Ciudad de México, 11 de febrero (SinEmbargo).– El artículo de The Financial Times (FT) se titula, simplemente, así: “Vueltas en U, balones sueltos, derrapes y meteduras de pata presidenciales en México”. Y luego reafirma, en su edición de hoy: “Y parece como si la política de las vueltas en U, los tropiezos y las meteduras de pata están proliferando”.
Luego, al final, concluye: ¿Llegó la hora de un cambio de juego para el Presidente Enrique Peña Nieto?
“Haciendo eco de aquél ‘lean mis labios: no más impuestos’ en tiempos electorales de George HW Bush en 1988, el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto se comprometió, en un discurso ante la Nación, que no habría más nuevos impuestos ni nuevas tasas impositivas más altas de septiembre al resto de su gobierno. Esa es una gran promesa cuando el plazo se prolonga hasta 2018. Los mexicanos pueden estar preguntándose ahora si deben creerle”, dice The Financial Times, uno de los medios más influyentes entre la clase política y empresarial del mundo. “¿Por qué? Porque el gobierno ha demostrado una capacidad alarmante, en los últimos meses, para dispararse en el pie y echarse para atrás en sus anuncios”.
Tome la caída en los precios del petróleo en un país que financia una tercera parte de su presupuesto gubernamental a partir del crudo, agrega. “Al principio, el gobierno dijo que estaba protegido por una política de coberturas muy alabada que permite que se fije un precio para el siguiente año, en este caso 76.4 dólares por barril. Aunque muy por debajo de los precios máximos, esto resultó ser muy cómodo aún con la caída de los precios y el precio de la mezcla de exportación de crudo de México. Se evitó la crisis, fue el mensaje”.
“Las cosas se veían mejor y mejor: a mediados de enero, el gobierno había recurrido a los mercados de bonos por dinero para dar servicio a la mitad de sus requerimientos para su deuda externa durante todo el año, y con tasas históricamente bajas para iniciar. La inflación fue inusualmente baja. Una mejora en la economía de Estados Unidos, el destino de casi cuatro quintas partes de las exportaciones, abrió la promesa de un crecimiento menos lento después de dos años decepciones”, hace un recuento The Financial Times.
“Pero hacia el final del mes, el estado de ánimo cambió con la crisis del precio del petróleo: la austeridad es el nuevo nombre del juego del gobierno, con los recortes presupuestarios de más de 8 mil millones de dólares para este año, la mitad aplicado a Pemex, la petrolera estatal. Mientras los líderes de negocios aclamaron [el recorte] como planificación anticipada responsable, la reacción del público ante el anuncio fue un ‘ouch’. El año que viene, muchos temen, el apretón de cinturón será más fuerte”.
“Y parece como si la política de las vueltas en U, los tropiezos y las meteduras de pata están proliferando [en México]”, agrega el influyente diario de finanzas y economía, de referencia obligada para tomadores de decisión. Y agrega:
“Este mes, el Presidente reconoció finalmente lo que ha sido obvio para muchos mexicanos desde que se supo la noticia, en noviembre, de que la lujosa mansión de su familia había sido construida, pagada y todavía era propiedad de un contratista favorecido por el gobierno [Grupo Higa]. Ese hombre de negocios [Juan Armando Hinojosa Cantú] era a su vez parte de un consorcio encabezado por China que ganó, y al que fue luego abruptamente despojaron, una licitación para un tren de alta velocidad antes de que la noticia de la casa se diera a conocer. ‘Soy consciente de que esto… se ve como algo impropio’, dijo señor Peña Nieto. ‘Lo cual, en realidad, no hice’, añadió rápidamente”.
The Financial Times dice que no sólo era la mansión presidencial la que parecía impropia. “Luis Videgaray, el Secretario de Hacienda, compró una propiedad en el mismo contratista, y al señor Peña Nieto le fue hallado que, hace varios años, compró otra residencia de una [constructora] diferente. Nada hay necesariamente malo en eso… excepto que los términos de las ofertas siguen siendo opacas, y la idea de que las principales figuras políticas han fomentado vínculos estrechos con los proveedores de los contratos de obras públicas es para muchas personas nauseabundo”.
“Eso debía haber tomado al Presidente tres meses para darse cuenta de todo esto podría ser bastante malo. Pero su promesa de una investigación completa, que será dirigido por un auditor federal recién nombrado –quien de inmediato dijo que tenía jurisdicción sólo para investigar los contratos gubernamentales y no las casas–, dejó al gobierno con más de huevo embarrado en su cara”, dice el diario.
“¿Un paso adelante, dos pasos atrás? El gobierno de México se ha montado en patines desde la desaparición y aparente asesinato de 43 estudiantes en la ciudad de Iguala, en septiembre. Esto llevó el tema de la seguridad de nuevo en la atención, después de que el gobierno había dirigido deliberadamente la agenda hacia las reformas y lejos de la sangrienta ‘guerra contra las drogas’ de la administración anterior. El reconocido equipo forense argentino que trabaja en la investigación ha acusado a funcionarios de saltar a conclusiones sobre lo que pasó, y todo para hacer que la versión oficial encaje con los testimonios televisados de los presuntos responsables, detenidos”.
Peña Nieto y los altos funcionarios, dice Financial Times, parecen perplejos porque los mensajes del gobierno aparecen torcidos, en el mejor de los casos, cuando su estrategia (el crecimiento económico a través de reformas de gran alcance) genera un genuino entusiasmo de los inversores internacionales. “El hobby del Presidente es el ajedrez: ¿llegó la hora de un nuevo plan de juego, quizás?”