Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- La dirigencia que encabeza Carlos Navarrete Ruiz, presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se va en septiembre: los consejeros aprobaron por mayoría su salida en el pleno Extraordinario del noveno Consejo Nacional.
La salida del dirigente y de resto de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional se dará oficialmente el próximo mes, cuando en el marco del Congreso Nacional se elija a los nuevos dirigentes.
Ayer, luego de los resultados electorales obtenidos en las elecciones del 7 de junio, Carlos Navarrete Ruiz propuso la renovación de la dirigencia de la fuerza política, antes de cumplir un año de su nombramiento.
El dirigente llamó a los consejeros a planear entre la fecha de este Consejo y la del próximo Congreso Nacional, cómo y cuándo se dará el cambio “adelantado” de la presidencia del Sol Azteca y el resto de las secretarías, luego de enumerar los nueve puntos en que se basará la renovación del partido.
“No se puede impulsar un conjunto de cambios en el partido de la magnitud de los que se están proponiendo para que muchas cosas cambien, pero la Dirección Nacional, las estatales y las municipales se mantienen igual. Requerimos revisar el funcionamiento de nuestros equipos dirigentes en muchos municipios y estados de la República. Requerimos sacudir inercias en la actuación de legisladores locales y federales y mejorar sustancialmente la gestión de nuestros gobiernos, y para que ello tenga menos resistencias y sea viable, se requiere también que la Dirección Nacional del partido esté dispuesta a dejar sus cargos para que el proceso sea integral”, dijo Navarrete ante el pleno.
El dirigente puso en consideración del pleno su propuesta, luego de hacer un recuento de los resultados que se obtuvieron en los comicios pasados y de los hechos que sacudieron al partido: la fractura y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.
Navarrete señaló que la fractura de la izquierda no sólo se refleja en los resultados, en donde el PRD quedó en tercer lugar a nivel nacional sino también donde el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se ubicó en cuarto.
Indicó que las relaciones políticas entre el PRD, Morena y Movimiento Ciudadano (MC) se deterioraron y que “da la impresión de que el objetivo principal de estos dos partidos, es el exterminio del PRD, pues no sólo han cerrado hasta ahora cualquier posibilidad de alianza electoral, sino que escalan las diferencias y la confrontación hasta niveles que alcanzan la descalificación política”, aseguró.
MENOS DE UN AÑO
Carlos Navarrete, que llegó a la dirigencia el 4 de octubre de 2014, recordó que ese día que el PRD celebrara la elección de un nuevo presidente, en Iguala “se encontraban fosas”.
“Se trata de transformar nuestras prácticas políticas, de reconstruir nuestra relación con los electores, de mejorar nuestra propuesta y nuestra actuación política, legislativa y de gobierno. Para contribuir a todo esto el presidente Nacional, el secretario general y el Comité Ejecutivo Nacional y sus órganos hemos decidido poner nuestros cargos a disposición de este Consejo Nacional y facilitar un relevo adelantado de la dirigencia. Lo hacemos con altura de miras, con la responsabilidad que debemos tener, contribuyendo a la unidad interna y sin aferrarnos a ningún cargo”, dijo.
Jesús Zambrano Grijalva, ex presidente del partido, dijo que el Consejo que se realiza hoy no cambiará a ninguno de los dirigentes.
“Seguirán en su cargo todos, presidencia, secretario general e integrantes del Comité Ejecutivo Nacional de aquí hasta la realización del Congreso, en donde serán citados ex profesamente para eso y que el Consejo Nacional también, por lo tanto, integre una propuesta que venga a hacer este relevo anticipado de la dirección nacional actual”, dijo.
Zambrano indicó que ya hay varias propuestas para sustituir a los dirigentes actuales, pero que él no se anota entre los aspirantes, pues su prioridad es coordinar a la fracción perredista en la Cámara de Diputados.
Los consejeros también aprobaron los nueve puntos que presentó ayer Navarrete, para lograr la renovación del partido.
Reafirmar el carácter de partido opositor y contrastar su posición con el oficialismo priista, para que el PRD sea un partido de firme oposición, de causas y claras propuestas.
Acompañamiento, observación y la verificación de los gobiernos del PRD para lograr que respondan a la confianza de quienes los eligieron. Gobiernos eficientes, transparentes, de compromiso social que cumplan con el programa con el que ganaron, claramente diferenciados en la forma de gobernar de otros partidos, que combatan la corrupción, que mejoren la calidad de vida de los gobernados.
