La OCDE también expresó preocupación por la "desconexión" entre los mercados financieros y los fundamentos económicos, al comentar el sostenido alza registrado en las bolsas europeas y estadounidenses en los últimos meses.
Washington, 7 marzo (EFE).- El crecimiento global repuntará ligeramente al 3.3 este año y 3.6 por ciento el próximo, impulsado por el estímulo fiscal en las principales economías, especialmente EEUU, pero la incertidumbre política y la vulnerabilidad financiera amenaza esta "modesta recuperación económica", indicó hoy la OCDE.
En su revisión intermedia del informe semestral de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), presentado hoy en Washington y que mantiene sus pronósticos de noviembre, el organismo recalcó que aunque "la confianza ha aumentado, el consumo, la inversión, el comercio y la productividad distan de ser fuertes".
Estados Unidos, la primera economía mundial, se espera que crezca un 2.4 por ciento en 2017 y un 2.8 por ciento en 2018, respaldada por la "anticipada expansión fiscal" del Gobierno del presidente Donald Trump y una demanda doméstica aupada en el "gradual repunte de la producción energética y las presiones salariales al alza".
En la zona euro, la OCDE prevé que se continúe al ritmo "moderado" actual del 1.6 por ciento en 2017 y 2018, gracias al estímulo monetario y un "modesto apoyo fiscal en los próximos años".
Alemania sigue a la cabeza de las tres grandes economías del euro, con un crecimiento estimado del 1.8 ciento este año y 1.7 por ciento el próximo, mientras que será menor en Francia (1.4 ciento en ambos años) e Italia (1 por ciento en 2017 y 2018).
"Hay señales alentadoras de que la inversión de las empresas se puede estar fortaleciendo pero el alto nivel de créditos morosos y un mercado laboral aún débil en algunos países de la zona frena las perspectivas", se destaca en el informe, que subraya que la tasa de desempleo en el euro aún supera el 9 por ciento.
Por lo que se refiere a China, el gran motor de crecimiento global de los últimos años, se calcula que prosiga su gradual desaceleración y se expanda un 6.5 por ciento este año y un 6.3 por ciento el próximo, tras el 6.7 por ciento de 2016.
La economía china, según al OCDE, se encuentra inmersa en "una serie de necesarias transiciones, incluido el cambio hacia los servicios y el consumo internos, el ajuste de varias industrias pesadas, encarar el exceso de oferta de vivienda y asegurar que el progreso del crédito es sostenible".
Por su parte, las perspectivas en el Reino Unido continúan a la baja, con una expansión prevista del 1.6 por ciento este año y del 1 por ciento en 2017, a medida que el "repunte de la inflación comienza a pesar en los salarios reales y el consumo", y la inversión empresarial "se debilita en medio de la incertidumbre acerca del futuro de sus relaciones comerciales" por el desenlace del "brexit" (salida de la Unión Europea).
Finalmente, la OCDE expresa preocupación por la "desconexión" entre los mercados financieros y los fundamentos económicos, al comentar el sostenido alza registrado en las bolsas europeas y estadounidenses en los últimos meses.
"La mejoría en la confianza de los mercados contrasta con el continuado bajo crecimiento del consumo y la inversión, que sigue bastante por detrás de previas recuperaciones, y la ralentización en el crecimiento de la productividad junto con la persistente desigualdad de ingresos", precisó el informe.
La OCDE, fundada en 1961 y con sede en París, agrupa a 35 países miembros de todo el mundo con la misión de promover políticas que mejoren el bienestar económico y social del mundo, y a ella pertenecen las naciones más desarrolladas y otras emergentes como México, Chile y Turquía-