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Greenpeace

09/01/2017 - 12:00 am

Tendiendo puentes por la agricultura ecológica entre México y Cuba

  Producir de forma distinta es posible  Aleira Lara* El encuentro entre los guerreros y guerreras que luchan por mantener su soberanía alimentaria a través de una agricultura que produzca alimentos para la vida y no contra ella, es imprescindible.

 

Cuba es un ejemplo mundial que muestra que otra manera de producir alimentos no sólo es posible, sino que ya está ocurriendo. Foto: Greenpeace
Cuba es un ejemplo mundial que muestra que otra manera de producir alimentos no sólo es posible, sino que ya está ocurriendo. Foto: Greenpeace

Producir de forma distinta es posible

 Aleira Lara*

El encuentro entre los guerreros y guerreras que luchan por mantener su soberanía alimentaria a través de una agricultura que produzca alimentos para la vida y no contra ella, es imprescindible.

Necesitamos regresar el sentido humano de la agricultura de producir alimentos y no solo mercancías: alimento para el ganado, biocombustibles, o ingredientes de comida chatarra. Es urgente tender puentes entre campesinos, científicos y consumidores que se resisten a colaborar con el modelo de agricultura industrial de monocultivos, devastador del medio ambiente y de la salud humana. Es por ello que a bordo de nuestro buque insignia “Rainbow Warrior” navegamos junto con compañeros de comunidades mayas hacia Cuba, para intercambiar conocimientos y saberes sobre la actividad más noble del ser humano, la agricultura.

Durante los cinco días de viaje (10-15 de enero), visitaremos al menos cinco fincas, la Estación Experimental Indio Hatuey, el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (Inifat) y el Programa Nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar donde se han desarrollado técnicas de agricultura ecológica que pueden ser replicadas en México y otras partes del mundo.

Muy a pesar de los detractores de la agricultura ecológica, existen casos exitosos que desenmascaran los mitos que la agroindustria y sus funcionarios secuaces han promovido ampliamente para allanar el camino a la “revolución verde”: la agricultura ecológica no es viable para alimentar a la gente y es altamente costosa.

Cuba es un ejemplo mundial que muestra que otra manera de producir alimentos no sólo es posible, sino que ya está ocurriendo. En la isla existen miles de casos exitosos de un modelo agrícola innovador, libre de plaguicidas, fertilizantes, y transgénicos. Cuando la agricultura cubana quedó sin recursos e insumos externos (fertilizantes, plaguicidas y combustible) al desintegrarse la Unión Soviética, los campesinos cubanos, con sólo el 25 por ciento de las tierras cultivables, aplicando agricultura ecológica, fueron capaces de producir hasta el 65 por ciento del suministro de alimentos en la isla (1).

Mientras que la mitad de los casi 800 millones de personas que pasan hambre en el mundo pertenecen a comunidades de pequeños agricultores (2), en Cuba, los pequeños agricultores producen suficiente comida para ellos y además suministran el 90 por ciento de los vegetales y frutas que se consumen en el país.

Esta es una visita histórica que tiende un puente de colaboración entre campesinos cubanos y mayas mexicanos quienes actualmente libran una batalla contra la transnacional Monsanto en defensa de sus formas tradicionales de producción, de su salud y de su cultura, de los alimentos para las futuras generaciones. Los representantes de las comunidades mayas que viajan a Cuba tienen el interés genuino de perfeccionar sus técnicas agroecológicas que nos ayuden a afrontar los desafíos de la producción de alimentos saludables para las personas y para el planeta a través de la milpa.

A pesar de estar demostrado que el actual sistema alimentario no funciona, que tiene un impacto negativo en los agricultores, que impulsa la deforestación, contamina los recursos naturales como el suelo y el agua, y que contribuye al 24 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero por el hombre (3), el gobierno de Peña Nieto, ha decidido jugar el papel de testaferro de la industria de transgénicos que pretende coronar el modelo agrícola devastador con la comercialización de soya y maíz transgénicos, cultivos que echaran mano de grandes cantidades de herbicidas y plaguicidas.

Afortunadamente contamos con funcionarios que han decidido hacer lo correcto, el gobierno de Yucatán se ha planteado como objetivo, desde el 2015, aumentar la producción del campo de un modo sustentable, con oportunidades económicas para todos, transitando hacia la agricultura ecológica. Es el turno de los gobiernos de Campeche y Quintana Roo de hacer lo propio para hacer realidad la Península sustentable que pregonaron durante la reciente COP13 de biodiversidad.

Facebook: Greenpeace México

Twitter: @greenpeacemx

#SomosGuerreros

Aleira Lara es líder del Programa de Agricultura y Alimentación de Greenpeace México

Fuentes:

  1. Rosset, P.M., B. Machín-Sosa, A.M. Roque-Jaime and D.R. Avila-Lozano. 2011. The Campesino-to-Campesino agroecology movement of ANAP in Cuba. Journal of Peasant Studies, 38(1), 161–91.
  2. Who are the hungry? World Food Programme. Disponible en: http://www.wfp.org/hunger/who-are
  3. Pete Smith (UK), Mercedes Bustamante (Brazil). Agriculture, Forestry and Other Land Use (AFOLU). https://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar5/wg3/ipcc_wg3_ar5_chapter11.pdf. Información tomada el día 06 de enero de 2017.

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