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Trump toma a México vulnerable, corrupto, impune y sin margen de maniobra: Meyer

11/11/2016 - 12:05 am

Las promesas de campaña de Donald Trump en contra de los mexicanos y la inmigración “nos pasa cuchillo a corto plazo”, dijo en entrevista con SinEmbargo el historiador y académico Lorenzo Meyer Cossío. La “deplorable” imagen de México, ganada a pulso con malos gobiernos e instituciones corruptas, “no dejan margen de maniobra”. Todos los mexicanos –pobres, ricos y clase media– sufrirán las consecuencias del arribo del republicano a la Casa Blanca, añade.

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La presencia de Donald Trump en la Casa Blanca debe obligar a México y su Gobierno a buscar caminos de menor dependencia de Estados Unidos, afirmó Lorenzo Meyer Cossío, historiados e investigador del Colmex. Foto: AP

Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).– La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos no sólo afectará a los mexicanos materialmente sino en su dignidad. Todos: ricos, pobres y la clase media “están pintados como pertenecientes a un país que exporta sus problemas a Estados Unidos”, y que envía violadores, ladrones y narcotraficantes, dijo en entrevista Lorenzo Meyer Cosío, analista político e investigador de El Colegio de México (Colmex).

“Vamos a ver hasta qué punto cumple con su promesa. En caso de que cumpla cabalmente nos pasa a cuchillo al menos en el corto plazo; en el largo plazo nos da incentivos, negativos, pero incentivos, para que vayamos buscando un camino menos identificado con Estados Unidos y más cercano a la dependencia relativa que habíamos logrado durante un tiempo y que luego perdimos”, explicó el también reconocido historiador mexicano.

Donald Trump llegó a la Presidencia de Estados Unidos vendiendo que los mexicanos, dentro y fuera del país anglosajón, son un problema para el crecimiento de esa Nación. El magnate neoyorquino apeló al voto de la población menos favorecida por las políticas económicas del sistema norteamericano. Pero no a todos: sólo a los blancos.

En contraste, Trump decidió usar a los inmigrantes indocumentados, a “esos desafortunados”, que también forman parte de la población menos favorecida, para culparlos de los males que vive Estados Unidos.

Hasta el momento, el Gobierno de Enrique Peña Nieto se ha limitado ha anunciar su disposición de trabajar con Donald Trum con respeto. El miércoles pasado, el mandatario federal externo en un mensaje que la relación entre ambos países implicará un cambio y un reto, pero también nuevas oportunidades.

“Se abre nuevo capitulo en la relación de México y Estados Unidos que implica un cambio, un reto, pero también hay que decirlo, una gran oportunidad. Los mexicanos vamos a iniciar esta etapa con seguridad y determinación pero lo mas importante en unidad”, dijo Peña Nieto.

“Como Presidente de México me entregaré, con toda mi capacidad, auténticamente en cuerpo y alma a velar por los derechos, el bienestar y los intereses de los mexicanos donde quiera que se encuentren. En todo momento mi prioridad ha sido y seguirá siendo cuidar a México y proteger a los mexicanos”, mencionó.

Sin embargo, el Gobierno no ha anunciado acciones concretas contra lo que realmente viene para el país a partir del 20 de enero de 2017, o incluso antes, y que a juicio de Lorenzo Meyer puede ser “desastroso”.

“Lo que viene para México puede ser entre malo y desastroso, y no veo de entrada un efecto positivo. Quizá en el largo plazo, y si somos inteligentes y capaces, nos desvincularemos un tanto de nuestro vecino. Una desvinculación económica y demográfica que pudiera resultar más sana de lo que es ahora donde el 80 por ciento de los productos que exporta México van a dar a un solo mercado, el norteamericano, y eso nos hace muy vulnerables”, consideró Meyer Cossío.

El investigador agregó que México podría buscar una diversificación de sus socios comerciales, pero a largo plazo. En los próximos meses la tempestad será inevitable.

“Prometió cambiar las cosas poniendo esa barda entre México y Estados Unidos, echando a los indocumentados mexicanos, para luego revisar el Tratado de Libre Comercio; que desde México nosotros lo veíamos muy favorable para ellos, pero él dijo que era favorable para México y que era el peor tratado que Estados Unidos haya firmado en su historia, por lo tanto que lo va a revisar y echar por tierra”, recordó Meyer.

MÉXICO SE ENGANCHÓ A EU… Y AHORA PAGA

El investigador del Colmex recordó que México alguna vez tuvo una “independencia relativa”, justo después de la Revolución Mexicana y que vivió su momento más importante con el ex Presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Sin embargo, en la década de los 80 el modelo económico mexicano fracasó y fue remplazado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) durante la gestión del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari.

“Salinas se propuso enganchar el pequeño carrito mexicano al gran tren norteamericano, que ellos nos jalarían y nosotros íbamos a donde ellos querían. Pero ahora resulta que Trump dice que quiere desenganchar ese carrito y dejarnos en la mitad de la nada, para ver qué hacemos”, dijo.

Lorenzo Meyer calificó como “una pésima coyuntura” la elección estadounidense y la realidad mexicana. “La deplorable imagen de México, ganada a pulso con malos gobiernos e instituciones corruptas, no dejan margen de maniobra”.

“Tenemos la desgracia de ser productores y corredores de droga hacia el gran mercado norteamericano, lo que ha producido un a pésima imagen de México que no ayuda a mantener la dignidad nacional y el orgullo nacional. Esta elección norteamericana nos toma en un momento en que nosotros mismos dudamos del camino que México ha seguido, y de la calidad de la vida colectiva de México con los asesinatos, la corrupción, la violencia, la impunidad. Nadie puede estar orgulloso de la vida interna de México; luego se nos viene encima el que somos chivo expiatorio porque se señala que nos robamos los empleos norteamericanos, pues es una pésima coyuntura”, consideró.

Donald Trump afectará con sus medidas económicas no sólo a los mexicanos, sino también a empresas y consumidores norteamericanos. Pero los anglosajones están dispuestos a pagar el precio.

“Trump encontró un filón político fantástico en la inconformidad que la globalización creo en Estados Unidos. La idea aceptada y abanderada es que las industrias tienen que volver a Estados Unidos, aunque cuesten más y los productos se hagan más caros, es para que vuelva la clase media norteamericana a tener los ingresos que tenía hace 40 años”, finalizó.

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