El recuerdo de la matanza del 10 de junio de 1971, un productor ex empleado de Televisa que sustituye a uno que lo es de TV Azteca, estudiantes de distintas universidades que se reúnen para protestar por primera vez en la historia en contra de un candidato presidencial, una guerra de encuestas que ha hecho dudar sobre la que parecía una inevitable victoria del candidato priista, ex gobernadores investigados por la Procuraduría General de la República (PGR) por nexos con el narcotráfico y acusaciones entre candidatos por los recursos gastados en campaña son algunos de los elementos que permiten anticipar un intenso segundo debate entre los cuatro candidatos presidenciales el próximo domingo.
Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Progresista (PRD, PT y Movimiento Ciudadano); Enrique Peña Nieto, de la coalición Compromiso por México (PRI y Partido Verde); Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza (Panal), y Josefina Vázquez Mota, postulada por el Partido Acción Nacional (PAN), protagonizarán este 10 de junio el séptimo debate presidencial en la historia del país, el segundo en ser acompañado por las redes sociales. Se desarrollará en Guadalajara, Jalisco, a partir de las ocho de la noche, hora del centro, y será transmitido por primera vez por los canales 2 y 13, los de mayor cobertura.
El encuentro durará dos horas con 15 minutos. Las temáticas que se abordarán son: política y gobierno (transparencia y rendición de cuentas, gobiernos locales, reforma del Estado, entre otros subtemas), México en el mundo (política exterior, relación con Estados Unidos, migración) y desarrollo social y desarrollo sustentable (seguridad social, vivienda, salud, equidad de género, cambio climático, entre otros puntos).
Especialistas consultados por Sin Embargo coinciden en que se trata de un evento muy importante. Para Eduardo R. Huchim, periodista y ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, “el debate es importante porque ayudará a dos segmentos del electorado a decidir su voto: el sector de los indecisos y el sector de quienes, habiendo decidido en principio por quién sufragar, declaran que pueden cambiar el destinatario de su sufragio.
“Vale decir, será útil para todos los electores, excepto los que constituyen el ‘voto duro’ de los partidos. La mayor difusión que tendrá en esta ocasión el debate, al transmitirse por los dos canales nacionales de tv con más audiencia, incrementará su influencia”, explica Huchim.
Las encuestas no sólo muestran resultados distintos respecto a la diferencia que existe entre quien encabeza las preferencias, Peña Nieto, y quien se ha ido consolidando en el segundo lugar, López Obrador; también difieren en cuanto al porcentaje de indecisos o de personas que no contestan por quién votarán. En la encuesta de Reforma del 31 de mayo –que le da sólo cuatro puntos de ventaja a Peña Nieto, 38% contra 34% sin considerar la no respuesta– el porcentaje de entrevistados que no declaró su preferencia es de 21%. En tanto, en el ejercicio realizado por Buendía&Laredo para El Universal –publicado el 4 de junio y que muestra una ventaja del candidato priista de 16.1% respecto a López Obrador, lo que consideró la preferencia efectiva– quienes no contestaron constituyen el 13.7%.
John M. Ackerman, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, también califica como importante el encuentro de los candidatos: “Es sumamente importante el segundo debate. Es una verdadera lástima que no tenemos más debates. Esto es una gran irresponsabilidad tanto del IFE como de Peña Nieto, en particular, y de los principales medios electrónicos de comunicación. Tendríamos que tener tres, cuatro… siete, ocho debates. No son suficientes dos, pero por lo menos tenemos dos debates por ley, y este segundo será muy relevante”, afirma.
“Creo que Peña Nieto está nervioso, López Obrador está muy echado para adelante y Josefina está haciendo todo lo que se pueda para no ahogarse completamente”, estima Ackerman respecto a cómo llegan los candidatos.
Para Huchim, “la elección se está cerrando, Peña Nieto ya no parece el candidato invencible de hace un mes y López Obrador está creciendo, mientras Josefina parece consolidarse en el tercer lugar. El movimiento #YoSoy132 está teniendo una influencia notable en el declive de Peña, quien sigue siendo el puntero”.
COINCIDIRÁ DEBATE CON ANIVERSARIO DEL HALCONAZO
Cientos de jóvenes decidieron tomar las calles; su exigencia: democratizar la educación. Recorrían la calzada México-Tacuba cuando fueron agredidos con armas de fuego por un grupo paramilitar conocido como Los Halcones; por lo menos 70 estudiantes murieron. Era el 10 de junio de 1971, a unos cuantos meses de cumplirse tres años de los sucesos del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.
El hecho pasó a la historia como el halconazo. El priista Luis Echeverría era el presidente de la República; Alfonso Martínez Domínguez, quien menos de un año atrás había dejado la presidencia nacional del PRI, se desempeñaba entonces como jefe del Departamento del Distrito Federal, cargo al que tuvo que renunciar tras los acontecimientos.
