Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).– Mientras la marcha de este miércoles se preparaba en Chilpancingo, Guerrero, en Iguala los policías municipales y de tránsito detenidos por su presunta participación en la muerte de tres estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos se enfilaban para abordar cuatro autobuses para ser trasladados a Tlaxcala.
Los 150 elementos policiacos serán sometidos a exámenes de control de confianza. Estos policías son los últimos, de los 480 uniformados que integran la fuerza municipal de seguridad, que faltaban en ser enviados a Tlaxcala para su investigación.
La mañana de este miércoles, el encargado interino de la seguridad, Juan Carlos Díaz García, informó del traslado de 194 policías municipales de Iguala al estado de Tlaxcala, donde serán sometidos a exámenes para certificar que son profesionales. El martes pasado, 114 elementos también fueron llevados por elementos castrenses y elementos de la Policía Federal al mismo estado para practicarles las pruebas de control de confianza.
Fue en la plaza principal del pueblo donde decenas de policías, hombres y mujeres, esperaban con una maleta y algunos bultos abordar los vehículos, después de que se les revisaran sus documentos.
Había familiares: madres, esposas, hermanas e hijas, despidiendo a sus seres queridos, sin saber cuándo volverán a verlos, debido a que la información es escasa.
Iguala queda totalmente desmantelada, sin Ayuntamiento, sin Alcalde, ni seguridad pública local y en manos de la Gendarmería y el Ejército.
La policía comunitaria aún permanece en la ciudad y no tiene fecha para abandonarla. Entre las peticiones de los maestros de Iguala está la destitución de todos los síndicos y regidores.
