Chilpancingo, Guerrero, 9 de octubre (SinEmbargo).– Unos 50 mil guerrerenses, hartos de la violencia, la impunidad, la colusión de las autoridades con el crimen organizado y cansados de la pobreza salieron a las calles de la capital del estado a demandar juicio político y cárcel para el Gobernador Ángel Aguirre Rivero.
No bastaron los gritos de protesta. Hubo llanto, lágrimas de las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos, que hicieron de la Autopista del Sol, el paso de una estela fúnebre y dolorosa.
"Que se prepare Aguirre, la guerra ya está, que se atenga a las consecuencias. Yo quiero juicio político contra el Alcalde Iguala [José Luis Abarca Velázquez, actualmente prófugo] y para su esposa. Ella fue responsable de la matanza de los estudiantes, porque provienen de una familia de narcos. Que se acuerde Aguirre quién le financió su candidatura", dijo una joven, tía de Jesús Giovani Rodríguez, uno de los normalistas desaparecidos.
La mujer marchó durante cuatro horas. Cruzó Chilpancingo con el retrato de Jesús Giovani en las manos. "Estamos cansados, dolidos, llenos de lodo, de mucho dolor", dijo.
Abelardo, Antonio, Benjamín, Carlos, César, Cristian, Humberto, Emiliano, Everardo, Felipe, Israel, Jesús, Jorge, José, Emilio, Julio, Luis, Magdaleno, Marcial, Martín, Mauricio, Tomás, Saúl... todos jóvenes normalistas desaparecidos fueron la gota que derramó el vaso del hartazgo de un pueblo entero que llegó a El Caballito para arrancar la movilización desde Acapulco, Costa Chica, Costa Grande, La Montaña y Tierra Caliente para cruzar la ciudad y congregarse en el Zócalo de Chilpancingo.
Llegaron hombres y mujeres que han sido víctimas de asesinatos, extorsiones y violaciones del crimen organizado en El Ocotito y Tierra Colorada. Las víctimas y los damnificados del huracán "Ingrid" y la tormenta "Manuel" que devastó a más de 100 comunidades de La Montaña y que, un año después, aún duermen a la intemperie o en albergues improvisados. Los habitantes de Acapulco, la ciudad más peligrosa del mundo, y los de Tierra Caliente, donde sufren el acoso de la bandas criminales.
Todos ellos llenaron kilómetros de autopista y ante las miradas de otros guerrerenses, que observaban sobre los puentes peatonales y les daban bolsas de agua a los manifestantes para calmar la sed provocada por el calor del mediodía, dejaron claro que ya no quieren al Gobernador Aguirre Rivero.
"Ya se copeteó el plato. El Gobernador se ha hecho de la vista gorda. Él protege a la clase de arriba, no a los de abajo. [Rubén] Figueroa mató a 17 campesinos en Aguas Blancas, Aguirre está matando a estudiantes. Todos estos que venimos estamos hartos de tanta violencia, secuestro y criminales, ya, ya", expresó un maestro de Tecuanapa, que se atrevió a marchar, pero no a dar su nombre por miedo.
De hecho, muchos de esos miles que tomaron la Autopista del Sol salieron con temor a ser identificados con nombre y apellido. Así lo dijeron estudiantes, maestros y hasta los padres de los normalistas desaparecidos.
"¡Ni perdón, ni olvido!, ¡Aguirre asesino!", "¡Aguirre Rivero, vete de Guerrero!", gritaron una y otra vez mientras marchaban.
"Ya es tiempo de que se ponga un alto, esto ya es mucho. Que se acabe todo su régimen insoportable, porque él [Aguirre] tiene que ver. El gobierno sabe cómo opera la delincuencia", dijo Antonio Aranda, oriundo de La Montaña de Guerrero.
EL TRAIDOR DE COSTA CHICA
En el Zócalo de Chilpancingo, frente al Palacio de Gobierno estatal y la sede donde despacha el Ayuntamiento, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y padres de los normalistas desaparecidos izaron una bandera en el asta con la leyenda Costa Chica como repudio al Gobernador Aguirre.
"Esa bandera le recuerda a Ángel Aguirre que es un traidor de Costa Chica, que traicionó a su pueblo y que Guerrero le quedó grande, porque él es de Costa Chica", gritó un hombre en el megáfono.
Ahí los padres de los jóvenes estudiantes dieron rienda suelta al dolor y a esas lágrimas que durante el trayecto al Zócalo, contuvieron.
"La salida de Aguirre Rivero no tiene marcha atrás y de eso nos vamos a encargar los padres de familia", dijo uno de los papás cuando tomó la palabra.
Otro de los padres de los normalistas pidió justicia y juicio político y cárcel para Aguirre y el ex Alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez.
"El Gobernador es un perro, maldito, desgraciado, asesino que no tiene ética, ¿acaso nunca fue a la escuela? Que dejen de mentir, él que es de la Costa Chica, traiciona a su pueblo", dijo al micrófono con el rostro cubierto con una camiseta.
Otro de los papás lloró mientras sostenía una manta, donde un Ángel Aguirre caricaturizado decía: "No descansaré hasta que se haga justicia y se logre responsabilizar a los propios estudiantes de su muerte".
"Hubiera preferido que me mataran a mí, no a mi hijo", dijo el papá de un normalista de 19 años que cursaba primer año y que la última vez que estuvo con su padre, ahora hundido en llanto, fue en agosto.
Sin revelar su nombre, otro de los papás dijo que su hijo tiene 21 años y que su sueño es ser maestro, para ayudar a la niñez.
"Es un muchacho estudioso, responsable, como hijo muy bueno, esforzado. Yo exijo juicio político para el Gobernador porque se ha distinguido como asesino de estudiantes y protegió al Alcalde de Iguala, le dio tiempo para que se fuera, por eso ahora está prófugo", dijo un hombre de unos 40 años.
Ese mismo hombre que afirmó que no le teme a nada, y que está dispuesto a dar la vida por su joven hijo, uno de los 43 muchachos que desde el 26 de septiembre están desaparecidos.