Especialistas criticaron que el Estado no ha trabajado en la elaboración de una política de protección real para la vaquita marina, pues, a pesar de la prohibición de redes de enmalle durante dos años, no se ha logrado resguardar a la especie.
Ciudad de México, 11 de abril (SinEmbargo).- El pasado lunes terminó la veda de dos años de pesca con enmalle, cimbra o palangres, en el Alto Golfo de California, donde viven los 28 ejemplares restantes de vaquita marina, sin embargo el día de hoy se publicó en el Diario Oficial de la Federación que la vigencia de este acuerdo se amplia hasta el próximo 31 de mayo.
El objetivo es “poner en marcha acciones encaminadas a la protección de diversas especies que habitan en aguas nacionales del Alto Golfo de California y delta del Río Colorado, principalmente la vaquita marina (Phocoena sinus)”, indicó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en un comunicado conjunto con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Al respecto, especialistas criticaron que el Estado no ha trabajado en la elaboración de una política de protección real para la marsopa en peligro de extinción, pues, a pesar de la prohibición, no se ha logrado resguardar a la especie, de la que hasta el año pasado, todavía se tenían contabilizados 60 ejemplares.
Alejandro Olivera, del Centro para la Diversidad Biológica (CDB) dijo que el acuerdo publicado hoy no es más que “una estrategia para ganar tiempo. No se sometió a consulta pública y es un reflejo de cómo la política ambiental y pesquera se hace con parches”.
El activista dijo manifestó que “hay incertidumbre para todos [vaquita marina y pescadores] por las políticas sorpresivas”.
En tanto, Miguel Rivas, campañista de Océanos de Greenpeace México, hizo un llamado a las autoridades a que los compromisos no se queden en papel. “De nada sirve una prohibición si al final no se va a cumplir. Los decretos tienen que traducirse en acciones concretas”, exigió.
El doctor en Ecología por la UNAM criticó que el Acuerdo sólo es un paleativo, “es sólo un alargue para que no haya un vacío, mientras aparece el anuncio de la Cofemer con las medidas definitivas. Este es un año más para hacer el trabajo que [las autoridades] no hicieron en los años anteriores”.
“Queremos que estén prohibidas todas las redes de enmalle”, urgió el activista de Greenpeace.
La organización ecologista emitió un comunicado en el cual recordó que esta prohibición de pesca implementada desde 2015 ha fallado en su objetivo de evitar la muerte de la vaquita marina al quedar atrapada en las redes usadas en la captura de totoaba, cuya vejiga natatoria (o buche) se vende hasta en 9 mil dólares para después ser comercializada en China debido a sus supuestas propiedades afrodisíacas o sanatorias.
Resaltó que el plan de conservar a la vaquita en cautiverio es un reconocimiento de la incapacidad para conservarla en su hábitat natural, pues en los dos años de veda a la pesca en la zona no se ha logrado detener la disminución la población de dicha especie.
En marzo pasado fueron hallados en la zona dos cadáveres de vaquita. La pérdida es sensible si se considera que quedan menos de 30 ejemplares, según el último conteo realizado por el Comité Internacional para la Conservación de la Vaquita Marina (CIRVA).
El 7 de abril pasado se publicó una reforma a la ley que permitirá sancionar como miembros de la delincuencia organizada a quienes capturen de manera dolosa y comercien con especies acuáticas dentro o fuera de los periodos de veda sin contar con autorización y excedan cantidades de 10 kilogramos de peso.
-Con información de Ivette Lira