Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– En el mensaje con motivo de su Segundo Informe de Gobierno, el Presidente Enrique Peña Nieto omitió de su discurso algunas de las demandas que le han pedido atender miembros de la sociedad civil. Palabras como inseguridad, desapariciones, tortura o feminicidios no fueron mencionadas, mientras que corrupción fue pronunciada en una ocasión y transparencia cinco veces.
Sobre el crecimiento económico habló de un plan futuro para alcanzar las metas propuestas, aunque aseguró que con las reformas estructurales, uno de los temas en los que se centró, se alcanzaría un crecimiento acelerado, sostenido y sustentable.
Wordle, que acomoda las palabras de acuerdo a la importancia que se les da en un texto (arriba), muestra que las más pronunciadas por el mandatario mexicano fueron: México, Reforma, Mil, Millones, Nacional, República, Desarrollo, Empresas, Mexicanos, Programa, Reformas, Infraestructura, Beneficios, Inversiones, entre otras.
El discurso de Peña Nieto duró una hora con 2 minutos, tiempo en el que pronunció 6 mil 733 palabras, de las cuales las más mencionadas fueron México y Reforma.
Pero muchos temas fueron excluidos por el Presidente.
Al inicio de su mandato, el tema de la reducción de la violencia fue el objetivo número uno que planteó Peña Nieto para lograr “un México en Paz, trabajando en una estrategia nacional para reducir la violencia. Con una real y eficaz coordinación entre órdenes de gobierno, a fin de combatir la impunidad y que prevalezca la justicia y la paz”. Luego de 21 meses, el Jefe del Ejecutivo federal no habló de impunidad, y sólo mencionó el sistema de procuración de justicia en cinco ocasiones, pero no dijo nada de llevarla a los mexicanos.
Por el contrario, su discurso se enfocó en afirmar que con base a las estrategias de seguridad implementadas en las cinco regiones del país, al avance del Mando Único y a la creación de la Gendarmería Nacional “la violencia en México se está reduciendo. Así lo confirman diversas fuentes de información disponibles”.
Días antes del discurso se dio a conocer un reporte del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) –basado en el ranking mundial de Control Risks– que ubicó a México en el primer lugar en secuestros. A su vez, el semanario Zeta publicó que durante los primeros meses de gobierno de Enrique Peña Nieto se registraron 57 mil 899 averiguaciones previas por homicidios dolosos, 14 mil 205 más que en el mismo periodo de la administración de Felipe Calderón Hinojosa.
Amnistía Internacional mencionó dos días después del mensaje presidencial que la tortura en México está fuera de control, pues en 2013 el incremento de los casos respecto a 2003 fue de 600 por ciento. “Víctimas procedentes de distintas partes del país contaron a Amnistía Internacional que habían sido objeto de palizas, amenazas de muerte, violencia sexual, descargas eléctricas y semi-asfixia a manos de la policía o las fuerzas armadas, a menudo con el fin de obtener ‘confesiones’ o para que incriminasen a otras personas en delitos graves”, dice parte del informe del organismo. A pesar de las denuncias sobre este delito, la palabra tortura no figuró en el discurso del Presidente mexicano.
También fue omitido de su alocución el tema de las desapariciones a pesar de que organizaciones civiles han exigido al gobierno mexicano atender los casos y precisar su número real ya que las cifras oficiales no son claras. La Secretaría de Gobernación (Segob) reportó en mayo los casos de 8 mil personas desaparecidas. Sin embargo, el 16 de junio las autoridades explicaron que en realidad se trataba de 16 mil personas, cuando el 21 de agosto de 2014, la Subprocuraduría Jurídica y de asuntos internacionales de la PGR, anunció que el número de personas no localizadas sobre las que se presentó una denuncia suman 22 mil 322.
En este contexto, Jóvenes Ante la Emergencia Nacional, Mesa de Migración 132, Servicios y Asesoría para la Paz (SeraPaz), Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y Artículo 19, han denunciado que a dos años de gestión del mandatario se han registrado al menos 22 mil 322 víctimas de desaparición. También se han manifestado Amnistía Internacional y la ONU quienes denunciaron en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas que México enfrenta una situación crítica en materia de desaparición de personas.
