uno de los países más violentos del mundo, donde no están garantizadas las condiciones para una vida segura, de acuerdo con los Indicadores de Gobernabilidad Sostenible (Sustainable Governance Indicators), un análisis realizado entre los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El reporte también alerta sobre las condiciones democráticas del país y sobre la corrupción. “A pesar de una creciente orientación hacia normas jurídicas, México recibe una puntuación relativamente baja en lo general (rango 34) con respecto a la calidad de la democracia. Las disputas electorales son comunes, pero en general se resuelven satisfactoriamente. Las partes son financiadas públicamente, con restricciones de gastos ajustados. Los medios de comunicación son independientes del gobierno, pero los temores de seguridad afecta la cobertura de la corrupción de los cárteles”.
“Las fuerzas militares y policiales violan los derechos civiles. Mientras la discriminación abierta varía, las divisiones de clase siguen de cerca las divisiones raciales. La seguridad jurídica está mejorando, pero se ve socavada por la violencia relacionada con las drogas. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se ha vuelto más independiente y asertiva. La corrupción es un grave problema a nivel local y regional”, señala respecto a la fortaleza de las instituciones democráticas.
El Safe Living Report o Reporte sobre Vida Segura de 2014 indica que México “se encuentra entre los países más peligrosos, principalmente como resultado de la actividad criminal”. También dice que la cantidad de violencia política es muy pequeña para un país del tamaño de México).
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El reporte indica que el país tiene una tasa de homicidios apenas mejor que la de Honduras, pero es tan mala como la de Colombia. “La razón principal de esta alta tasa de homicidios es que México se ha convertido en un centro importante para el tránsito de drogas ilegales a los Estados Unidos. En una brutal competencia entre sí, las bandas criminales de México, o los carteles, han llevado a cabo actos horribles y asesinado.
Los Indicadores de Gobernabilidad Sostenible son realizados por la consultora Bertelsmann Stiftung, que evalúa no sólo condiciones de seguridad sino también de gobierno y democracia.
“En 2006, el Presidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), lanzó la llamada guerra contra el drogas una prioridad política. Sin embargo, la tasa de homicidios desde 2006 aumentó. La razones de este aumento son complejas y pueden ser atribuibles del todo al gobierno. Pero la política antidrogas de Calderón claramente no tuvo éxito”, dice el reporte.
“La administración de Enrique Peña Nieto ha criticado al gobierno de Calderón por confiar demasiado en la fuerza para atacar el problema de las drogas, pero no está claro si México tiene alguna alternativa. México ha mejorado la eficiencia de sus operaciones en la lucha contra el crimen, pero todavía hay problemas derivados de la falta de cooperación burocrática y la inmensa escalada de la actividad criminal”, agrega el reporte 2014.
A la pregunta de si las políticas sociales facilitan una sociedad mexicana libre y equitativa, la respuesta es negativa.
“A pesar de que las reformas abordan las debilidades, México ha caído a nivel internacional (puesto 39) en el área de las políticas sociales. Los resultados educativos son pobres. Las reformas han debilitado el poderoso sindicato de maestros. La división social es considerable, y con bajos ingresos fiscales, la redistribución es mínima”.
Calidad de la atención de salud es muy variable, dice el reporte. “Los trabajadores formales tienen generalmente seguros, mientras que las políticas se han extendido a la cobertura de muchos trabajadores informales. Las políticas familiares son mínimas; las zonas urbanas son de apoyo de los derechos de las mujeres, pero las mujeres más pobres tienen pocas oportunidades en el mercado laboral”.
El indicador recuerda que se está introduciendo una pensión universal, pero “la política de integración es prácticamente inexistente”.