La omisión de los gobiernos estatal y federal para atender la epidemia de roya que padece la región cafetalera en Chiapas generará una caída de 50% de su producción, producirá más desempleo y, como consecuencia, mayores conflictos sociales.
El Soconusco, Chiapas, 8 de julio (SinEmbargo).– Pablo Hernández es un pequeño productor de café que, a sus 72 años, día a día, con lluvia o sol, camina desde las cuatro de la mañana cuesta arriba durante 60 minutos hasta llegar al Recibidero, donde están las tres hectáreas de terreno en las que produce café árabe.
Desde finales de 2011, Pablo vive una de las mayores tragedias de su vida. Hace ahora más de un año comenzó a notar que las hojas de algunas de sus plantaciones comenzaban a caer rápidamente y estaban manchadas en su parte posterior de un color naranja. Sin detenerse a pensar, rápidamente concluyó que se trataba de roya. No logró salvar su cosecha, porque hoy todas sus plantas están infectadas.
Esta plaga ha devastado desde 2011 cafetos en países latinoamericanos, desde Brasil hasta México. Es un hongo que crece en las hojas y, tras su caída, se debilita la planta impidiendo que el fruto aparezca. La infección se propaga rápidamente hacia otras zonas por medio de envases de saco o por la dispersión de las lluvias y el viento.
Cuando se habla de los mejores granos de café del mundo casi nunca nos detenemos a pensar en la región exacta en donde se cosechan; generalmente los reconocemos por su país de origen.
El Soconusco, en Chiapas, al sur de México, se ubica en la zona limítrofe con Guatemala y es el principal productor de café mexicano, el cual se caracteriza por ser de altura y 100% orgánico. Sus plantaciones no han estado exentas del ataque de plagas, las cuales han sido controladas, manteniendo así la calidad del grano.
En 2012 la roya atacó severamente esta zona cafetalera, provocando pérdidas hasta de 50%, según testimonios de pequeños productores y finqueros pertenecientes al sector privado.
La llamada “Ruta del café” ahora también podría convertirse en una “Ruta del desastre”, al ponerse en riesgo la supervivencia del cafeticultor y con ello una de las actividades económicas más importantes del país.
Fundada en 1888 por Arthur Edelmann, originario de Perleberg, Alemania, la finca Hamburgo es una clara descripción del paraíso: mantiene un microclima que varía entre los 16 y 22 grados entremezclado con paisajes exóticos que rodean las 287 hectáreas que producen café de altura.
Para proteger y mantener la calidad de las plantaciones, su dueño, Tomás Edelmann Blass, explica que utilizan fungicidas de última generación fabricados por empresas reconocidas mundialmente. Aplican los productos tres veces al año entre mayo y septiembre, para lo cual invierten entre 2 mil 500 y 2 mil 800 pesos por hectárea, sin contar la inversión en equipo y mano de obra.
En agosto del año pasado detectaron roya. Tomas Edelmann explica que suministraron dos aplicaciones de fungicidas, pero sólo lograron proteger 50% del área atacada por el hongo y el resto de los cultivos de café sufrieron una defoliación severa. Ante la situación se dio parte a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y se informó del embate que estaban padeciendo. La dependencia evaluó el área dañada en Chiapas, proporcionando oxicloruro de cobre para las fumigaciones, pero no funcionó. Se pidió que declarara la alerta fitosanitaria pero debido al cambio de gobierno esto no sucedió.
En el caso de la finca Hamburgo se realizó una poda de 140 hectáreas (de las 287 que tiene) para renovar el tejido de las plantas con la idea de que aplicando los cuidados necesarios producirán nuevamente en dos años, sin embargo las pérdidas ya son irreparables. Como ejemplo: sólo en esa finca se producían 11 mil quintales de café y año pasado bajó a 7 mil. En este año, según Edelmann Blass, sólo se producirán aproximadamente 3 mil 500. El costo de un quintal, el cual contiene 47 kilos de café, es actualmente de 150 dólares, pero debido a la plaga de la roya la inversión en cuidados será de 300 dólares.
ACCIONES Y MANIFESTACIONES
Con el objetivo de lograr la declaración fitosanitaria, los pequeños productores y los pertenecientes al sector privado se unieron por primera vez en una lucha que busca rescatar su producción y fuente de ingresos. Aseguran que se daría paso a la apertura de programas que faciliten créditos a largo plazo, a tazas bajas, por parte de la banca de desarrollo, para poder renovar las plantaciones con variedades resistentes a la roya y, al mismo tiempo, solicitar la construcción de un centro de monitoreo e investigación de plagas para la revisión frecuente de cafetales que evite una propagación de plagas como la que hoy padecen.
Ante la negación de las autoridades para proclamar la declaratoria de desastre, el 12 de febrero de 2013 decenas de cafetaleros convocaron a una rueda de prensa buscando que se diera voz a su causa, externando su necesidad de renovar cafetales, y exigiendo a Sagarpa que tomara medidas para atender de manera urgente dicha problemática.
