"El rojo" Cartaya es de Venezuela. Trabajó antes en Barcelona y tiempo después en San Diego, en Estados Unidos. Hace dos años cruzó la frontera decidido a estar un par de días en Baja California sólo de camino en su viaje en moto hacia Argentina. No pudo irse, la calidad de los ingredientes para cocinar en Ensenada, sumado a la calidez de la gente, lo tienen encantado. Lo entrevistamos para conocer lo que sigue a continuación para él.
Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).– "Combinaron todo para que sea un lugar mágico", dice Andrés Cartaya para explicar el porqué se quedó en Valle de Guadalupe, Ensenada, mucho más de lo planeado. Después de estudiar Cocina Molecular en su natal Caracas, el chef decidió lanzarse a la aventura, primero en Europa, luego en Estados Unidos y ahora en México.
"Lo que me hizo quedar en el Valle fue sin duda la conexión directa que hay con los ingredientes, hay muchas huertas. Yo trabajé en los Estados Unidos y antes en Barcelona y se ve muy poco esto o no tanto el farm to table o de la huerta al restaurante. Esa fue una de las cosas que me hizo quedar, la calidad del ingrediente que es increíble. Luego la diversidad de los mismos, los mariscos que están en Ensenada son muy buenos. Hay mucho talento, combinaron todo para que sea un lugar mágico, donde tiene un poquito de todo, puedes hacer cosas muy divertidas al fuego, a la leña y no deja de ser buena comida porque son buenos ingredientes y no deja de haber un buen vino y hay gente a la que le encanta probar esas cosas. Yo creo que se combinaron muchas cosas para que este fuera un lugar increíble y sin duda porque sé que en Ensenada hay mucho por aprender para los jóvenes chefs", dice Andrés a Mundano mientras cocina codornices al hinojo en las Bodegas Santo Tomás.
Apodado "Rojo" por su cabello y barba de tono rojizo, cuenta que en octubre se moverá en motocicleta a su destino inicial: Argentina. No sin antes, hacer varias escalas.
"Dentro de México, me voy a hacer toda la Baja, de ahí brinco hacia Mazatlán y pienso hacer toda la costa del Pacífico. Aún no tengo contactos porque como es un viaje en moto que puede ser rápido o lento, no he hecho contactos de a qué restaurantes voy a ir todavía, pero pronto cuando esté cercano ya empiezo a buscar. Mi plan es llegar a Argentina y hacer esto, cocinar al aire libre, lograr hacer cosas muy buenas afuera, con leña, con lo que tenga alrededor", explica.
Y continúa: "Estoy en mi etapa de crecimiento y eso es lo que quiero ahora, cocinar afuera en los lugares más locos. Me imagino en Bolivia, en el Salar haciendo una fogatica y cocinando unos buenos vegetales en la sal, una buena carne; en Costa Rica metido en la selva, cocinando con esos frutos tropicales, haciendo ensaladas, así me veo; en la Baja, en San Felipe yendo con los pescadores, aprender lo más que pueda de todos ellos y en un año o en un tiempo, traer una propuesta juntando todo esto".
Por ahora, el plan es regresar luego de siete meses y estar de vuelta en el Valle para el siguiente verano, "pero a lo mejor termino enamorado de una brasilera en Río de Janeiro y todo cambia, pero por ahora me encantaría volver", dice Cartaya entre risas.
Pero, ¿qué espera este joven caraqueño de su paso por la República Mexicana? “Estoy abierto totalmente y espero encontrar lo que hasta ahora me he encontrado con el mexicano, que es una persona muy abierta y siempre dispuesta a enseñar y la amabilidad de todos estos cocineros, que no estamos hablando de cocineros grandes y famosos, sino de la señora que hace sus buenas tortillitas, la que hace sus chiles rellenos, que siempre son gente muy amable. Espero eso, lo que ya México y su gente me ha demostrado hasta ahora, que es estar abiertos, dispuestos a dar”, concluye.