Políticos de oposición y politólogos destacaron que la falta de gobiernos de alternancia en entidades como el Estado de México y Coahuila, donde el PRI ha gobernado por 90 y 87 años, respectivamente, ha llevado a abusos de poder, corrupción, dispendio y a todo tipo de “maniobras para encubrir a verdaderos delincuentes”. También alertaron que si en las elecciones de junio se logra vencer al tricolor en esos estados, eso no bastará para construir una transición democrática, porque la llegada de un partido político diferente a esos gobiernos aún no garantiza nuevos esquemas de cultura política, de participación ciudadana ni legislaciones innovadoras.
Ciudad de México, 8 de marzo (SinEmbargo).– Las elecciones de este año en Coahuila y el Estado de México abonarán a la transición mexicana a la democracia, si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) deja el poder estatal por primera vez en esas entidades, coinciden oposición y analistas políticos.
Aunque la transición a la democracia involucra diversas aristas, no sólo el factor electoral, de perder las dos entidades que aún no han tenido alternancia y que están en juego en junio, el priismo daría una pauta importante de su derrota en las elecciones presidenciales de 2018, destacan los especialistas.
“En el caso de la elección de Coahuila es histórico que pudiera haber un cambio. La familia Moreira ha gobernado durante los últimos sexenios y, aunque no es un estado de padrón muy grande, sería interesante saber si hay algún cambio. En cuanto al Estado de México, la elección es histórica. Tiene el mayor padrón electoral comparado con el de países como Chile y Ecuador. Es un país pequeño que lleva 90 años gobernado por un solo grupo político”, explicó Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia.
Bravo Peralta destacó que la falta de alternancia en ambos estado trajo abuso de poder, corrupción, dispendio y todo tipo de “maniobras para encubrir a verdaderos delincuentes”.
“Es necesario el cambio, porque siempre que cambia algo se oxigena y se destapan estas cloacas. Ya son muy pocos lo estados en donde no ha habido alternancia en México”, dijo.
Para algunos analistas, la alternancia, o lo que se llamó “transición mexicana”, en el año 2000 con la salida del PRI de Los Pinos y la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) que se instaló 12 años en el poder, no ha significado una verdadera transición hacia la democracia.
Enrique Gutiérrez Márquez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, reconoce que las elecciones en el Edomex y en Coahuila serán importantes como un “termómetro para 2018”. Los resultados de junio indicarán qué tan cierto es la tesis de que el Presidente Enrique Peña Nieto “se está quedando solo”.
“Me parece que no hay que confundir alternancia con transición a la democracia, porque los procesos de alternancia no han consolidado una transición a la democracia […]. Que gobierne un partido diferente al PRI no garantiza una transición a la democracia con nuevos esquemas de cultura política, de participación ciudadana, legislaciones innovadoras, y eso no lo garantiza la alternancia político-electoral. Hemos visto que gobernadores y legisladores de diferentes partidos pasando desde el PRD [Partido de la Revolución Democrática] y el PAN han estado envueltos en escándalos de corrupción, han construido presas en sus terrenos, desviados fondos, endeudado a los estados”, explicó.
El académico recordó que desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría en el Congreso de la Unión, los mexicanos “estamos con la promesa democratizadora” que aún no termina por completarse. Gutiérrez Márquez destacó que se requiere de una clase política responsable de combatir la “corrupción y las complicidades”.
“Es un problema más complejo que no se agota en la elección, ni en el ejercicio del sufragio. Se trata de un proceso donde la ciudadanía tenga una voz fuerte y clara y una democracia medianamente consolidada”, indicó.
Telésforo Nava Vázquez, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que cuando el PAN arribó a la Presidencia de la República, el país no se democratizó.
“Uno de los grandes problemas es que la corrupción no se tocó, por ejemplo, y la transición fue muy limitada porque la clase política se hizo más oligárquica, elitista”, agregó.
Pero el investigador reconoció que en las elecciones de este año hay un clamor para que el PRI salga del Edomex y de Coahuila, lo cual abonará a la transición.