Con respecto a la violencia de género que está presente en varios estados de la República, entre ellos el Estado de México, en el que Peña Nieto gobernó antes de llegar a Los Pinos, el Presidente tampoco mencionó los casos de feminicidio, ni las solicitudes de Alerta de Género que ha hecho la sociedad civil desde el inicio de su mandato.
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) durante la actual administración federal se registraron mil tres casos de presuntos feminicidios en el Estado de México, concentrándose el 54 por ciento en 10 municipios. La Alerta de Género ha sido negada en el Edomex en tres ocasiones y actualmente se analiza por cuarta ocasión, emitir el mecanismo o no. Además de lo que sucede en el Estado de México, activistas de Morelos, Guanajuato, Oaxaca y Chiapas solicitaron una Alerta de Género urgente para esos estados, debido al repunte de crímenes contra mujeres.
De acuerdo con la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM), los feminicidios se han disparado principalmente entre las jóvenes menores de 19 años y las mujeres de la tercera edad. Mientras en 2007 se reportaba una tasa de 2.7 feminicidios por cada 100 mil mujeres mexicanas, hacia 2010 esa tasa se duplicó a 4.77 por ciento.
Ante este panorama, semanas antes de que Peña Nieto pronunciara su mensaje de gobierno, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su preocupación por la violación sistemática a los derechos humanos de las mujeres mexicanas, a quienes en el país se les dificulta el acceso a la justicia, a la salud y una mejor remuneración.
CRECIMIENTO ECONÓMICO
Otro de los ejes que Peña Nieto planteó como la base de su gobierno fue el de “lograr un México Próspero, que permita aprovechar los recursos naturales de manera sustentable y agregarles valor, para que su producto llegue a los bolsillos de los mexicanos de hoy y de mañana, que son los dueños de esa riqueza. Asimismo, el Presidente Peña Nieto busca hacer más para acelerar el crecimiento económico: fomentar la competencia en todos los ámbitos, aumentar el crédito para financiar áreas estratégicas y promover la economía formal”.
Sobre las perspectivas de crecimiento para el país, el Presidente dijo el pasado 2 de septiembre que “se trabaja para que nuestro país logre un crecimiento económico”; habló sobre “nuevos instrumentos para reducir la informalidad, que limita la productividad y el crecimiento de nuestra economía”; presumió que “en materia de crecimiento económico, en los primeros seis meses de 2014 la evolución del Producto Interno Bruto aumentó su dinamismo respecto al año anterior”, para finalmente reconocer que “es claro que aún no hemos llegado a las tasas de crecimiento económico que necesitan el país y su gente”.
Un día después del Segundo Informe de Gobierno y unas horas antes de que Peña Nieto dirigiera un mensaje para hablar de su gestión, analistas del sector privado bajaron por octava ocasión consecutiva su estimado de crecimiento para este año de 2.56 a 2.47 por ciento, informó el Banco de México (Banxico). Al reportar los resultados de la encuesta de agosto de 2014 sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, Banxico destacó que el estimado de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2015 se mantiene en 3.85 por ciento.
Tres días después, el Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, estimó en 3.7 por ciento el crecimiento económico de México, a pesar de que en el preproyecto se había proyectado un crecimiento de 4.7 puntos porcentuales. El funcionario restó importancia al hecho, al decir que son sólo estimaciones que se realizan con información disponible al momento de lanzar la proyección, por lo que ésta puede variar constantemente. Dijo que la proyección de 3.7 por ciento coincide con la que han realizado varios analistas de mercado, quienes prevén un crecimiento económico de 3.8 por ciento.
Ese mismo día, organismos de la sociedad civil plantearon que la mala administración del gasto público, la falta de inversión, la deuda pública y las fugas de presupuesto, así como la rigidez fiscal y la falta de transparencia que existe en el país, auguran a largo plazo un desbalance económico y crisis financiera, en vez de hacer un buen uso del erario público.
