La alternancia política de los 12 años del Partido Acción Nacional (PAN) en el poder no frenó las dirigencias sindicales de personajes como Carlos Romero Deschamps o Elba Esther Gordillo. Politólogos ven en los gobiernos de coalición el riesgo de que el próximo Gobierno federal repita los errores del año 2000, cuando el recién electo Presidente del PAN Vicente Fox de Quesada prefirió pactar con el PRI en vez de castigar los delitos cometidos por los funcionarios. Ante la unión de fuerzas con miras electorales, analistas hablaron sobre un limitado Sistema Nacional Anticorrupción y qué acciones deberían emprender la próxima administración.
Ciudad de México, 6 de agosto (SinEmbargo).- Politólogos sostuvieron que el Partido Acción Nacional (PAN) continuó la política del Revolucionario Institucional (PRI) de impunidad a los funcionarios corruptos. A un año de las elecciones los analistas no ven que se estén gestando acciones para acabar con este flagelo.
“Sucede que la democracia nos está fallando. Tuvimos 70 años con el PRI y 12 con el PAN, sin obtener ningún cambio. Creo que no hay condiciones en este momento para asumir que los partidos van a atender la corrupción”, dijo Marco Arellano Toledo, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hoy el PAN, de corriente conservadora, promueve un Frente Amplio Opositor de la mano con el Partido de la Revolución Democrática, ligado a la izquierda. El llamado para que se incorporen otros partidos coquetea con un personajes cercanas al partido oficial.
Recién el Partido Verde Ecologista de México, quizá el más cercano a la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, se dijo dispuesto a dialogar con dicho Frente.
Y esta semana el reconocido líder del PRI Manlio Fabio Beltrones declaró que apostaba por un Gobierno de coalición para el 2018, un concepto que incluye la presencia de la oposición en las decisiones y puestos de un Gobierno.
“Ahora lo que nos dice es que la salida son los gobiernos de coalición, o sea donde también esté el PRI involucrado. Es como decir ya nos dimos cuenta que no tenemos posibilidad de ganar por nosotros mismos, pues vamos a haciendo Gobierno para evitar que llegue el Peje, aliándonos PRI, PAN,PRD aunque no compartamos nada. Al final defendemos los mismos intereses”, dijo Enrique Toussaint, politólogo de la Universidad de Guadalajara (UdG).
La idea del Gobierno de coalición se asoma ante los dichos de que habrá divisionismo en el 2018, de acuerdo con lo dicho en el evento donde participó el Jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera, y el ex presidente del PAN Gustavo Madero Muñoz.
"En el caso de México el problema no es la gobernabilidad. Los tres partidos [PAN, PRD, PRI] se pusieron de acuerdo para pasar una gran cantidad de reformas. Desde el 97 han pasado el 50 por ciento de las reformas constitucionales de la historia del país. Esto qué quiere decir, que no hay un problema para formar mayorías", dijo Toussaint.
Analistas descartaron que la alternancia política sea una solución para acabar con un mal que le cuesta al país el 9 por ciento del PIB, de acuerdo con funcionarios de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En el 2000 el Presidente Vicente Fox de Quesada llegó al Gobierno federal y la salida del PRI no impidió que el nuevo Presidente se decantara por pactar con el partido que había gobernado durante 70 años, dijo Toussaint. Una situación que podría repetirse si el sistema de partidos permanece inmóvil como hasta ahora.
“Cuando gana el PAN Lo que sucede es que se alterna el poder. Pero las instituciones fundamentales que fueron cimientos del régimen autoritario del PRI se mantuvieron intactas”, explicó el analista de la UdG.
Los intereses de empresarios y sindicatos no fueron tocados durante los 12 años del PAN, no hubo una nueva constitución como sucedió en las transición hacia la democracia de otros países de Latinoamérica, ni hubo un proceso de rendición de cuentas, enumeró.
“Es decir, la coalición que lleva a Fox al poder no es una coalición de actores que querían necesariamente el cambio. Fox quería la presidencia, y lo que hace es pactar con los sindicatos corruptos, que querían mantener sus prerrogativas”, agregó.
En los dos sexenios panistas dirigentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros o del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, como Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo, de forma correspondiente, operaron sin limitantes.
Peña Nieto encarceló a Gordillo al inicio de su mandato, un castigo que con el tiempo se caería con escándalos como la adquisición de la Casa Blanca. Una propiedad comprada por su esposa Angélica Rivera, cuyo constructor fue el Grupo Higa, uno de los principales contratistas del Estado.
El 17 de julio del 2016 el Presidente Enrique Peña Nieto promulgó las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), el mismo día que pidió perdón por la adquisición de la llamada Casa Blanca.
Gustavo López Montiel, catedrático del Tecnológico de Monterrey, enfatizó que es el SNA se presenta como la apuesta de varios de los partidos para la lucha contra la corrupción, sin embargo, carece de herramientas para funcionar.
“Creo que se están conformando con el Sistema Nacional Anticorrupción. No le falta únicamente la estructura de actores que aún no han sido designados. Sino cosas más específicas, como ligarlo al sistema de justicia penal mecanismos de responsabilidad de servidores públicos”, dijo López.
La propuesta “3d3” juntó más de 600 mil firmas para que los funcionarios presentasen sus declaraciones patrimonial, fiscal y de interés, mas los legisladores evitaron obligar a que se hiciesen públicas.
El SNA es un invento mexicano, que contradice la experiencia internacional, señaló Toussaint, ya que bastaría con la correcta función las instituciones y dar autonomía a las de Procuración de Justicia para mermar los actuales niveles de corrupción.
“No existe eso en otro lado del mundo, es una mexicanada, suena muy bonito, parece muy complejo, pero en términos generales es una especie de apuesta gatopardista. No se necesita que se inventen un entramado jurídico hiperburocratizado”, dijo.
Para el analista las próximas elecciones tratarán sobre qué partidos están dispuestos a romper con el sistema político que ha regido México y cuáles se alinearán al actual.
