Si aumenta el salario mínimo, dice la IP, subirán multas, derechos, inflación, y los partidos recibirán más dinero

06/08/2014 - 12:05 am
El líder del PAN impulsa una consulta ciudadana en defensa del salario. Foto: Cuartoscuro
El líder nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, impulsa una consulta ciudadana en defensa del salario. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 6 de agosto (SinEmbargo).– Los líderes del sector privado están dispuestos a discutir el tema de los salarios mínimos, aunque advierten que otorgar incrementos por encima de la inflación no solamente repercutiría en las cuotas obrero patronales sino también en una serie de gastos que tiene que desembolsar la ciudadanía como el pago de multas, derechos e incluso los partidos políticos tendrían que recibir aumentos en sus prerrogativas en los mismos niveles, ya que en el país el “salario mínimo es una unidad de cuenta”.

Tanto el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón Castañón, como el del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, coincidieron en que aumentar el salario por decreto, tal y como lo demanda el Partido Acción Nacional (PAN), llevaría a crisis económicas como las que se vivieron en siglo pasado en las que, también por decreto, se dieron incrementos del 30, 20 y 10 por ciento, pero dejaron como resultado niveles inflacionarios por encima del 80 por ciento.

Coincidieron en que no sólo se trata de una medida populista sino impensable en un país con tasas de crecimiento mínimas. Se está planteando sólo como “alquimia política” para responder a una emergencia que no se ha resuelto de forma estructural.

De acuerdo con el CCE, actualmente el salario mínimo es una unidad de cuenta en más de 300 leyes y reglamentos en el país, por lo que también hace falta desvincularlo de las demás legislaciones y determinar otros indicadores para cada materia.

El Partido Acción Nacional (PAN) inició en todos sus comités estatales la campaña “Por un Salario Digno para el Trabajador”, con la que pretende recabar 1 millón 750 mil firmas que entregará ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que se pronuncie sobre la constitucionalidad de la pregunta siguiente:

“¿Estás de acuerdo con que la Ley Federal del Trabajo establezca que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos rige un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por la Comisión Nacional de Evaluación?”, misma que deberá responderse a través de una consulta pública.

La campaña, que ya inició también en redes sociales según sus promotores, beneficiaría a 26 millones de mexicanos que no ganan lo suficiente para vivir de manera digna.

Según sus cifras, una persona con salario mínimo gana al mes 2 mil 18 pesos, lo que un promedio de 67 pesos diarios, y la canasta básica cuesta actualmente 2 mil 314 pesos. Según estimaciones del partido, el salario mínimo tendría que ajustarse al menos a 206 pesos diarios. Es decir, 139 pesos más de lo que se percibe actualmente, lo que equivaldría a 6 mil 180 pesos al mes.

Antonio de la Cuesta, director de Análisis Político del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), consideró que un salario de mínimo de 206 pesos diarios es irreal, además de que la propuesta distrae a atención del debate de las leyes secundarias de la Reforma Energética, que en este momento se debate en el Poder Legislativo.

“Aumentar el salario en esa proporción sería casi como imponer nuevos impuestos”, dijo.

Mientras que el Jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera Espinosa, convocó ayer a un debate nacional para afinar una política de recuperación de salario mínimo para revertir el rezago que guarda desde hace décadas.

En el caso de Mancera ha trascendido que su intención es aumentarlo a 87 pesos el próximo año y a 170 pesos en la próxima década. “Tanto Mancera como el PAN están buscando agenda donde no la hay. En el caso de Mancera no sé cómo ha hecho el cálculo para ver cuáles van a ser los índices inflacionarios en los próximos 10 años”, señaló el investigador.

El Reporte los Salarios Mínimos y el Desarrollo Económico en el Distrito Federal, elaborado por la Secretaría de Desarrollo Económico capitalina, plantea con un salario promedio de 52 pesos diarios, la Ciudad de México es de las peor pagadas del mundo, mientras que en las metrópolis mejor pagadas, como Chicago, Tokio o Nueva York, el salario promedio es el equivalente a 325 pesos diarios.

