La Colectividad del Maíz gana una batalla más a Monsanto y otros representantes de la agroindustria: el Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa falló a favor de la suspensión de liberación o siembra de maíz transgénico hasta que se resuelva el juicio definitivo. Sumado a ello, la resolución obliga a las empresas que quieran usar productos que necesiten el herbicida glifosato a estar sujetas a control judicial y de los científicos demandantes.
Ciudad de México, 8 de marzo (SinEmbargo).- La mañana de este martes, el Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa notificó la sentencia de apelación por la que ordena a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), abstenerse de otorgar permisos de liberación o siembra de maíz transgénico hasta que se resuelva en definitiva el juicio colectivo promovido por científicos, especialistas y campesinos y organizaciones que integran la Colectividad del Maíz.
El fallo revoca la negación a la suspensión definitiva y a la suspensión en carácter de provisional. Sin embargo, tras la impugnación se logró demostrar “la presencia ilícita de transgénicos en cultivos de maíces nativos”, informó la Colectividad del Maíz, la cual agregó que los demandantes [científicos, especialistas y campesinos] comprobaron que se han violado las leyes mexicanas e internacionales”.
René Sánchez Galindo, uno de los abogados del caso, informó que el movimiento que busca frenar a la agroindustria lleva siete años y es hasta ahora cuando ven una resolución de este tipo. Con ello la Colectividad gana una batalla ante Monsanto, Syngenta, Pioneer-Dupont y Dow, empresas que junto con la Sagarpa y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), están demandadas desde 2013.
“Ha sido un proceso largo pero hemos ido paso a paso. No ha sido fácil, pero hemos ido construyendo. Ahorita vamos a esperar las acciones de la contraparte, ver si pugna. Por otro lado, en el juicio, iremos a la etapa de pruebas del expediente principal; es decir: el juicio juicio. Porque este es un nivel de suspensión, no es una sentencia definitiva, por eso es importante ganar el juicio definitivo”, declaró Sánchez Galindo.
La Colectividad del Maíz informó que en 2009 hubo liberación de transgénicos de forma experimental, tras esos hechos la comunidad científica pidió que hubiera escrutinio público de esas acciones, pero no se logró nada. Sin embargo, con el fallo del Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa, si una empresa quiere liberar transgénicos estará sujeto a evaluaciones mensuales por parte del Poder Judicial y con ayuda de los científicos de la demanda colectiva, con ello la autoridad podrá revocar los permisos.
Asimismo los transgénicos que utilicen el herbicida glifosato, estarán sujetos a control judicial y de los científicos demandantes.
René Sánchez informó que la industria de transgénicos podría promover amparos ante tribunales de mayor jerarquía, pero dada la experiencia con la suspensión provisional, es posible que ningún amparo progrese.
“Con la experiencia pasada, cuando la suspensión era provisional, ganamos todos los juicios de amparo. Es muy importante que la resolución que el Tribunal de apelación reconoce quedó demostrado la presencia ilícita de transgénicos en cultivos; entonces, si no lo han podido contener ¿cómo lo van a contener ahora? Ese es nuestro argumento central. Eso quedó demostrado y nos da una protección, o sea, la suspensión va a continuar y no amparo que pueda revocarla”, detalló.
Los científicos y especialistas que firman y encabezan la demanda colectiva son: Antonio Turrent Fernández, en agronomía; Víctor Manuel Toledo, en el área socio ambiental; en las materias de antropología, historia y cultura, Julio Glockner y Narciso Barrera Bassols; en ética y patrimonio gastronómico, Raúl Hernández Garciadiego; en el área de derechos humanos, Miguel Concha Malo, director del centro Fray Vitoria; y en el ámbito de patrimonio alimentario, Luciano Concheiro y Patricia Moguel.