Diana del Ángel es poeta, pero su escritura cotidiana no le servía para homenajear y dejar en texto toda la lucha por justicia para la muerte y tortura de Julio César Mondragón, el único cuerpo que apareció (mutilado) de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa. Vio la crónica y este es el libro, realizado gracias a la Primera Residencia de Creación Literaria Ventura + Almadía, llevada a cabo durante enero y febrero de 2017, en Oaxaca.
Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).- En la Feria Internacional del Libro en Oaxaca, Diana del Ángel presentó Procesos de la noche junto a la viuda de Julio César Mondragón.
No se puede medir el dolor, pero quizás para consuelo de Marissa Mendoza es que el sufrimiento de su pariente muerto es compartido por todos los mexicanos.
Procesos de la noche narra la odisea judicial que la familia de Julio César Mondragón tuvo que emprender para poder esclarecer la verdad sobre su asesinato, en busca de justicia que es lo que pidió Marissa en Oaxaca.
El caso de Julio sobresale por haber sido la evidencia más explícita de la violencia empleada en Iguala contra los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, y que derivó en la desaparición de 43 jóvenes que todavía siguen desaparecidos.
La autora nos comparte su experiencia con el colectivo El Rostro de Julio, que ayudó a la familia del normalista a lograr que se le realizaran estudios forenses que determinarán los pormenores de su muerte y la manera en que el rostro de Julio había sido desprendido de su cuerpo.
Este libro detalla los innumerables trámites que hicieron viajar al equipo por juzgados de Veracruz, Guerrero, Estado de México y la capital del país, así como la apatía, la precariedad y la frialdad con que trabajan sus empleados.
La crónica de Diana del Ángel también nos muestra la capacidad de lucha y entrega a la que es capaz de llegar un sector de la sociedad cuando se trata de buscar la justicia.
Diana del Ángel (Ciudad de México, 1982). Poeta, ensayista y defensora de derechos humanos. Ha sido becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas de 2010 a 2012, y del FONCA, en su programa de residencias artísticas, gracias al cual realizó una estancia de escritura en Montreal, Québec (2014).
En noviembre de 2016 obtuvo la primera residencia de creación literaria otorgada por Fondo Ventura y la editorial Almadía, para terminar un libro de crónicas sobre el caso de Julio César Mondragón Fontes.
“Procesos de la noche nos insta a no olvidar ni a dejar que la inercia nos gane: para que no se repita la historia, para que jóvenes talentosos como Diana del Ángel nunca más tengan que ser los cicerones de este dantesco infierno en que se ha convertido México”, ha dicho Elena Poniatowska.
–¿Es México un país sin rostro después del caso de Julio César Mondragón?
–Creo que no del todo, pero fue una herida muy fuerte, por todo lo que representó. El caso de Julio es la otra cara de la desaparición de los 43 compañeros y pues en el contexto de todo lo que hemos vivido es una herida lacerante y profunda.
–La desaparición de los 43 de Ayotzinapa y el rostro sin rostro de Julio César Mondragón, ¿nos hace sentir en este país más cerca de la muerte que de la vida?
–El mensaje que ellos quisieron hacer llegar esa mañana, con el rostro sin rostro y el cadáver de Julio, tiene que ver con un mensaje de muerte, con un mensaje de miedo, a que temamos que nos pueda ocurrir eso. Hay un grado de violencia muy alto desde hace varios años y se ha ido agudizando con el paso del tiempo. Creo que a pesar de eso hay gente que enfrenta esas muertes y esa violencia cuidando la vida y haciendo acciones por la vida. Me interesa mucho que mi libro sea leído como una escritura de la vida a pesar de que hable de la muerte.
–¿Cómo fue que te metiste en este tema?
–Me conmovió muchísimo la desaparición de los compañeros, conozco a mucha gente y tengo una amistad con la abogada del caso, Sayuri Herrera, que la familia de Julio le pidió asesoría y ella me invitó a que la acompañara. Así empecé a escribir crónicas, había un interés de Marissa para que escribiera algo y para mí fue muy importante acompañar este proceso de la familia.
–No eres narradora, no eres periodista, ¿cómo te acercaste a la página en blanco?
–Yo estudié letras y soy poeta. En realidad cuando la gente me decía que escribiera algo creo que me decía que escribiera un poema, pero yo no sentía que ese género me alcanzara. La crónica fue como el género que me pareció más adecuado, tratando de no juzgar, de no opinar, mantener una gran objetividad sobre el caso.
–¿A qué le llamas los Procesos de la noche?
–Son procesos judiciales, hay una crónica que tuvimos que hacer cuando fuimos a escuchar a un detenido, que probablemente tenía que ver con el caso de Julio y todo eso ocurrió en la noche, terminó a la madrugada, cuando lo compartí con otras personas me decían que todo ocurre en la noche. Esa noche simbólica es como la noche de Iguala, cuando ejecutaron a Julio, cuando se llevaron a los 43. Después de la noche viene el día, hay muchos esfuerzos, muchas trabas, muchos obstáculos, pero tienes que obrar con fe, va a servir para algo, va a rendir frutos eventualmente.
–En los ´90 el símbolo de México era el zapatismo, hoy son los 43 de Ayotzinapa. ¿Crees que México va para atrás?
–Hay muchos esfuerzos de personas que no son visibilizados del todo, pero están luchando para que no. La fuerza es de los medios, por un momento los 43 fueron la explosión y hoy han sido relegados. Estamos en procesos distintos a los de los ’90, quiero pensar así.
–¿Tú piensas que fue el Estado el que desapareció a los 43?
–Yo pienso que el Estado tiene que responder, los policías que participaron, el ejército. El año pasado, cuando se hizo la segunda necropsia de Julio, se abrió una causa por tortura a la PGR, pero todavía no hay avances. La burocracia es una injusticia terrible, que se suma a la injusticia primera. La burocracia es violencia.
