En 2050, Tabasco estaría bajo el agua: expertos; piden seriedad en tema de cambio climático

07/12/2015 - 12:00 am

México desperdicia millones de pesos al año en reparar los daños causados por el cambio climático, en lugar de reorientar la política pública hacia la prevención, advierten especialistas.

Ciudad de México, 7 de diciembre (SinEmbargo).– En 35 años, el estado de Tabasco y algunos poblados de Veracruz podrían estar sepultados bajo el agua ante los estragos del cambio climático, según muestra un video de Business Insider, lanzado a mediados de este año, en el que se puede observar cómo cambiaría la tierra si se derritieran todos los glaciares.

El Gobierno mexicano tiene desde hace años información sobre los efectos que el cambio climático puede tener en el territorio nacional. Sin embargo, de acuerdo, con ambientalistas y científicos, aún no existe una política pública que permita eficientar el uso de los recursos que se destinan para el llamado Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para que se utilicen en la prevención en lugar de la reparación de los daños que los distintos eventos climáticos provocan en los estados del país altamente vulnerables, como los dos mencionados.

En el caso de Tabasco, el Centro de Estudios de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alerta que los municipios de Tacotapa, Tenosqiue, Nacajuca y Comalcalco son altamente vulnerables, mientras que en otros como Balacan, ya se toman acciones de gran importancia como la elaboración del Atlas de Riesgo y el Programa Municipal de Acción Climática.

Existen otros casos, como el de Protección Civil de Jalisco, que ya tiene identificadas zonas de alto riesgo y protocolos previos a los efectos del cambio climático, pero no están coordinados con otras instituciones que les permitan aplicar ya los instrumentos.

En México, según Pablo Alberto Torres Lima, investigador del Departamento de Producción Agrícola de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, los efectos del cambio climático se han hecho palpables hasta en la capital del país.

Una muestra, dijo, es el caso de la Delegación Milpa Alta, en la Ciudad de México, que de ser una delegación completamente rural, sus productores han tenido que abandonar la actividad agrícola o combinarla con algún trabajo de bajo ingreso como ser veladores.

“En el sur del Distrito Federal, los productores que tienen parcela de autoconsumo ya tuvieron que conseguirse un empleo. Acabamos de hacer un estudio el mes pasado, Milpa Alta es la delegación con mayor marginación social y nuestros resultados muestran que el capital humano es donde están más débiles”, expresó.

Agregó que que esta es una de las poblaciones que está lejos de las políticas públicas diseñadas para preservar este tipo de actividades y aminorar los efectos del cambio climático.

¿QUIÉN, CÓMO, CUÁNDO Y DÓNDE?

PROMO-CAMBIO-CLIMATICO

En México, la Ley Federal de Cambio Climático (LFCC) entró en vigor en 2012, la cual ha sido calificada como una “iniciativa muy loable”, basada en estudios internacionales, “el problema es que hay diferentes escalas de aplicación y de actuación por parte de la sociedad y del gobierno donde necesita haber estrategias más físicas, que se bajen los recursos y no se limiten a contener dichas acciones y/o dichas emisiones y eso representa infraestructura, servicios de salud… El cambio climático no es unidireccional y no afecta sólo en un sentido sino revela las grandes disparidades en grandes sociedades y eso es lo que falta para México”, expresó el académico.

De acuerdo con los presupuestos de egresos de Federación, en 2014 el Fonden recibió un presupuesto de 6 mil 246 millones de pesos, para 2015 disminuyó a 6 mil millones, pero para 2016 dará un salto a 8 mil millones de pesos.

“Todos los años estamos viendo cuantos miles de millones de pesos gastamos del Fonden para reconstruir zonas específicas del país, cuando ese dinero se debería de estar convirtiendo en acciones preventivas, que te permitan reducir riesgos, establecer sistemas de alerta temprana, pero se van en lo mismo”, dijo por su parte Gabriela Niño, ‎coordinadora de políticas públicas del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

A juicio del académico de la UAM, se cuenta con los recursos, con los modelos y con las proyecciones que permitan traducir, en lo operativo, líneas muy puntuales de trabajo y requerimientos de los gobiernos municipales y estatales.

Nuevamente citó el caso de Tabasco, que, dijo, es una macro región, que requiere de un trabajo muy importante de adaptación al cambio climático.

Gabriela Niño, reiteró que en México existen otros instrumentos para atender los problemas derivados del cambio climático, como el Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018, el reto es que a nivel de estados y municipios exista una revisión continua, pues la mayoría de estos documentos se revisan cada tres o seis años.

También existen mapas y proyecciones como los realizados por el Centro de Estudios de la Atmósfera de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM) y proyecciones científicas que han llevado a conclusiones como que en el 2050 Tabasco y una parte de Veracruz estarán bajo el agua, pero no hay un seguimiento.

“Hay una coyuntura importante a nivel internacional. México siempre ha sido cabeza de lanza en el desarrollo de instrumentos, sin embargo, habría que poner énfasis en las decisiones de abajo hacia arriba, el rol que juegan en materia de mitigación y las barreras que aún existen”, concluyó.

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