El Índice del World Justice Project utilizó información de primera mano para capturar las voces de miles de personas en zonas urbanas y rurales en los 32 estados del país; así como más 600 variables generadas a partir de las respuestas a una encuesta aplicada a población general a 25 mil 600 personas, de las respuestas a encuestas aplicadas a más de mil 500 abogados y expertos en derecho penal, derecho civil, derecho laboral, y salud pública, y de información generada por otras instituciones.
Ciudad de México, 9 de septiembre (SinEmbargo).- El Índice de Estado de Derecho en México alerta que el país está reprobado a nivel nacional, con un promedio de 0.39 puntos, en una escala que oscila entre 0 y 1, donde 1 indica la máxima adhesión al Estado de Derecho; y su peor calificación se da en el factor “ausencia de corrupción” que considera el uso del poder público para obtener un beneficio privado, en los poderes ejecutivo, legislativo, y judicial locales, así como en el sistema de seguridad y procuración de justicia. Además, destaca, que todos los estados están muy lejos de la puntuación perfecta.
Las 5 entidades peores calificadas por el índice son, en este orden, Guerrero, que es gobernado por el PRI; Baja California Sur del PAN; Estado de México del PRI; Sonora del PRI, y Puebla del PAN. Es decir, tres estados con Gobernador priista y dos con mandatario panista.
Los estados con mejores puntuaciones son: Yucatán (0.45); Aguascalientes (0.44); Zacatecas (0.44); y Campeche, Querétaro, Coahuila y Baja California con 0.43 cada uno.
El Índice de Estado de Derecho 2018 fue elaborado por el World Justice Project y se basa en los resultados e impactos de políticas públicas, por ejemplo, si la delincuencia se controla de manera efectiva o si las personas tienen acceso a los tribunales.
El documento, presentado hoy en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, destaca que “ningún estado llega a una calificación perfecta; de hecho, la puntuación más alta es de 0.45, lo cual implica que todos los estados tienen retos importantes por delante”.
El Índice mide en total ocho factores: Límites al poder gubernamental; ausencia de corrupción; Gobierno abierto; derechos fundamentales; orden y seguridad; cumplimiento regulatorio; justicia civil, y justicia penal.
A nivel nacional, México tiene la más alta puntuación en derechos fundamentales (con un promedio de 0.49). Este factor mide la ausencia de la discriminación, derecho a la vida y a la seguridad, debido proceso legal, libertad de expresión, derechos laborales, entre otros. La peor calificación la tiene en ausencia de corrupción (0.35 promedio nacional), que mide: ausencia de corrupción en el Ejecutivo, en el judicial, en el legislativo y en las instituciones de seguridad de seguridad y procuración de justicia.
Guerrero está en el último lugar en el factor de derechos fundamentales que mide: la protección efectiva de los derechos humanos, reconociendo que un sistema de gobernanza en el que no se garantizan los derechos fundamentales establecidos por el derecho internacional, no puede ser un Estado de Derecho.
Este rubro mide que se garanticen efectivamente: trato igualitario; derecho a la vida y a la seguridad; debido proceso legal de los acusados; derecho a la libertad de opinión y expresión; derecho a la libertad religiosa; derechos a la libertad de asamblea y derechos laborales.
La Ciudad de México ocupa el peor lugar en el rubro de “ausencia de corrupción”, que mide la ausencia de la corrupción definida como el uso del poder público para obtener un beneficio privado, en los poderes ejecutivo, legislativo, y judicial locales, así como en el sistema de seguridad y procuración de justicia. Considera tres formas de corrupción: sobornos, influencias indebidas, y la apropiación indebida de recursos públicos.
Guerrero también tiene la última posición en el rubro de orden y seguridad, que mide: si la entidad es efectivo en garantizar la seguridad de las personas y la de sus propiedades. “La seguridad es uno de los aspectos definitorios de cualquier sociedad que se rige por el Estado de Derecho y es una función fundamental del Estado”, detalla el documento.
El factor incluye las percepciones de inseguridad y el temor a ser víctima, ya que éstas impactan el comportamiento de las personas y de las empresas. Este factor no incluye delitos como narcotráfico, delincuencia organizada, lavado de dinero, robo de combustible y trata de personas, entre otros, ya que no son susceptibles de medirse.
Los subfactores que se miden son: ausencia de homicidios; ausencia de crimen y la percepción de seguridad de las personas.
En el estado sureño también se encuentra en la última posición del rubro “justicia civil”, que mide “si las personas pueden acceder a mecanismos pacíficos y efectivos para resolver sus controversias a través del sistema de justicia civil”.
Para que el acceso a la justicia civil se garantiza, indica el índice, es necesario que las personas conozcan y confíen en los mecanismos formales para resolver sus problemas legales; que exista disponibilidad de asesoría legal adecuada y asequible, y que la justicia civil no imponga barreras por costos ni por procesos burocráticos.
El Índice del World Justice Project utilizó información de primera mano para capturar las voces de miles de personas en zonas urbanas y rurales en los 32 estados del país; así como más 600 variables generadas a partir de las respuestas a una encuesta aplicada a población general a 25 mil 600 personas, de las respuestas a encuestas aplicadas a más de mil 500 abogados y expertos en derecho penal, derecho civil, derecho laboral, y salud pública, y de información generada por otras instituciones.