Durante las tres rondas de licitaciones de campos petroleros, desde diciembre de 2016, Pemex ha ganado 18 áreas en aguas profundas y poco profundas: 10 en consorcio con otras empresas extranjeras, y tres asociaciones estratégicas con privados, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. No ha iniciado a trabajar ninguna porque van en el proceso administrativo.
Especialistas en el sector aseguraron que, con sus niveles de producción en declive luego de la crisis petrolera de 2015, la llamada Empresa Productiva del Estado podrá explorar y explotar esas zonas sólo a través de la enorme dependencia al apoyo financiero y la experiencia de sus socios privados. Su época de oro se ha ido.
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).– Petróleos Mexicanos (Pemex) sobrevivió el sexenio, pero ya no es independiente. Aunque tiene la capacidad de recursos financieros y humanos para explotar las áreas petroleras que ha ganado a lo largo de la Reforma Energética, es solo a través de sus asociaciones con empresas privadas. En comparación con su época de oro en la década de los ochenta y la del 2000, la compañía de 80 años sigue golpeada por la crisis de petroprecios en 2015, por un sindicato caro e insaciable y por enfrentar tres cambios de dirección general, envueltos en malas gestiones y por criterios políticos, aseguraron especialistas en el sector energético.
De diciembre de 2016 a marzo de 2018, Pemex ha obtenido mediante licitación 13 áreas petroleras tanto de aguas profundas como poco profundas a lo largo del Golfo de México durante las tres rondas (10 en consorcio) y cuenta con tres asociaciones estratégicas concretadas con empresas privadas. Contando las que va en individual tiene 18 zonas en total para explorar y explotar.
“Pemex ha logrado sobrevivir y tendremos petróleo mexicano para los años siguientes, pero ya no actuando solo sino en asociación con empresas extranjeras”, aseguró Fabio Barbosa Cano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en Economía del Sector Energético. “La situación de Pemex no tiene ningún paralelismo con aquel boom petrolero de los ochenta, en el que el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) hacía el gasto tecnológico. Hoy Pemex depende de las alianzas que está realizando con grandes petroleras como Shell, Total o Deutsche. La dependencia es absoluta con respecto a hace 40 años”.
El martes 27 de marzo de este año, durante la Ronda 3.1, Pemex obtuvo siete de los 16 contratos adjudicados para explorar y explotar aguas profundas en la cuencas frente a Veracruz y Tamaulipas. Seis fueron en alianza [con Deustche, Cepsa, Total y Shell] y va individual en la cuenca del sureste frente a Tabasco. “Con estas nuevas asociaciones demostramos que la Reforma Energética le está inyectando nueva fortaleza a Pemex para que siga sirviendo a todos los mexicanos”, aseguró el titular de la petrolera, Carlos Treviño Medina.
Un día después, Petróleos Mexicanos firmó de manera inédita un contrato con la empresa nacional Olstor Services para aumentar la capacidad de almacenamiento de productos petrolíferos. Con ello Pemex Transformación Industrial (TRI) tendrá mayor flexibilidad y confiabilidad en el suministro de gasolinas y otros productos petrolíferos para satisfacer la demanda de los clientes en la zona del Bajío.
Arturo Carranza, analista energético, expuso que la estrategia de Pemex para explotar áreas petroleras es hacerlo en asociaciones para obtener soporte financiero, asimilar experiencia y reducir costos operativos.
“Para los [bloques] que tiene experiencia puede encontrar un respaldo financiero y para los que no tiene experiencia, como aguas profundas, asimila la de sus consorcios”, afirmó.
Cuando va en individual, lo que pretende es el farm out; es decir, pasarlo a otras asociaciones para que pueda explotar y desarrollar las áreas ganadas en las rondas de licitación petroleras. “Lo puede hacer solo, pero los costos operativos y financieros se elevarían mucho, y probablemente no sería la mejor decisión en el contexto actual en el que está Pemex. Tiene la capacidad, pero las asociaciones en los mercados petroleros son comunes. No es de extrañar que Pemex esté buscando las asociaciones para desarrollar este tipo de proyectos”, dijo.