Sin embargo, en su mensaje el Presidente confió que “el crecimiento no es nuevo para México. Lograr un crecimiento acelerado, sostenido y sustentable, ha sido nuestro principal desafío económico durante décadas”. Por ello, afirmó que “las 11 reformas [estructurales] que se han concretado en menos de dos años, representan esa voluntad de cambio de los mexicano”.
Horas después de que Peña Nieto dijera que con “estas reformas, con las acciones y políticas públicas del Gobierno, vamos a construir un nuevo México: un México en paz, incluyente y con educación de calidad. Un México próspero y con mayor responsabilidad y liderazgo global”, se dio a conocer que el país cayó seis lugares en el Índice de Competitividad Global 2014–2015 del Foro Económico Mundial, para situarse en el lugar 61 del ranking, con lo que además se completan dos años consecutivos de retroceso.
Para el World Economic Forum (WEF): México tiene ocho “notables desventajas competitivas”: Calidad de corrupción; regulación tributaria; ineficiencia de la burocracia pública; crimen y violencia; acceso al financiamiento; tasas tributarias; inadecuada infraestructura; regulaciones laborales restrictivas e inadecuada educación de la fuerza laboral.
Javier Aparicio, analista del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) dijo el pasado 1 de septiembre a La Opinión que con la Reforma Política se logró la reelección de diputados y alcaldes, pero quedaron dos temas pendientes: la segunda vuelta electoral y el combate a la corrupción. “Peña prometió la creación de un instituto contra la corrupción, pero la ley sigue atorada, no ha salido”, dijo el especialista.
En el contexto del Informe de Gobierno Presidencial, el líder de los diputados de Movimiento Ciudadano (MC), Ricardo Monreal Ávila, afirmó que no hay nada que celebrar. “¿Cuál es el estado que guarda la Nación? La respuesta es: la nación está enferma, la inseguridad, la atonía económica y la corrupción la tienen postrada. La decadencia política es insalvable. Ya hemos dejado asentado que quien compra la Presidencia termina vendiendo al país”, expuso.
EPN ANUNCIA NUEVO PROGRAMA CONTRA POBREZA
El Presidente Enrique Peña Nieto anunció en su mensaje la creación del programa “Prospera” que sustituye a “Oportunidades”. De esta manera buscó replantear su estrategia para atender la pobreza que en estos momentos afecta a 53 millones de mexicanos, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Lograr un México Incluyente, combatiendo la pobreza y cerrando la brecha de desigualdad social que aún nos divide. El objetivo es que el país se integre por una sociedad de clase media con equidad y cohesión social e igualdad de oportunidades”, dijo el mandatario el pasado 1 de diciembre al anunciar los ejes rectores de su gobierno.
Sin embargo, en su mensaje con motivo del Segundo Informe de Gobierno, el Presidente nunca habló de la desigualdad social, ni dijo cuál es la cifra de personas que viven en pobreza, término que empleo en cuatro ocasiones para afirmar que “la proporción de mexicanos en pobreza es prácticamente la misma desde hace tres décadas […] ante esta condición es necesario encontrar nuevas alternativas, más eficaces, contra la pobreza”.
Asimismo refirió que los beneficiarios de “‘Prospera’ ahora contarán con, además, nuevas alternativas para incorporarse a la vida productiva y lograr con ello el objetivo de disminuir la pobreza en el país”. Según cifras oficiales, actualmente existen en el país más de 61 millones de mexicanos que viven en pobreza, mientras que más de 23 millones padecen pobreza extrema, lo que representa 4.5 millones más que en 1992.
En agosto pasado, el Banco Mundial denunció que el programa “Oportunidades”, ahora “Prospera”, no era capaz de atender la vulnerabilidad de quienes reciben los recursos. El organismo determinó que no asegura la movilidad social ni elimina la posibilidad de salir permanentemente de la pobreza, a pesar de que es uno de su objetivos primordiales, y, tampoco es completamente efectivo para las poblaciones indígenas.