La realización del segundo debate presidencial coincide con la conmemoración del 41 aniversario de la también llamada matanza del Jueves de corpus; lo hace también con un movimiento de jóvenes estudiantes, el #YoSoy132, que ha ido tomando forma a partir del viernes 11 de mayo, día en que Peña Nieto visitó la Universidad Iberoamericana y fue despedido con gritos de “¡Fuera, fuera!” por estudiantes que portaban playeras manchadas con sangre y máscaras del ex presidente Carlos Salinas.
El movimiento #YoSoy132 realizará un acto el domingo a las 18:00 horas en el Ángel de la Independencia. “Segundo debate. Elecciones México 2012. Veámoslo juntos”, propone. Asimismo, ha convocado a los candidatos a un tercer debate, después de que el IFE rechazara la petición de los jóvenes para hacerlo.
“Es muy importante reflexionar que el próximo domingo es 10 de junio. El 10 de junio de 71 hubo una matanza, una represión violenta en contra de jóvenes que se manifestaban en las calles. Es muy simbólico que precisamente el próximo 10 de junio también va a haber una marcha juvenil y va a haber un debate electoral. Entonces esto hasta le imprime un carácter histórico muy importante a este mismo debate por el contexto: movilización juvenil y también por la historia de represión en contra de movimientos juveniles”, plantea Ackerman.
IFE, CON EL ROL PRINCIPAL
Lo más recordado del primer debate –celebrado el 6 de mayo– es la participación de quien fungió como edecán, la playmate Julia Orayen. Un vestido blanco de escote pronunciado y tan sólo 24 segundos a cuadro fueron suficientes para opacar a los cuatro candidatos. Una de las consecuencias fue que el productor Jesús Agustín Tapia Flores, en medio de fuertes críticas, rechazara hacerse cargo del debate del próximo domingo.
Tapia Flores fue acusado por trabajar en TV Azteca, como coordinador general del área de noticias para las televisoras locales. Sus comentarios en contra del PAN y particularmente en contra de López Obrador provocaron sospechas sobre si “la mala producción” y la aparición de Orayen no fueron planeadas para beneficiar al candidato priista.
Apenas el martes escribió en su cuenta de Facebook sobre una nota titulada “Perfila AMLO fraude electoral de sus adversarios”: “A otro gato con este cuento tan trillado, ya se a rescrito mucho sobre este tema y este señor sigue igual! fraude fraude, preocupese por resolver el problemon de su ya cacareada charola! bola de corruptos (sic)”.
Con el cambio de productor, sin embargo, el IFE no parece haber acabado con la polémica que ha rodeado la organización de los debates. Es ahora un ex empleado de Televisa, Martín Pérez Islas, quien se encargará de producir el segundo.
El 28 de mayo Televisa informó que Pérez Islas se desempeñó hace 12 años en dicha empresa como director creativo y coordinador literario. Tres días después, cuando el IFE aprobó el formato del debate, la televisora volvió a informar que el productor trabajó para ella y enfatizó que el encuentro no lo produciría solo, sino asistido por TV UNAM y el Canal del Congreso.
En el acuerdo del IFE aprobado en la sesión extraordinaria del 31 de mayo (CG345/2012) quedó plasmada la necesidad de un debate mejor producido y equitativo. Puede leerse en la regla décima primera: “La Coordinación Nacional de Comunicación Social, a cargo de la producción del debate, podrá ser asistida por la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos o por otras áreas del Instituto Federal Electoral que, por sus atribuciones, pudiesen contribuir a la mejor producción del debate y se gestionará el acompañamiento del Canal del Congreso y de TV UNAM como medida adicional para garantizar la equidad en la producción y transmisión”.
El 1 de junio el conductor del noticiero estelar de Televisa, Joaquín López-Dóriga, escribió en un mensaje de Twitter: “Martín Pérez Islas, que produjo Plaza Sésamo, es el productor del segundo debate presidencial el 10 de junio. ¡Suerte Martín!”.
El productor es un comunicólogo egresado de la Universidad Iberoamericana. Tiene un diplomado en contenido infantil por la organización Children’s Television Workshop (CTW), hoy llamada Sesame Workshop, creadora de la serie de televisión Plaza Sésamo, de la cual Pérez Islas fue director en su versión mexicana. Participó, como director general y coordinador literario, en las telenovelas infantiles de Televisa El diario de Daniela, Amigos por siempre, Aventuras en el tiempo, Rayito de Luz, entre otras.
Con ironía, Pérez Islas publicó en su página de Facebook al terminar el primer debate: “‘Julia Orayen’ la edecan del debate es la ganadora Julia para presidenta!!! (sic)”.