La licitación de contratos de campos petroleros a la inversión privada nacional y extranjera a través de la Reforma Energética arrancó en 2015 y hasta la fecha se han realizado la Ronda Cero, Uno, Dos y Tres para aguas poco profundas, profundas y terrestres; de los cuales algunos requieren fracking.
No obstante, hasta el momento, de los 91 contratos que se han dado a empresas extranjeras solo cuatro han empezado a hacer trabajos de exploración, afirmó Carlos Elizondo, empresario gasolinero representante de 800 gasolineras a nivel nacional. Entre ellas, el consorcio de Sierra Oil & Gas, Talos Oil & Energy y Gas Premier que van a la mitad de exploración de cuenca del sureste.
El analista Arturo Carranza explicó que, al igual que la mayoría de las otras firmas, de las 13 áreas que ha ganado Pemex no se ha explotado ninguna porque son procesos que tardan en materializarse por los requisitos administrativos y la evaluación del terreno. La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) tiene que validar y firmar los contratos, lo cual toma varios meses después de la licitación, y deben buscarse las herramientas más idóneas para explotarlos. Considerando ello, “Pemex va en tiempo y forma”, afirmó.
PEMEX LUEGO DEL BOOM PETROLERO
A mediados de 2014 se registró un desplome en el precio internacional del petróleo que provocó una crisis petrolera en 2015 y parte del 2016, justo cuando se daba banderazo a la Reforma Energética. Dado que no era rentable, la iniciativa privada entró con recelo al país.
“Las condiciones del mercado internacional permitieron que a pesar de la política de [Enrique] Peña Nieto tendiente a desaparecer a Pemex, sobrevivió al sexenio como el principal productor”, afirmó el investigador en economía del sector energético, Fabio Barbosa. “Se presentó la tremenda situación imprevista del desplome de los precios petroleros que limitó que las grandes empresas petroleras pudieran estar en condiciones de afectar lo que ofrecía Pemex y en general se ha manifestado interés en áreas de aguas profundas poco exploradas”.
En el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006), el precio del barril oscilaba en más de 100 dólares y la plataforma petrolera era casi de 3 millones de barriles diarios. Luego de la tormenta mundial causada por la sobreproducción, durante 2015 y 2016, el barril de petróleo llegó a venderse en 20 dólares, lo que redujo los ingresos petroleros del Gobierno federal, ante su principal fuente de dinero. Actualmente el barril se oferta en 60 dólares, este año se ha producido en promedio un millón 900 mil barriles de petróleo diarios, se importa más del 80 por ciento del gas natural y gasolinas, y las finanzas públicas se basan más en los ingresos tributarios. De enero a febrero, por ejemplo, los ingresos petroleros sumaron 152 mil millones de pesos y los tributarios 536.6 mil millones de pesos.
Lo que ha hecho el Gobierno federal es acabar con una economía petrolizada, pero “la gasolinizó”, afirmó el empresario gasolinero, Carlos Elizondo Sandoval, lo que es “más grave”, porque los ingresos petroleros venían del exterior y los de combustibles vienen del interior. Casi el 40 por ciento del costo de las gasolinas es por impuestos pagados por ciudadanos.
“El nuevo Gobierno federal va a tener que trabajar a marchas forzadas para volver a tener la misma capacidad que tuvo en el año 2000-2011”, afirmó Elizondo Sandoval. “Pero tienen detenido a Pemex. Ya no sigue explotando los pozos que ya estaban en operación como Cantarell, que era el pozo principal, y no han perforado más para proteger la producción. Esa es la preocupación: se está entregando la industria petrolera a manos privadas nada más y no estamos trabajando en Pemex”.
“Uno de los pretextos que tiene el actual Gobierno de México para no seguir explotando es que no tiene la tecnología para los pozos en aguas profundas, pero sí la tiene para perforar pozos medios”, agregó. “Como las empresas a las que les ha entregado las concesiones no han hecho casi nada, no se ha elevado la producción de petróleo”.
No obstante el escenario, Arturo Carranza considera que Pemex se encuentra en una situación mejor a la del inicio del sexenio de Peña Nieto.
