Marco Villada es mexicano y vive en Estados Unidos desde que tenía siete años. Acudió a México para tramitar su residencia legal luego de casarse, pero el gobierno estadounidense ya no le permitió volver.
Villada demandó al gobierno norteamericano porque, argumenta, fue engañado por el sistema de inmigración de ese país, que le aseguró que podría regresar con su cónyuge. La demanda presentada el martes 10 de abril en Los Angeles dice que el gobierno no le advirtió sobre los riesgos.
San Diego, Estados Unidos, 11 de abril (AP).- Marco Villada llegó a Estados Unidos a los seis años y cumplió con todas los requisitos legales al solicitar la residencia permanente. Pero cuando viajó a México para una entrevista en el consulado estadounidense de Ciudad Juárez, le prohibieron volver al país.
Marco Villada se siente engañado por el servicio de inmigración y por ello demandó al gobierno, aduciendo que no lo asesoró bien cuando le dijo que podía salir del país y regresar en poco tiempo, usando una exención que se da a las parejas casadas para que no estén separadas mucho tiempo mientras una tramita la residencia fuera del país.
Villada dice que salió del país porque se le había asegurado que podría regresar pronto.
Pero el Departamento de Estado vetó permanentemente su ingreso a Estados Unidos cuando Villada mencionó en la entrevista que había viajado a México en el 2000 para asistir al funeral de su abuelo, según la demanda. Villada asegura que había informado al Servicio de Ciudadanía e Inmigración acerca de esa salida y que nadie le dijo que eso podría perjudicar su caso. Afirma que se le listaron algunas razones por las que no podría volver usando un lenguaje “confuso y sin ahondar en detalles”.
“Hicimos todo legalmente”, expresó Villada desde México en una conferencia de prensa el martes. “Pensamos que, dado que nos habían concedido la exención, nada podía fallar, pero no fue así”.
El Departamento de Estado y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración dijeron que no comentan litigios en marcha.
Villada, de 34 años, trabaja como asistente legal en un bufete de abogados de Los Ángeles tras ser beneficiario del programa DACA, que amparó temporalmente de la deportación y les dio permisos de trabajo a cientos de miles de jóvenes sin permiso de residencia que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños. Al viajar a México para la entrevista con miras a la residencia permanente, Villada perdió la protección del DACA, ya que el programa prohibía salir del país.
El joven se casó con Israel Serrato, ciudadano estadounidense, en el 2014, meses después de que se legalizó el matrimonio gay en Estados Unidos. Serrato, quien figura también como demandante, acompañó a Villada a México pero ya regresó a Estados Unidos.
“Nuestros corazones están destrozados” por la decisión de negarle la residencia permanente, declaró Serrato a la prensa. “Lo que más temíamos se hizo realidad. Marco está hoy en el país equivocado, lejos de mí, lejos de nuestra familia y nuestros amigos”.
Las leyes estadounidenses dicen que los esposos no pueden regresar al país por diez años si han estado en Estados Unidos ilegalmente por al menos un año, pero el Servicio de Ciudadanía e Inmigración reduce esa espera en casos de “adversidades extremas”. En el 2013, esa dependencia empezó a conceder exenciones antes de que una persona saliese del país.
La abogada de Villada, Stacy Tolchin, dijo que las exenciones permiten a los esposos regresar a Estados Unidos cuando se aprueban sus visas y que generalmente vuelven a sus países de origen en dos o tres semanas para recoger los documentos.
No se conoce la cantidad de casos en que se negó visa a personas que tenían exenciones, pero Tolchin dijo que su oficina manejó otros seis además del de Villada.
“Este es un problema que se produce con mucha frecuencia desde el cambio de gobierno”, aseguró. “Es parte de un problema más grande”.