El mensaje central de esa sesión fue “estamos pidiendo a los gobiernos federal y estatal que no esperen que nos caigan bolas de fuego para que nos volteen a ver, o que desaparezca realmente el importante cultivo del aromático grano. El avance de esta enfermedad lleva más de 40% en Chiapas y está llegando al estado de Veracruz, ya que la roya que se tiene en los cafetales ha mutado y se desconoce a ciencia cierta de qué tipo es ahora dicha plaga”. En aquel entonces no hubo respuesta alguna.
Lucila Margarita Guzmán, quien tiene una hectárea y media de plantaciones de café, declara que como comisariada dentro de la comunidad La Trinidad, en Chiapas, ha sido la encargada de representar a los pequeños productores que se han quedado en bancarrota en el intento de salvar sus plantas con fungicidas que no tuvieron efecto alguno contra la roya.
Después de entregar a las autoridades de la Comisión para el Desarrollo y Fomento del Café (Comcafe) cartas solicitando apoyo, Lucila espero más de cinco meses una respuesta que en junio pasado aún no llegaba. Explica que los encargados de la recepción de dichos documentos se limitaron a decirle que debía ser paciente, ya que analizarían con detenimiento su petición. Asimismo, le prometieron una reunión con las autoridades correspondientes, pero ésta tampoco se había llevado a cabo. Comenta que la desesperación comenzaba a apoderarse de los campesinos que tienen al café como única fuente de ingresos; en su caso, es madre soltera con dos hijas en la escuela y los gastos se complicaban cada día mientras la roya seguía avanzando rápidamente, sin dar tregua alguna.
Conforme pasaron los días y al no llegar a ningún acuerdo con las autoridades, el 5 de junio los productores realizaron una marcha de 7 kilómetros en la que también participaron miembros del sector privado, la cual incluyó un bloqueo total de una de las principales carreteras internacionales con el fin de hacer presión para obtener del gobierno federal una colaboración que abriera paso a la declaratoria de emergencia fitosanitaria.
Ese día, el gerente de la Unión Agrícola Regional de Productores de Café Tacaná, Ricardo Trampe Tauver, afirmó que “esta movilización es por la omisión de la autoridad en atender la roya, en lo próximo veremos la caída de 50% de la producción y vamos a tener un impacto social muy negativo”. Asimismo, declaró que “la problemática es tan grave que rebasa al Estado mexicano y sin duda se necesitara la intervención de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) a nivel internacional, porque para combatir y controlar la roya se necesitaría en una primera fase unos 135 millones de pesos para 45 mil hectáreas, ya que ahora sólo se han destinando 30 mil pesos”. Por su parte, Tomas Edelmann, también miembro de la Unión de Café Tacaná, manifestó que “lamentablemente en nuestro país para ser escuchados hay que recurrir a ese tipo de manifestaciones”.
El resultado fue un diálogo vía telefónica con el secretario general de Gobierno, Noé Castañón León, quien aceptó que desconocía que existiera una problemática y que haría lo posible por realizar, lo más pronto posible, una reunión entre afectados y autoridades. Así, después de 14 horas de bloqueo, los manifestantes decidieron reabrir la carretera bajo la advertencia de que si no obtenían un diálogo que los llevara a soluciones continuarían con protestas.
AITIA DR-43: EL ANTIDOTO QUE EL GOBIERNO OFRECE
El 18 de junio pasado fue la primera vez que el Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, visitó una comunidad cafetalera. Ahí presentó el programa “Manejo Sustentable y Control de la Roya del Cafeto”, el cual consiste en aplicar, sin afectar el entorno ecológico, en 720 localidades cafetaleras un fungicida biotecnológico denominado DR-43 adicionado con un biofertilizante llamado AITIA para la regeneración de las plantas.
También prometió en aquella reunión la entrega, en un primer momento, de 880 bombas aspersoras, con las cuales planean beneficiar a más de 25 mil productores, aplicando el fungicida en 44 mil hectáreas cultivadas. Argumentó que esta acción convierte a Chiapas en pionero a nivel mundial en el uso de tecnologías respetuosas del medio ambiente.
Lo anterior se plantea como la solución que logrará que se cumplan los cinco objetivos prioritarios, tanto del gobierno federal, que encabeza Enrique Peña Nieto, como del estatal y las instancias locales:
1. Controlar la problemática de la roya.
2. Mantener 100% orgánico el café.
3. Obtener mayor productividad.
4. Mejorar los ingresos de los productores y sus familias.
5. Hacer que el café siga siendo el motor de la economía de Chiapas.
No obstante, dicho programa no convence aún a los productores. Con 11 hectáreas de café, el productor y presidente de la sociedad de cooperativas Unidos para Estar Bien, Ismael Gómez Coronel, estableció con un grupo de pequeños productores una mesa de información en el parque central de Tapachula a la espera de una respuesta convincente por parte del Presidente. Aún con la visita del Gobernador Velasco Coello, reunión a la cual ni Gómez Coronel ni otros cientos de cafeticultores fueron invitados, siguen sin vislumbrar una solución eficaz debido a la desconfianza que tienen con respecto al fungicida, al que irónicamente llama “producto milagroso”. Ya en una junta con el director general de Productividad y Desarrollo Tecnológico de la Sagarpa, Belisario Domínguez Méndez, quien mantiene la postura de que la plaga de roya “no es un problema grave como para declarar la alerta fitosanitaria”, se le cuestionó la calidad del fungicida, pues según Gómez Coronel, para que sea reconocido y se le otorgue la certificación deben haber pasado cinco años de prueba. En este caso, señaló, al parecer sólo lo habían probado por 60 días en Veracruz, en donde el clima es distinto al de Chiapas, y sin saber cuáles habían sido los resultados.
