Iguala, Guerrero, 11 de octubre de 2014 (SinEmbargo).- En Iguala los halcones están por todas partes y persiguen reporteros, les toman fotografías, los siguen en motos, los siguen a pie.
Varios reporteros de distintos medios nacionales e internacionales son presas en este momento, del monitoreo constante en Iguala y en Chilpancingo, en Guerrero, a pesar de la fuerte presencia policiaca de la Gendarmería Nacional y el Ejército.
Ayer salió de Iguala un reportero de una cadena nacional independiente cuando se percató de que un taxista le tomó una fotografía de frente.
“Yo iba con él, se para el taxi y ¡pum! de frente le toma la foto. Me dijo: ‘yo me voy’”, expresó otro reportero que lo acompañaba.
Un periodista aseguró que ayer fue un restaurante, con otros fotógrafos y había un grupo de hombres vigilándolos y tomándoles fotos.
Hay reporteros que aseguran que son seguidos en motocicletas durante su trayecto por la ciudad de Iguala.
“Es muy evidente, nosotros nos paramos a preguntar por una dirección y la moto se paró enseguida”, dijo.
EL DISFRAZ DE LOS HALCONES
Los halcones son personas utilizadas por el crimen organizado para avisar a sus superiores lo que esta pasando en la ciudad y para alertarles en caso de que se detecte movimiento de cuerpos policiacos o de las fuerzas castrenses.
El halconeo se esconde generalmente en otra actividad productiva.
En 2012, SinEmbargo publicó que los cárteles se habían dado cuenta de que los taxistas resultan ser unos estupendos halcones, ya que su trabajo les permite situarse en puntos clave para ver la entrada o salida de vehículos en los territorios dominados por el narco. Su trabajo es fundamental a la hora del trasiego de la droga, del narcomenudeo, los secuestros, atracos y asesinatos.
Al taxista elegido le entregan un equipo de comunicación y de 3 mil a 5 mil pesos semanales.
Entre abril de 2011 y abril de 2012, en Nuevo León habían sido asesinados 25 taxistas; también fueron encontrados cinco taxistas decapitados en Acapulco, Guerrero.
Los vigilantes utilizan equipo de visión de largo alcance, teléfonos celulares y radios digitales encriptados radios para comunicarse con los jefes de la banda.
Este año, autoridades federales y de los estados de Arizona y Ohio, en Estados Unidos detectaron, en dos operativos realizados sin aparente vinculación, que criminales mexicanos, posiblemente relacionados con los mayores cárteles, han replicado allá las tácticas que han resultado exitosas en México.
Ambos operativos fueron realizados en zonas rurales. Uno de ellos, el de Ohio, reveló un cambio de perfil de los narcotraficantes: ahora se han mezclado en zonas habitacionales de alto nivel socioeconómico, como sucede en Nuevo León, Sinaloa, Jalisco o Chihuahua, por citar.
Pero en Arizona la sorpresa fue mayor. Un operativo reveló el uso de los llamados “halcones” o vigilantes que dan aviso a sus jefes sobre operaciones policiacas, para garantizar el tráfico de drogas o migrantes.