1. ANGEL AGUIRRE, EL SEÑOR MATANZAS
Ha estado presente en casi todas las grandes tragedias humanas de Guerrero de los últimos años. Fue él quien asumió la gubernatura cuando su amigo Rubén Figueroa Alcocer renunció después de ordenar la matanza de campesinos en Aguas Blancas. Él era (es) jefe del Ejecutivo estatal cuando Acapulco se convirtió en la ciudad más violenta del mundo. Era mandatario cuando la tormenta tropical “Manuel” barrió con pueblos enteros.
2. GUERRERO EN LLAMAS: CÓMO INICIÓ TODO
La historia no es nueva, sino que se repitió con Ángel Aguirre Rivero, descendiente directo de los Figueroa, la casta política que se alió al Ejército en la masacre de comunistas a la vez que el Estado, representado en la Dirección Federal de Seguridad y la Brigada Blanca, construía los cimientos del crimen organizado mexicano. Con base en expedientes judiciales aún clasificados, SinEmbargo presenta la evolución de la política criminal de Guerrero, donde hoy está posado el ojo del huracán de eso que bien podría llamarse el “Narcoestado mexicano”.
3. PAÍS DE FOSAS, CIFRAS A MEDIAS Y MENTIRAS
A la imposibilidad de saber cuántos cadáveres o restos humanos yacen bajo la tierra removida subrepticiamente en parajes, montes o predios de Guerrero, bien se puede sumar la inconsistencia en los datos sobre aquéllas tumbas que sí han podido localizarse, pues las cifras que la Procuraduría General de la República (PGR) ha proporcionado al respecto han cambiado significativamente en varios casos. Lo que persiste es una falta de coordinación para hacer una eficiente identificación de los cuerpos encontrados, acusan organizaciones que trabajan en la búsqueda de personas desaparecidas.
4. GUERRERO DESPUÉS DE AGUIRRE: LA DEVASTACIÓN
En medio del incendio que ha devastado Guerrero desde el inicio de los gobiernos perredistas, el entonces Gobernador Ángel Aguirre Rivero hizo a un lado recursos federales disponibles para atenuar la pobreza, combatir al crimen organizado, prevenir la corrupción del personal dedicado a tareas de seguridad pública e implementar estrategias contra el secuestro. La crisis política y social originada por la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa y el asesinato de seis más los pasados 26 y 27 de septiembre quedan al descubierto la utilidad que habría tenido la aplicación del dinero ministrado por la federación.
5. AYOTZINAPA: “YO PARTICIPÉ MATANDO A DOS”
Hablan los presuntos asesinos de algunos normalistas de Ayotzinapa, en declaraciones ministeriales hechas ante el Agente del Ministerio Público del Fuero Común Adscrito a la Dirección General de Control de Averiguaciones Previas, Miguel Ángel Cuevas Aparicio, durante la primera semana de octubre de 2014, con sede en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero…
6. “YO SÉ QUE MI HIJO ESTÁ VIVO Y SERÁ MAESTRO”
Apenas pasó los 17 años, el muchacho dejó atrás el viento del sur que sopla sobre la diminuta nación huave y tomó camino hacia Ayotzinapa justo como hiciera, dos décadas atrás, su padre Manuel Martínez. Padre e hijo compartirían las mismas razones para alejarse de San Mateo del Mar, Oaxaca. Pasarían las noches en los mismos dormitorios atestados de muchachos de ojos negros y ansiosos. Descubrirían a Marx y Engels con el mismo pensamiento azorado y bajo la misma mirada satisfecha de los mismos maestros…
7. A LOS 43 LOS ECHARON A LOS PERROS
Documentos oficiales en poder de SinEmbargo dicen ahora que elementos del Ejército, de la Policía Federal y de la Estatal estaban allí cuando los normalistas fueron atacados. Y antes de que los secuestraran, les negaron ayuda. Mejor los revisaron para ver si no traían armas, que tenderles la mano. Mejor les tomaron fotos, les quitaron las playeras, les negaron la atención médica. Los sacaron de un hospital, los lanzaron a una carretera oscura. Básicamente, los echaron a los perros.