Ciudad de México, 07 de noviembre (SinEmbargo).– Con la puesta en marcha de la Reforma Energética, el sector privado en petróleo y gas tendrá más participación e incidencia, por lo que las empresas nacionales no bajarán los precios del petróleo y podría presentarse un encarecimiento del combustible agrícola y de materias primas para fertilizantes, lo que repercutirá en un aumento en el precio de los alimentos, advirtió el Director de la División de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad Autónoma de Chapingo, Abel Pérez Zamorano.
Este escenario se contrapone con el discurso que rodeó el debate y la aprobación de dicha reforma en el sentido de que habría combustibles y fertilizantes más baratos, señaló el académico.
Ahondó en la importancia de replantear la industria agrícola para convertirla en un sector que detone la productividad y competitividad; entre los distintos elementos que enumeró, está la necesidad de otorgar una mayor calidad a la educación rural y al mismo tiempo, impulsar la investigación científica y tecnológica en este sector, finalmente, acompañado de una reorientación del gasto público que tenga como objetivo el abatimiento de la pobreza.
“La educación es un factor de productividad decisivo (…) es necesario elevar la calidad de la educación rural, que, como todos sabemos, en México está mucho más rezagada que la educación en el medio urbano (…) Según estudios, si se elevan los niveles educativos, esto repercute sobre los niveles de productividad”, respondió al ser cuestionado sobre el panorama general del campo en México.
Para Pérez Zamorano, el campo mexicano adolece de una grave insuficiencia estructural y parece estar fragmentado, lo que ha traído como consecuencia que el sector sea menos productivo y con costos de producción elevados, por lo que el camino más sencillo es el de la importación, panorama que se traduce en un México dependiente de sus socios comerciales.
Aunado a esto, las políticas agrícolas no están enfocadas a favorecer a los productores, lo que los volvería más competitivos, “lo importante es detonar la productividad”, comentó durante su intervención en la presentación del informe Perspectivas Agrícolas 2014-2023, realizado en conjunto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el que Chapingo colaboró como traductor al idioma español.
Otros puntos que desde su perspectiva serán positivos en el campo mexicano están el poner atención a la vocación de la tierra, esto es, conocer y utilizar de forma adecuada los territorios para así obtener mejores rendimientos, “una de las fallas en el enfoque de la agricultura mexicana, es que se piensa que podemos cubrir de maíz todo el territorio mexicano, el territorio del país es 80 por ciento montañoso, de topografía irregular”, explicó.
También abordó el tema de los apoyos económicos. Para Pérez Zamorano, el gobierno sólo se ha enfocado en el monto, cuando debe existir una planeación para determinar a dónde serán dirigidos y los objetivos que tienen que cubrir, ya que por la pobreza en que viven más del 80 por ciento de los productores que tienen menos de cinco hectáreas, estos subsidios los utilizan para autoconsumo y no a la producción.
“La pobreza es un factor de freno y repercute en bajos niveles educativos y en la disposición de los productores en su apertura a las nuevas tecnologías. Parte de la solución al problema agrícola está fuera del tema. Es necesario una reorientación del gasto público que tenga como objetivo el abatimiento de la pobreza”.
PERSPECTIVAS AGRÍCOLAS PARA 2015
El informe analiza el estado de los productos básicos, así como un panorama de la situación de cada país y las políticas que se están generando en esta materia. Nuria Urquía, representante de la FAO en México, informó que para la siguiente década la situación se muestra positiva: el costo de los cereales irá a la baja debido a las buenas cosechas y a una disminución de la volatilidad.
En el caso de carne, los costos históricos a los que ha llegado no bajarán, ya que la demanda de consumo no ha disminuido, “las razones se deben a una mejor economía en las familias y en cambios en las dietas por la urbanización (…) el crecimiento de la agricultura estará por encima de la población”. Por otra parte, los costos que irán al alza serán los del pescado por el costo de producción elevado.
Jonathan Brooks, analista de la OCDE en París, indicó que se registró menos volatilidad en el costo de los cultivos, sin embargo, esto podría verse afectado por motivos del cambio climático. “Hay condiciones normales en el mercado, pero no es posible pronosticar (…) el crecimiento de las economías es lento y está lleno de incertidumbre”, precisó.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en agosto se reportó un aumento de 0.22 por ciento en el precio de la canasta básica; en el mismo mes de 2013 dicho aumento fue de 0.17 por ciento.
De acuerdo a la misma información, los productos que bajaron su costo fueron servicios turísticos en paquete, transporte aéreo, servicios de telefonía móvil, lociones y perfumes. Los únicos productos relacionados con el sector agrícola que se encontraron en este rubro fueron gas doméstico LP y natural, calabacita, papaya y otros tubérculos, huevo y aguacate.