En entrevista con Sin Embargo, Ackerman critica que los productores de los debates presidenciales tengan relación con las dos televisoras más importantes del país. “Obviamente tendría que haber sido un productor independiente; esto es algo que impusieron el mismo PRI, los consejeros electorales cercanos al PRI. Hay mucho talento en este país, y muchos productores, directores de cámaras independientes que no tienen ninguna vinculación con Azteca y Televisa que tendrían que haber sido tomados en cuenta para este debate, pero desafortunadamente eso no se pudo lograr por lo visto”, expone.
-¿Cuál ha sido el papel de las televisoras en el contexto del próximo debate?
-Los veo muy cínicos, realmente. No veo que estén escuchando verdaderamente a los jóvenes. Viendo su cobertura de las campañas, sus actitudes en general, no están haciendo ningún cambio real para responder a los jóvenes. Esto de la transmisión por Canal 2 del debate, pues qué bueno, pero qué triste que estemos en una situación en la que tenemos que celebrar el que el canal nacional más importante esté transmitiendo un debate presidencial. Ya nos han rebajado las expectativas tanto que cuando nos dan un poquito, pues celebramos. Y hay que celebrarlo, pero no veo que Televisa o TV Azteca estén tomando acciones claras y contundentes para responder a las demandas juveniles, y los jóvenes mismos lo tienen muy claro. Están nada más echándole más leña a la hoguera y esto es peligroso, tanto para las elecciones ahora como para después, lo que venga.
-¿Hay un IFE dominado por los partidos?
-El IFE ha tenido un comportamiento muy manso, muy poco contundente en muchas materias, desde la fiscalización hasta su relación con los medios y su relación con los partidos políticos, y esto del debate es un ejemplo más de lo mismo.
Por su parte, Huchim sostiene lo publicado recientemente en Reforma (03/06/2012), en donde señaló las debilidades del IFE, como la “falta de energía para frenar excesos partidarios en la actual campaña presidencial, sobre todo del PRI, que aparentemente está incurriendo en gastos excesivos” y las “deficiencias de conducción de su presidente, Leonardo Valdés Zurita, cuya poca aptitud para generar consensos y para cumplir acuerdos complica la operación diaria”.
HABRÁ NUEVO FORMATO
Las críticas al formato del primer debate, incluso de los propios candidatos, cuyos representantes fijaron y aprobaron las reglas por unanimidad, llevaron a buscar características más flexibles.
El cuatro de junio el IFE aprobó cuestiones técnicas; entre ellas que las cámaras tengan mayor movimiento para evitar que los documentos impresos que mostrarán los candidatos se salgan de cuadro, como ocurrió en el debate pasado. Además, aunque el PRI pidió evitar tomas que no los favorezcan, se podrán mostrar en pantalla dos candidatos, a quien tiene la palabra y a quien esté siendo aludido.
Ya el 31 de mayo el IFE había aceptado las reglas de la discusión, en las que se establece que los candidatos tendrán en total 30 minutos y medio para intervenir: dos minutos y medio para una ronda inicial y el mismo tiempo para una final, además de ocho minutos y medio para intervenir en cada uno de los tres bloques temáticos. El conductor del debate será el periodista Javier Solórzano, quien dará el uso de la palabra conforme los candidatos la vayan pidiendo, levantando la mano, dado que no están permitidas las interrupciones.
El aspecto de la imagen es uno de los que más preocupa a los contendientes. Así lo refleja la composición de la mesa de representantes que definió las reglas del debate; uno de los tres representantes con que contó cada uno de los tres candidatos más fuertes es especialista en manejo de imagen y medios. Los comisionados de Peña Nieto fueron Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador de campaña; Sebastián Lerdo de Tejada, representante del PRI ante el IFE, y Andrés Massieu Fernández, director general de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) de 2006 a 2009 y actualmente diputado federal.
Los negociadores del formato por parte del PAN fueron Rogelio Carbajal Tejada, representante del partido ante el IFE; Agustín Castilla Marroquín, presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, y Julio Di-Bella Roldán, asesor de imagen de Vázquez Mota. Los representantes de López Obrador fueron Jaime Cárdenas Gracia, diputado del PT; Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, y Luis Mandoki, cineasta, director de Fraude: México 2006 y ¿Quién es el señor López?
Para Ackerman el cambio de formato es positivo. Plantea que lo relevante será cómo actuarán los candidatos. “La gran duda es cómo se van a comportar cada uno de los candidatos, y evidentemente la gran atracción del debate va a ser el encuentro entre Peña Nieto y López Obrador. Aun en el contexto anterior de un formato de debate totalmente acartonado, limitado, aun ahí se dio una media hora de un intercambio interesante entre esos dos candidatos; ahora con el nuevo formato seguramente se va a dar mucho más profundo y claro”, anticipa.
“Sobre todo la gran pregunta es hasta dónde López Obrador y Peña Nieto, ellos dos, van a ir por los ataques, descalificaciones o por las propuestas y qué mezcla de esas dos cosas van a utilizar”, añade.