Se aborda el tema de la coordinación con los grupos parlamentarios federales y locales para que los diputados y senadores actúen en plena coordinación con el partido que los postuló y respondan a su línea política, con plena independencia de los otros poderes.
Se propone una amplia política de alianzas en el terreno legislativo y electoral en acatamiento a lo aprobado por el último Congreso Nacional de noviembre de 2013.
Trata sobre la apertura del PRD y la vinculación con los ciudadanos, organizaciones civiles, gremiales y profesionales y sus agendas. Trata también los mecanismos de afiliación al PRD y la apertura de candidaturas para ciudadanos que no son miembros de nuestro partido.
Se incluye el tema de la formación política permanente que fortalezca y renueve liderazgos y el indispensable proceso del relevo generacional.
Se aborda el tema de la transparencia y la ética partidaria hoy lastimada en la actuación de algunos dirigentes, legisladores y funcionarios públicos.
Se toca el tema del funcionamiento de los órganos de dirección, su independencia respecto al gobierno, la organización interna y el despliegue territorial y el tema de las corrientes y su funcionamiento.
Se aborda el tema de la comunicación ante los nuevos retos de una sociedad cada vez más exigente y mejor comunicada.
“NOS ENTREGARON UN CARTUCHO DE DINAMITA”
El día que Navarrete tomó protesta como nuevo presidente estaba radiante y celebró con mariachis en el hotel Sheraton María Isabel de Avenida de la Reforma su triunfo. Era en la madrugada cuando los trabajos del Consejo Nacional que lo eligió concluyeron y apenas dio algunas declaraciones sobre Iguala.
Los normalistas estaban desaparecidos y el escándalo era inminente. José Luis Abarca Velázquez, el ex alcalde perredista de Iguala estaba prófugo.
Dos días después y con la crisis encima, Navarrete viajó con todos los miembros del nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) a Iguala y pidió perdón por los actos de Abarca.
El rostro radiante de la víspera de su elección que celebró con mariachis cambió y declaró a la prensa que no había recibido un nombramiento, sino “un cartucho de dinamita en las manos.
Pero aún con ese cartucho en las manos, Navarrete y los consejeros se negaron a pedirle la renuncia al entonces Gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero.
A menos de un año de su nombramiento, Navarrete se va. Su negativa a dejar la dirigencia en el pasado le costó al PRD la renuncia de quien fue su líder moral por 25 años: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Cárdenas renunció al partido el 25 de noviembre de 2014, después de advertencias y llamadas a enmendar el camino a los dirigentes del Sol Azteca en manos de “Los Chuchos” o Nueva Izquierda (NI). Después de poner como condición para quedarse la renuncia de Navarrete y todo el Comité Ejecutivo.
Ese día Cárdenas envió una carta de renuncia y “Los Chuchos” se quedaron con el esqueleto, porque el alma, la figura moral, el “hijo del Tata Lázaro”, el tres veces candidato a la Presidencia de la República, se fue.
Pero antes, por la tarde, Cárdenas tuvo un encuentro con los dirigentes del partido. Llegó de traje gris y corbata obscura y se sentó al lado de Carlos Navarrete Ruiz quien lo invitó a dialogar públicamente sobre la propuesta que el ingeniero había lanzado: la renuncia de toda la dirigencia y una refundación del partido.
Sin embargo, ni Navarrete ni Cárdenas tocaron ese tema. Se habló de Iguala, de la vergüenza que sufrió el PRD con el Alcalde José Luis Abarca Velázquez, acusado de narcotráfico, de los perdones, de los arrepentimientos. Pero ninguno habló de la renuncia de Navarrete.
Se habló de una posible renuncia de Cárdenas, al final, al salir de un diálogo de no más de media hora, el ahora ex perredista dijo que tenía que reflexionar y hacer lo que le hiciera sentirse bien consigo mismo, con su conciencia. Y lo hizo. Cárdenas abandonó al PRD, se cansó de tratar de rescatar un partido que desde hace más de cinco años está en manos de Nueva Izquierda.
Cárdenas dijo que esperó que fueran ellos, los dirigentes, quienes hablaran de la renuncia, pero no lo hicieron y entonces, se fue.