Por su parte, Edelmann Blass, explica que a cafeticultores, propietarios de fincas, y pequeños productores les ofrecieron los mismos apoyos que este programa incluye. Aunque no está del todo seguro sobre la calidad del fungicida, le dará “el beneficio de la duda, pero sin dejar de aceptar que existen razones para desconfiar, porque hasta donde se sabe al ser un elemento nuevo, no ha sido ni siquiera certificado por los organismos oficiales y tampoco se ha constatado su efectividad en ningún lado”. Cabe destacar que al buscar en Internet información del AITIA DR-43 no existe ninguna descripción ni definición; tampoco alguna empresa que lo fabrique y distribuya o algún otro dato que no sean las notas informativas que dan a conocer su presentación por parte del Gobernador de Chiapas.
PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL
Mientras Belisario Domínguez Méndez aseguró que Chiapas “inició una nueva historia en la producción de café, que es posible gracias a la línea que ha marcado el Presidente de la República de velar por los intereses del sector cafetalero del país”, tanto el pequeño productor como los pertenecientes al sector privado explican que el reemplazo de cada planta infectada, además del costo monetario, tardará cinco años en producir un fruto y el gobierno no les habló de apoyarlos por medio de créditos.
El sector privado posiblemente podrá tramitar créditos con la banca comercial a largo plazo para renovar las plantaciones y continuar con la actividad, pero lamentablemente, como lo explica Tomas Edelmann, “los productores pequeños no tienen acceso a préstamos de ese tipo y sin apoyo a la agricultura las consecuencias serían devastadoras, ya que se está convirtiendo en un problema social de seguridad nacional”.
El Programa de Investigación Mundial de Café (WCR, por sus siglas en inglés) informó en 2013 que las consecuencias de la roya en los cafetos ha provocado la pérdida de más de medio millón de empleos a nivel mundial. En el caso de Chiapas, 140 mil familias dependen directamente del café como productoras, las cuales no tienen acceso a créditos. Sólo alrededor de mil productores tienen más de 10 hectáreas, cada uno, y para el resto la media es de dos, siendo los más afectados porque son los que han perdido 100% de sus plantaciones.
Las consecuencias de desempleo lógicamente también alcanza a los jornaleros y recolectores de café. En una finca de más de 200 hectáreas generalmente se contrata de forma permanente a 100 familias y se llegan a necesitar hasta mil cosecheros eventuales en época de cosecha, entre octubre y febrero. En esta ocasión se prevé que sólo se utilizaría el servicio de 50% del personal por la baja en la producción, aunque podrían llegar a ser menos de no conseguirse los créditos necesarios para poder continuar con las labores culturales.
En el caso de un pequeño productor serían seis empleados los que requeriría en tiempo de cosecha normal, pero en esta ocasión sólo ocuparía a tres en caso de tener otros ingresos además del café, porque de lo contrario tendría que prescindir de todos.
Este año, según la Organización Internacional del Café (OIC), se estima que la tasa de desempleo en el rubro cafetalero en Chiapas sería de 220 mil personas. Esta consecuencia, según los campesinos, desembocaría en el aumento de la delincuencia organizada, porque los asaltos se elevarían en esas comunidades y en las aledañas.
En un recorrido realizado por varios puntos de las zonas cafetaleras de Chiapas se conoció que el temor generalizado entre los campesinos, además de la agonía de sus plantaciones y su modo de manutención, es que la última salida puedan ser las armas ante la desesperación. Por ello esperan que la sensibilidad del gobierno federal se haga presente lo más pronto posible.
Gómez Coronel sentencia que se está advirtiendo del clamor del pueblo al gobierno federal, como ha pasado en otras ocasiones con otras problemáticas sociales en las que decidió hacer caso omiso y minimizó el problema. Lo único que a los productores les queda por el momento es seguir intentando por medio de manifestaciones. Este julio, Gómez Coronel y una comisión de productores de café emprenderán una marcha hacia el Distrito Federal; en cada municipio que crucen a lo largo de los mil 102 kilómetros de distancia se detendrán para informar y concientizar a la población sobre el problema que el sector cafeticultor padece. Al llegar a su destino final, la Ciudad de México, esperan mantener diálogos, si no directamente con el Presidente Enrique Peña Nieto, por lo menos con alguna autoridad que les brinde la ayuda para rescatar la actividad comercial del café.