“La gente quiere que se vaya el PRI; y abonará a la transición que se vaya […]. Ayuda la derrota, porque la gente está echando al PRI, pero no vendrá la transición por parte de la oligarquía, la sociedad tiene que echar manos a la obra, trabajar, crear un proyecto alternativo”, precisó.
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EDOMEX: 90 AÑOS DEL PRI
El PRI ha estado presente en el Estado de México desde 1925, cuando llegó al poder con Carlos Riva Palacio. El priismo se ha consolidado en la entidad a tal grado, que es la cuna de Peña Nieto y del grupo en el poder que arribó a Los Pinos en 2012, el Atlacomulco.
Pero en las elecciones de junio, el PRI y sobre todo ese grupo de poder se jugarán al mayor bastión que les queda de cara a los comicios presidenciales de 2018. Ese territorio que significa más de 11 millones de votantes y el refugio de la clase política en el poder, coinciden los analistas.
“Sin lugar a dudas daría un gran empujón a la transición mexicana si en el Estado de México hay un Gobierno diferente al PRI. Sería algo plausible, que oxigene al sistema, independientemente de quien gane. Que haya cambios. La cosa pública tiene que cambiar para que se oxigene el sistema y no se generen todos estos fenómenos que sufren México y América Latina. El Estado de México puede ser la debacle que indique que no nada más se le puede arrebatar al PRI en esta elección, sino a nivel nacional”, considera Virgilio Bravo Peralta.
Para el Edomex, las encuestas colocan muy cerca entre sí a los candidatos del Tricolor, Alfredo Del Mazo Maza; del PAN, Josefina Vázquez Mota; y del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Delfina Gómez Álvarez.
Los datos oficiales indican que quien se coloque como nuevo Gobernador o Gobernadora tendrá en sus manos un estado pobre, inseguro, corrupto y con una de las deudas más elevadas del país.
La realidad del Estado de México ha empeorado durante los últimos 12 años. La deuda, según el “Saldo Histórico de Obligaciones Financieras de Entidades Federales, Municipios y sus Organismos” de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al tercer trimestre de 2016, es de 41 mil 778.8 millones de pesos. Los datos colocan a la entidad como la quinta mas endeudada del país.
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Los índices de pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que datan de 2014, revelan que el 46.6 por ciento de la población en el estado vive en situación de pobreza, 23.7 por ciento de los mexiquenses son vulnerables por carencias sociales y 9.3 por ciento por el ingreso.
El Coneval detalla que sólo 17.4 por ciento de la población es no vulnerable. Mientras, el 7.2 por ciento, alrededor de un millón 200 mil personas, viven en pobreza extrema, es decir, “disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana”, de acuerdo con la definición del organismo.
La seguridad pública es una de las mayores demandas de la población. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) detalla que durante los últimos doce años se han registrado al menos 21 mil 656 asesinatos en el Edomex.
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En materia de confianza de la población en las instituciones y en las autoridades, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2015, del INEGI, coloca al Estado de México como la entidad con la tasa de incidencia de corrupción por cada 100 mil habitantes más elevada del país: 62 mil 160 actos de corrupción por cada 100 mil habitantes.
El historial de la ENCIG revela que el estado ha empeorado en este rubro con el paso de los años. La encuesta de 2013 detalló que el Edomex no se encontraba entre los cinco estados con mayor incidencia de actos corruptos, pero dos años después se colocó a la cabeza.
“Yo sí percibo que la gente quiere un cambio. Debe haber alternancia aquí en el Estado de México, ya son 90 años y ya se llegó a una situación que la gente no confía en que se trabaja. No se ha escuchado a la población. La alternancia vale la pena”, dijo en entrevista con este medio digital Delfina Gómez Álvarez, candidata a la gubernatura por Morena.
Josefina Vázquez Mota, la candidata la del PAN, dijo hace unos días a SinEmbargo que debido a la corrupción, inseguridad, pobreza y los feminicidios que aquejan todos los días a los municipios del estado, es necesario que el PRI abandone el poder.
“Ésta es la certeza de que ha llegado el tiempo de la alternancia y de que con el poder y la fuerza de los ciudadanos vamos a cambiar la historia de casi 90 años en el Estado de México”, dijo.
