Cada año, millones de monarcas viajan cinco mil 500 kilómetros desde Estados Unidos y Canadá hasta bosques al occidente de la Ciudad de México, donde se amontonan en los pinos y abetos. El número de estos insectos que hibernan en el país cayó 27 por ciento este año, revirtiendo la recuperación que tuvo el año pasado después de cifras históricamente bajas, según un estudio del Gobierno y expertos independientes publicado este jueves. La tala ilegal y la combinación de lluvia, frío y vientos fuertes por las tormentas hicieron que se perdieran 54 hectáreas de árboles de pino y abeto en los terrenos montañosos, situación que afectó a la mariposa.
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Por Mark Stevenson
Ciudad de México, 9 de febrero (AP).- El número de mariposas monarca que hibernan en México cayó 27 por ciento este año, revirtiendo la recuperación que tuvo el año pasado después de cifras históricamente bajas, según un estudio del Gobierno y expertos independientes publicado el jueves.
Los expertos dicen que el declive puede deberse a las tormentas invernales tardías que afectaron más de 40 hectáreas de bosques donde la mariposa migrante pasa el invierno en el centro de México.
Cada año, millones de monarcas viajan cinco mil 500 kilómetros desde Estados Unidos y Canadá hasta bosques al occidente de la Ciudad de México, donde se amontonan en los pinos y abetos. Las mariposas no se cuentan individualmente, sino por el área que abarcan.
"La reducción en el área del bosque que ocupaban este año probablemente se deba más a la alta mortalidad causada por las tormentas y el tiempo frío del año pasado", dijo Omar Vidal, Jefe de la oficina en México de la asociación protectora World Wildlife Fund.
"Para los tres países es un recordatorio claro de que deben acelerar las acciones para proteger y alimentar el hábitat migratorio".
Las autoridades creen que las tormentas de marzo mataron a unos 6.2 millones de mariposas, casi 7.4 por ciento de las casi 84 millones que hibernan en México, dijo Alejandro del Mazo, titular de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp).
Las monarcas se estaban preparando para regresar a Estados Unidos y Canadá cuando se enfrentaron al temporal.
Aunque ninguna mariposa vive lo suficiente como para hacer el viaje de ida y de regreso, una reducción en el número que logra salir de los territorios invernales muchas veces resulta en un declive en aquellas que regresan el año siguiente.
La combinación de lluvia, frío y vientos fuertes por las tormentas hicieron que se perdieran 54 hectáreas de árboles de pino y abeto en los terrenos montañosos, más de cuatro veces lo que se pierde con la tala ilegal. Se trata de la mayor pérdida relacionada con las tormentas desde el invierno de 2009-2010, cuando lluvias y deslaves fuera de lo común destruyeron 106 hectáreas de árboles.
Sin embargo, la lucha contra la tala ilegal continúa. La semana pasada las autoridades detuvieron a un hombre que trató de sacar de la reserva de las mariposas una decena de enormes troncos usando papeles falsos que decían que los árboles estaban enfermos y que se iban a retirar porque representaban un riesgo. De hecho, los investigadores determinaron que los árboles estaban sanos.
Las monarcas dependen de hallar bosques relativamente bien preservados, donde millones de mariposas —negro con anaranjado— cuelgan apiñonadas de las ramas, como si se tratara de racimos. Los árboles y la aglomeración las protege de la lluvia y los fuertes descensos en la temperatura.
Es por eso que les afecta tanto la tala ilegal en el núcleo de 13 mil 551 hectáreas. La tala ilegal en la reserva monarca cayó a casi 20 hectáreas en 2015 a unos 29.6 hectáreas el año pasado.
Otro problema ha sido la pérdida del algodoncillo —la planta que sirve de alimento a las monarca— en Estados Unidos y Canadá debido a un aumento en el uso de herbicidas y la pérdida de tierras frente al desarrollo urbano.
La pérdida de bosques en México y de algodoncillo en la frontera norte ha sido devastadora. Este año las mariposas abarcan sólo 2.91 hectáreas.
El año pasado cubrieron cuatro hectáreas; en 2014 alcanzaron 1.13 hectáreas y en 2013 hubo un bajo récord de 0.67 hectáreas. Hace 20 años abarcaban 18 hectáreas.
"No podemos controlar el cambio climático, pero podemos hacer un trabajo mejor erradicando la tala ilegal en la reserva y frenando la pérdida del hábitat en Estados Unidos y Canadá", dijo Vidal. "Pero incluso si los sitios para pasar la temporada de invierno en México nunca pierden otro árbol, sin comida y hábitat en la ruta migratoria, los bosques pronto dirán adiós" a las mariposas monarca.
La mariposa en sí no está en riesgo, pero la migración parece que sí lo está, pues no todas las monarcas migran.