Ron Góchez, dirigente de la organización comunitaria Unión del Barrio en Los Ángeles, dio a conocer que el conoce por lo menos 50 casas que ya trabajan en las “casa santuario”, aunque agregó que su organización tiene reportes de “que hay otra gente (en California) que está haciendo lo mismo”.
Iván Mejía
Los Ángeles (EE.UU.), 8 mar (EFE).- Un grupo de estadounidenses llevó los actos de resistencia contra las deportaciones de la Administración del Presidente Donald Trump de las calles a sus propias casas y en secreto preparan cuartos para ofrecerlos a indocumentados que son buscados por Inmigración.
“Cuando los afroamericanos estaban escapando de la esclavitud había casas clandestinas para ayudarles a protegerlos”, explicó a Efe Ron Góchez, dirigente de la organización comunitaria Unión del Barrio en Los Ángeles, California.
“En Alemania, en Europa, cuando estaba la persecución contra los judíos (Segunda Guerra Mundial) se hacía también. Y creo que ahora nosotros tenemos la responsabilidad histórica, es un deber, de proteger a nuestra gente”, agregó.
Durante una entrevista, Góchez mostró a Efe una casa “en algún lugar de Los Ángeles” en donde las herramientas de trabajo no paraban de sonar en el ático que está siendo acondicionado para transformarlo en dormitorio.
“Aquí lo que se ve es una de varias casas que están dispuestas a recibir gente para poder defenderlas en un caso extremo”, indicó el líder comunitario, quien aseguró que debido a las redadas y las deportaciones, “es importante que esos espacios existan en casas, en iglesias, en cualquier parte”.
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El activista reveló que un cuarto con afiches revolucionarios de Pancho Villa, el Che Guevara, libros y banderas de ex guerrillas centroamericanas ya albergó inmigrantes que no podían pagar vivienda y jóvenes centroamericanos que emigraron solos sin la compañía de un adulto.
El dirigente de la Unión del Barrio aclaró que la solidaridad de las “casas santuario” se inició bajo la Administración del Presidente Barack Obama “quien no lo anunció, pero deportó cerca de 3 millones de personas”.
Ahora, con la cifra de cerca de 700 personas detenidas el pasado mes de febrero por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) se indica que con el actual Presidente las aprehensiones y deportaciones de indocumentados podrían ser igual o mayor a los que removió su antecesor.
“Las redadas van a incrementar, los ataques van a incrementar y por lo tanto nosotros tenemos que incrementar la resistencia. Pero solo tener miedo y quedarse congelado por el miedo, eso no nos va a ayudar, lo que va a ayudar es organizarnos y por eso estamos haciendo esto”, aseguró Góchez.
El profesor de historia en escuelas secundarias angelinas estima que son “cientos o miles” las casas clandestinas para indocumentados en todo el país.
“Yo en lo personal conozco de por lo menos 50 casas de los grupos con los que yo trabajo, pero sabemos que hay otra gente (en California) que está haciendo lo mismo”, reveló.
“No solo es algo que solo son los latinoamericanos, sabemos que hay redes aquí en Los Ángeles de gente anglosajona que está participando, que están prestando sus casas, ellos entienden el miedo que la gente siente, ellos entienden el peligro que esta gente corre”, aclaró Góchez.
El movimiento de las casas secretas “es nacional, aunque en verdad todavía no está bien coordinado, sabemos que hay organizaciones haciendo esto en Boston, en Nueva York, en todas partes del país”, informó el activista hijo de inmigrantes de México y El Salvador.
De su parte, el director del Centro para Inmigrantes de la iglesia San Francisco de Asís de Nueva York, el fraile Julián Jagudilla, indicó a Efe que “el nuevo movimiento santuario” en su región es parte del esfuerzo de proveer protección a inmigrantes indocumentados en templos de religiones diversas.
“Las casas o espacios para inmigrantes que los proveen personas solidarias tiene que ser de manera clandestina, porque tenemos que estar conscientes de las repercusiones”, aconsejó.
Julio Calderón, dirigente de la Coalición de Inmigrantes de Florida, dijo a Efe que el apoyo con viviendas a inmigrantes en el condado floridiano de Broward tiene la característica que es impulsado por maestros de escuelas.
“En Broward hay profesores, que al ver el sufrimiento de alumnos después que sus padres fueron deportados, los han apoyado ofreciéndoles un cuarto, alimentación, como otro hijo”, reveló Calderón.
“Todo es informal, aunque hay discusiones para que el Distrito Escolar de Broward pase una resolución sobre ‘Un plan de lugar seguro’ para que diversas organizaciones provean recursos a los estudiantes que se quedan solos cuando sus padres son deportados”, concluyó.