Tecoanapa (México), 11 ene (EFE).- Cientos de campesinos e indígenas del estado de Guerrero se armaron y tomaron las entradas de sus poblaciones para combatir al crimen organizado que acosa a sus comunidades, según constató hoy Efe.
Pobladores de los municipios de Ayutla de los Libres, Tecoanapa, Florencio Villarreal, Cuautepec, Copala y San Marcos tomaron las armas para defenderse de un grupo de narcotraficantes “que les pide pago de cuotas, cobra extorsiones y vende droga en sus escuelas”.
Uno de sus voceros, que pidió el anonimato por seguridad, dijo a Efe que desde el domingo pasado tomaron esa decisión, luego del secuestro de un ganadero de una comunidad de Tecoanapa, por el cual los presuntos delincuentes exigían un pago de 150 mil pesos (casi 12 mil dólares).
“En ese momento la población se armó y salió en busca del ganadero, se instalaron puestos de revisión y se logró su libertad y la captura de cinco secuestradores”, narró.
Desde el día del inicio de los operativos en busca de criminales y la instalación de los puestos de revisión han logrado la captura de 37 presuntos sicarios y halcones, como se les conoce en la zona a las personas dedicadas al narcomenudeo.
“Los tenemos detenidos cerca de una población y esperamos que sean juzgados en una asamblea, bajo los usos y costumbres de las comunidades”, reveló uno de los dirigentes, con rifle en mano y el rostro cubierto.
Los campesinos e indígenas, que en su mayoría portan escopetas y armas cortas, mantienen instalados puestos de seguridad en las carreteras y entradas a los municipios de Ayutla, Tecoanapa y Florencio Villareal.
En estas localidades pertenecientes a la región de la Costa Chica de Guerrero, que registra elevados índices de pobreza y marginación, se produce marihuana y es un paso para el trasiego de drogas a Estados Unidos.
En la zona opera un grupo del crimen organizado identificado por la autoridades como Los Pelones y que en un tiempo perteneció al cartel de Arturo Beltrán Leyva, quien falleció en diciembre de 2009 en un enfrentamiento con miembros de la Marina.
La ola de violencia vinculada al crimen organizado causó unas 70.000 muertes durante la Administración de Felipe Calderón (2006-2012), que lanzó un combate frontal contra los carteles de las drogas en el que los militares jugaron un papel fundamental.
El presidente Enrique Peña Nieto, que asumió el poder el 1 de diciembre pasado, ha dicho que mantendrá a los militares en las zonas más conflictivas del país, pero pondrá el énfasis en la seguridad ciudadana y en el trabajo de inteligencia para avanzar en la lucha contra el crimen. EFE