“Los cambios que se observan en el sistema Tierra no tienen precedentes en la historia de la Humanidad”

07/06/2012 - 11:09 am

A pesar de los largos discursos, las amables palabras y las buenas intenciones en torno al medio ambiente durante los últimos 20 años, los principales parámetros para medir la sostenibilidad de la actividad humana han empeorado. El objetivo de contener el calentamiento global parece cada día más imposible de lograr, los océanos son cada vez más ácidos, la biodiversidad se extingue a pasos agigantados y la deforestación es un problema tan grave que supondrá un coste para la economía mundial superior a las pérdidas derivadas de la crisis financiera de 2008.

De acuerdo con un artículo del diario español El País, el informe GEO-5, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en colaboración con 600 expertos, señala que “los cambios que actualmente se observan en el sistema Tierra no tienen precedentes en la historia de la Humanidad. Los esfuerzos por reducir su velocidad o su magnitud han dado resultados moderados pero no han conseguido revertir los cambios ambientales adversos”.

Según el rotativo, ante este adverso panorama la ONU recomienda a los gobiernos que, entre otras cosas, acaben con las subvenciones a los combustibles fósiles.

El informe es un previo que podría ser utilizado en la cumbre Río+20, a celebrarse próximamente.

El documento indica que:

Atmósfera. El Protocolo de Montreal ha logrado reducir la emisión de sustancias que dañaban la capa de ozono. Sin embargo, las conversaciones dentro de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático siguen estancadas o, en el mejor de los casos, avanzan a un ritmo lentísimo. Así, el objetivo de limitar el calentamiento a dos grados centígrados (pactado en la cumbre de Copenhague en 2009) se aleja. Debido a la quema de combustibles fósiles iniciada con la revolución industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera es la mayor en 850 mil años (ya roza las 400 partes por millón) (...) El Pnuma cree preciso eliminar subsidios perversos o perjudiciales para el medio ambiente, especialmente a los combustibles fósiles; impuestos a las emisiones de carbono; incentivos forestales para la captura de carbono. Según la Agencia Internacional de la Energía, la subvención a energía fósil en el mundo es cinco veces mayor que la de renovables.

Uso del suelo y deforestación. "El ritmo al que se pierden los bosques, especialmente en los trópicos, sigue siendo alarmantemente elevado” y lo atribuye a que “el crecimiento económico ha tenido lugar a expensas de los recursos naturales y los ecosistemas; debido a los incentivos perjudiciales, es probable que solo la deforestación y la degradación de los bosques supongan un costo para la economía mundial, incluso, superior a las pérdidas derivadas de la crisis financiera de 2008”.

Agua dulce. El objetivo  que fijó la ONU en 1990 de reducir a la mitad antes de 2015 el número de personas sin acceso al agua potable está a punto de ser conseguido, pero el Pnuma señala que no se alcanza el del saneamiento, ya que aún hay 2,600 millones de personas sin acceso a la depuración de aguas.

Océanos. “El número de zonas costeras eutróficas (con proliferación de microorganismos por la contaminación) ha aumentado considerablemente desde 1990: al menos 415 zonas costeras han dado signos de una eutrofización grave y, de ellas, solo 13 se están recuperando”.

Biodiversidad. El mundo vive la llamada “sexta extinción” de las especies, ya que la biodiversidad desaparece a un ritmo desconocido desde la desaparición de los dinosaurios. El Pnuma alerta de que “hasta dos tercios de las especies en algunos taxones están amenazadas de extinción; las poblaciones de especies están en declive, desde 1970, las poblaciones de vertebrados han disminuido en un 30%.

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