COAHUILA: 87 AÑOS DE PRI
En 1929, el PRI se instaló en Coahuila con el ex Gobernador Nazario S. Ortiz Garza, y desde entonces no se ha movido de la entidad. La oposición afirma que ya es tiempo de un cambio, debido a los problemas de inseguridad y acusaciones de corrupción que se han intensificado durante las últimas administraciones.
Tanto el PAN como Morena apuestan por arrebatarle al Tricoles el poder para acabar con el llamado “Moreirato”, es decir con los resultados que han dejando los hermanos Humberto y Rubén Moreira.
Coahuila es uno de los estados más endeudados a nivel nacional. Y fue el ex Gobernador Humberto Moreira Valdés quien disparó el pasivo de la entidad durante su gestión: después de recibir una deuda, en diciembre de 2005, de 323 millones de pesos, a su salida en 2011, dejó pasivos por 36 mil 509.6 millones de pesos, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda.
El “Moreirato” también elevó los niveles de pobreza. De acuerdo con el Coneval, en 2010, cuando gobernaba Humberto Moreira, el 27.8 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza; y cuatro años después, el porcentaje se elevó con Rubén Moreira a 30.2 por ciento.
Además, en la entidad el poder de la familia Moreira se extiende también a Carlos, Álvaro, Iván, Elisa y Monserrat Moreira, quienes han ocupado cargos importantes.
Carlos Ariel Moreira Valdés fue líder estatal de la Sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ahora Coordinador del Colegiado Nacional de Organización; Iván, el hermano menor, ha estado al frente del Instituto Estatal de Capacitación y Actualización del Magisterio, y Elisa es Jefa del área de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores de la Secretaría de Educación de Coahuila.
Monserrat fue Coordinadora del Programa Sí a la Vida del Sistema Integral para la Familia (DIF), durante la gestión de Humberto Moreira; y Álvaro Moreira, acutal secretario de Organización del PRI en Coahuila, podría ser –de acuerdo con fuentes consultadas– contendiente a la Alcaldía de Saltillo este año.
Los escándalos de presuntos actos de corrupción han perseguido a los hermanos Moreira. En enero del año pasado, Humberto Moreira fue detenido en España por una investigación relacionada con lavado de dinero, organización criminal, malversación de caudales públicos, y cohecho. Pero fue liberado siete días después.
Rubén Moreira, actual Gobernador de Coahuila, es señalado de ocultar información sobre la deuda que dejó su hermano Humberto, además de contratar más.
La entidad también es territorio de decenas de fosas clandestinas, de cientos de desparecidos, en donde la organización delictiva Los Zetas ha operado durante los últimos sexenios y ha protagonizado masacres como la de Allende y Piedras Negras.
Armando Guadiana Tijerina, precandidato a la gubernatura de la entidad por Morena, planteó el mes pasado en entrevista con este medio digital la necesidad de que el PRI salga del poder.
“Aquí lo que se requiere es un cambio efectivo. Un cambio de los tricolores por los azules no soluciona nada, porque nos hemos dado cuenta que es lo mismo, a veces se apoyan uno al otro allá en las cúpulas y quieren seguir en la misma tocada”, dijo.
Luis Fernando Salazar Fernández, Senador del PAN por Coahuila, quien buscó la candidatura a la gubernatura del estado al interior de su partido sin éxito, consideró en entrevista el año pasado, que la elección de este año es la oportunidad de los coahuilenses de acabar con las administraciones de los hermanos Moreira.
“Me parece que el escándalo de Coahuila lo rebasa [al caso Veracruz]. Evidentemente el desastre financiero, la corrupción que se ha descubierto en torno a Duarte y también del otro Duarte de Chihuahua tiene hoy los reflectores de los ciudadanos, de los mexicanos, respecto a lo que no debe de hacer una administración pública. Pero también estoy convencido de que quien empezó con este patrón, esta conducta fue Humberto Moreira. Él fue el primero en intentar dejar su paquete de inmunidad en Coahuila”, dijo.
El PAN eligió como candidato a Guillermo Anaya Llamas, y Salazar Fernández estuvo a punto de impugnar la decisión de su partido, pero fue precisamente la necesidad de una alternancia en Coahuila, y de evitar divisiones, lo que lo llevó a revirar.