Autora: Claudia Espinoza
Antes de la popularización del cine y la invención de la televisión, los superhéroes conocidos por los mexicanos eran de papel.
Las “revistas de monitos” formaban parte del desayuno de millones de fanáticos que iniciaban sus jornadas leyendo globos de diálogos que flotaban en unidimensionales mundos de ficción. Héroes con habilidades sobrehumanas; a veces estoicos, a veces involuntarios, se volvían el tema diario de conversación.
La revista Pepín, publicada de 1936 a 1954, que originalmente reproducía historietas importadas de Estados Unidos, pronto se convirtió en una ventana para la difusión del trabajo de los grandes caricaturistas mexicanos de la época.
El Flechador del cielo de Alfonso Tirado fue la primera historieta mexicana publicada por Pepín. Presentaba las aventuras de Moctezuma Ilhuicamina, un héroe prehispánico que se enfrentaba a la seductora Saye, en medio de un México desconocido plagado de exóticos paisajes.
De 1939 a 1974 se imprimió Rolando el Rabioso, de Gaspar Bolaños, un caballero medieval, valiente pero ingenuo y berrinchudo, que junto a su fiel escudero Pito Loco, era capaz de cualquier hazaña para servir al rey Ricardo Corazón de pollo o salvar a su damisela Urlanda. No le importaba incluso vestirse de mujer para enfrentar a villanos como el Conde Chilperico y el conspirador Bassil–ico.
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Abel Quezada crea a Máximo Tops, un antihéroe humorístico que es forzado por sus circunstancias a desempeñar papeles bizarros de los que casi siempre sale bien librado por su ingenio y valentía y por la ayuda de sus compañeros el ex boxeador Butch y Mula Maicera un joven y rubio vaquero.
Los supersabios de German Butze, narraba las aventuras de tres amigos: Los científicos aficionados Paco y Pepe y el entrañable Panza, que creaban los más insólitos inventos para encarar al temible científico loco Solomillo.
Kalimán el hombre increíble, fue el superhéroe que pasó de las ondas radiofónicas a los trazos, su primera imagen en revista fue conocida en 1965 logrando mantener sus aventuras en este formato semanalmente durante 26 años. Junto a Solín combatió a mortales personajes como Karma, la araña negra y Namilak (su otro yo malvado).
De la mano de José G. Cruz nacieron Adelita y las guerrilleras, una historieta western protagonizada por una mujer revolucionaria que luchaba contra la perversa Tigresa del Bajío. Ahí se dieron a conocer personajes como Juan sin Miedo, un vaquero mexicano que después tendría su propia historieta y sería llevado a la pantalla grande con el rostro de Jorge Negrete.
J.G. Cruz creó también al Ciclón de Jalisco, en la década de los setentas que de no ser por el traje y sombrero de charro, podría haberse confundido con el hermano del Llanero solitario. También llevó al papel la figura de El Santo, el enmascarado de Plata, quien se convertiría en el superhéroe mexicano por excelencia.
Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo
