México tiene un menor crecimiento y mayor deuda que el resto de los países con la misma calificación crediticia.
Ciudad de México, 8 de Marzo (EconomíaHoy).- México está cada vez más cerca de una rebaja de calificación crediticia por parte de Fitch debido a que la economía tiene un crecimiento débil con mayores riesgos a la baja, así como el tamaño de su deuda.
La calificadora informó que la mayor incertidumbre económica como resultado de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, su intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e imponer controles migratorios más estrictos, "podría mermar la demanda interna mexicana en el corto plazo".
Fitch revisó la perspectiva de la calificación soberana de México a "negativa" desde "estable" en diciembre de 2016, al igual que el resto de las principales calificadoras (Standard & Poor's, Moody's y HR Ratings). Actualmente México ostenta ante Fitch una nota de 'BBB+'.
El resto de los países a los que la firma ha dado notas de BBB está creciendo a un ritmo de 3.1%, mientras que México ha crecido en promedio 2.5% en los últimos 5 años. Este menor avance podría continuar en 2017 y 2018 si se afecta la inversión que llega al país por una mayor incertidumbre económica, advirtió.
Además, la volatilidad de los precios ha aumentado después de la elección estadounidense y "no se sabrá la magnitud de las potenciales ramificaciones de las políticas estadounidenses sobre México hasta que se den a conocer más detalles sobre el alcance y contenido de los cambios que se realizarán en términos de comercio exterior y asuntos de migración", indicó la compañía.
El déficit en cuenta corriente ha aumentado en los últimos años y "cualquier impacto negativo sobre las remesas, que provienen principalmente de EEUU, podría empeorar aún más las dinámicas de las cuentas externas", dijo Fitch.
El gobierno federal registró en 2016 una deuda del 46 por ciento del PIB, más alta que la que tiene el resto de los países con calificación de BBB, de alrededor de 40 por ciento, lo cual "ejerce presión adicional sobre el perfil crediticio de México".
A los déficits, el bajo crecimiento y la depreciación del peso, Fitch añade las transferencias de recursos que el gobierno mexicano ha hecho a sus empresas productivas del Estado (Pemex y CFE) "que han llevado a un aumento continuo en la carga de la deuda pública en los últimos años".
Para la calificadora, pese a que el gobierno ha prometido lograr un superavit primario (ingresar más de lo que gasta), el bajo crecimiento y la debilidad del peso ponen en riesgo la contención del endeudamiento.
A todo lo anterior hay que agregar el "deterioro en los vínculos de México con Estados Unidos". Si este empeoramiento de la relación bilateral golpeara a la perspectiva de crecimiento de México, la calificación crediticia se vería afectada.
Fitch advierte que sólo un mejor desempeño económico y una consolidación fiscal exitosa que mejorara la perspectiva de la trayectoria de la deuda pública, así como un menor riesgo de interrupción de los flujos comerciales y financieros hacia México podrían ayudar a estabilizar la perspectiva de calificación.