“A Pemex le costó trabajo tomar decisiones complejas para salir de la crisis petrolera originaria por la caída de los precios del petróleo. Poco a poco se va empezando a dibujar un panorama más positivo para la empresa. Sus indicadores operativos, como la plataforma de producción de petróleo, se están estabilizando”, considera.
En febrero de 2016, la Secretaría de Hacienda anunció un recorte al gasto público por 132 mil millones de pesos, de los cuales 100 mil millones eran para los bolsillos de Pemex, equivalente al 20 por ciento de su presupuesto. En abril de ese año, como una medida de rescate temporal le inyectó 73 mil 500 millones de pesos (26 mil 500 millones para aportación patrimonial y 47 mil millones para el pago de pensiones y jubilaciones), y le redujo la carga fiscal en a 50 mil millones de pesos.
Para noviembre de 2016, el entonces director general José Antonio González Anaya aseguró que las finanzas de Pemex ya estaban estables luego del problema de solvencia.
“Pemex puede regresar a un equilibrio financiero entre 2019 y 2020, si estabiliza su deuda y recupera su plataforma, y eliminará las pérdidas en el Sistema Nacional de Refinación en 2022”, calculó González Anaya ante empresarios y acreedores, a quienes les enfatizó que ya saldó la deuda con ellos. Pero, bajo ese escenario de bajos precios del petróleo, no vislumbraron aumentar la plataforma petrolera a más de 2 millones de barriles diarios.
“Era imperativo asociarse para atraer capital y tecnología”, dijo en ese mismo evento Pedro Joaquín Coldwell, titular de la Secretaría de Energía (Sener).
LOS NÚMEROS ROJOS SIGUEN
El analista energético Arturo Carranza aseguró que no implica que la situación “esté resuelta”. Los números rojos siguen. Se puede mejorar, pero “falta mucho” tomando en cuenta los año de oro de Pemex que fue cuando se invirtieron montos públicos muy importantes. Además de que la plataforma de producción petrolera está por debajo de los 2 millones de barriles diarios, lo que no se había visto desde principios de los noventa, sus indicadores de producción de petrolíferos, de gas natural y petroquímicos están en niveles mínimos.
Asimismo, sus pérdidas pasaron de 63 mil 272 millones de pesos en 2016 a 320 mil 933 millones durante 2017, debido a los costos de venta, pensiones e impuestos.
“Le ha pegado mucho a Pemex los factores externos como la crisis del petróleo del 2015, pero también le ha pegado mucho el hecho de que han habido cambios en la dirección general de manera constante. Pesan mucho los criterios políticos con los que se maneja la empresa y deberían pesar más los técnicos para dirigir la empresa”, afirmó Carranza.
Durante este sexenio los titulares han sido Emilio Lozoya Austin, involucrado en el caso de Odebrecht; José Antonio González Anaya, ahora Secretario de Hacienda; y Carlos Treviño Medina desde noviembre de 2017.
Fabio Barbosa, investigador de la UNAM, aseveró que “la administración de Pemex carece de total autonomía, es una decisión de quienes hasta este momento están al frente de la política petrolera causando mucho daño a la industria petrolera”.
Además, explicó el empresario gasolinero Carlos Elizondo, sumado a su sindicato con gastos excesivos, “su debilidad” es que el Congreso de la Unión le exige mediante el Paquete Económico de cada año que entregue utilidades antes de saber cuántas obtendrá, por lo que recurre a endeudarse. “Se han cometido arbitrariedades con la empresa productiva del Estado, siendo que es la más importante y poderosa de México aun con todo”
Pese a la percepción, estamos muy lejos de presenciar la muerte de Pemex.
“Casi la mitad de los recursos que utiliza el Gobierno federal los produce Pemex y no tiene en este momento un esquema para sustituirlos”, dijo el líder gasolinero. “Tenemos que hacer una verdadera estrategia energética para que la empresa productiva del Estado sane y nos sirva a todos los mexicanos como en los últimos 80 años. El gran motor de México ha sido Pemex, el gran imán del dinero al erario público. Si hay la voluntad y capacidad de negociación del nuevo Gobierno federal, sacará adelante la industria petrolera que es importantísima”, concluyó.