Guadalajara, 7 Ago. (Notimex).- Para prevenir síndrome de mala absorción de nutrientes, la nutrióloga adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) No. 14 del IMSS en Jalisco, Verónica Judith Núñez Hernández, recomendó evitar el consumo de refresco y otras bebidas que pueden contribuir a irritar el intestino.
Indicó que la mala absorción intestinal se produce por alteraciones en la asimilación de azúcares, grasas, proteínas y vitaminas contenidas en los alimentos incluidos en la alimentación diaria. “En sí todas las bebidas gaseosas y alcohólicas son un punto en contra porque favorecen el desarrollo de esta afección”, dijo.
Señaló que uno de los principales síntomas de la mala absorción es que el paciente tenga la sensación de que “no le cae” la comida, además una rápida pérdida de peso, sin omitir el desarrollo de diarreas frecuentes y dolor abdominal.
La especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social indicó que además de los malos hábitos alimenticios ya mencionados, otros factores de riesgo para esta alteración metabólica son la ingesta excesiva de algunos fármacos, entre ellos los antiácidos.
Otras causas asociadas a este síndrome, explicó, son enfermedades hepáticas, VIH/ Sida, alteraciones por tratamientos como radiaciones o incluso algunos procesos quirúrgicos.
Comentó que el tratamiento de estos pacientes, se basa en las llamadas dietas astringentes, en el consumo de alimentos blandos, no irritantes y que contengan bajo aporte de fibra a fin de que el paciente tenga una mayor retención y no las deseche de inmediato del organismo.
Añadió que también se debe garantizar el consumo de líquidos para evitar la pérdida acelerada de electrolitos, sales y minerales que son absorbidas por el intestino grueso, en tanto que el intestino delgado absorbe otros nutrientes, azúcares y proteínas.
Entre los alimentos permitidos para estos pacientes figuran frutas y verduras cocidas únicamente, pan tostado, arroz, carnes magras, huevo y pollo. A fin de no saturar al organismo e incurrir nuevamente en diarreas, indicó que lo ideal es que estas personas hagan de cinco a seis comidas pequeñas al día.