Incluso, la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal), a través de su titular Alicia Bárcena Ibarra, afirmó que México es el único país de América Latina donde el salario mínimo está por debajo del umbral de la pobreza, las percepciones de los trabajadores han sufrido una depreciación del 70 por ciento en su poder adquisitivo para adquirir la canasta básica, cubrir educación y vivienda.

Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Cepal, dijo que los trabajadores que perciben un salario mínimo como pago, aunque estén dentro de la formalidad, son considerados en pobreza extrema.

Explicó que conforme al diagnóstico realizado sobre el salario mínimo en México, el 14 por ciento de la población económicamente activa percibe dos salarios mínimos lo que impide que se cumpla con el artículo 123 constitucional donde se establece que la remuneración debe de ser suficiente para que un jefe de familia pueda proveer de alimento, educación vivienda y hasta de actividades recreativas a su familia.

De acuerdo con las cifras del organismo, el rezago salarial mexicano data de la década de los 80 y se encuentra muy por debajo de lo establecido por la Cepal; es decir, se ubica en 0.66 por ciento cuando el crecimiento debe ser del 3.18 por ciento.

NO ES TAN FÁCIL

Para el líder de la Coparmex es necesario  desvincular el salario mínimo de otras legislaciones. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
Para Juan Pablo Castañón, líder de la Coparmex, es necesario desvincular el salario mínimo de otras legislaciones. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Para el presidente de la Coparmex, Juan Pablo Castañón Castañón, la política de incrementar los salarios en nivel con la inflación –generalmente un punto por encima– está ayudando a una recuperación paulatina del poder adquisitivo que se viene registrando desde la década de los 70; incrementarlo por decreto “causaríamos problemas en otras variables, como la inflación. Ya hubo experiencias de aumentos de 30, 20 y 10 por ciento, que en su momento fue importante para el ingreso de los trabajadores, pero en ocho meses la inflación ya había rebasado el incremento real”.

Y es que, consideró, el salario mínimo en el país “es una moneda de cambio” que lo mismo sirve para fijar los incrementos a los trabajadores, que las prerrogativas a los partidos políticos o fijar el monto de pago de multas y de derechos.

En el caso de los partidos políticos, el año pasado –de acuerdo con información del entonces Instituto Federal Electoral (IFE)– recibieron 65 millones 474 mil pesos como presupuesto, lo que salió del bolsillo de todos los mexicanos, ese presupuesto aumenta cada año en la misma proporción que el salario mínimo.

Las mismas autoridades electorales, cuando se viola la ley, imponen a los partidos multas por un número de días de salario mínimo vigente en el Distrito Federal.

El Código Penal para el Distrito Federal también establece una serie de sanciones equivalentes a un determinado número de días de salario mínimo. En el caso de las sanciones pecuniarias –según se establece en los artículos 37 y 38–, la multa, reparación del daño y sanción económica “consiste en el pago de una cantidad de dinero al Gobierno del Distrito Federal fijada por días multa. Los mínimos y máximos atenderán a cada delito en particular, los que no podrán ser menores a un día ni exceder de cinco mil, salvo los casos señalados en este Código. El día multa equivale a la percepción neta diaria del inculpado en el momento de cometer el delito. El límite inferior del día multa será el equivalente al salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal al momento de cometerse el delito”.

Las infracciones a la Ley del Infonavit y sus reglamentos también se fijan conforme al salario mínimo vigente. Igualmente, la Ley del Seguro Social impone multas a los patrones que no cumplan con sus obligaciones, basadas en este parámetro.

“Desde partidos políticos, pensiones, hasta grandes rubros presupuestales están ligados al salario mínimo: multas, derechos que se pagan, incluso en la nueva legislación en materia energética hay rubros que hablan en referencia al salario mínimo general, es una unidad de cuenta el salario formal”, refirió el líder de los patrones.

Lo anterior, sin mencionar que un incremento del salario muy por encima de la inflación también repercutiría en las cuotas obrero patronales, lo que a juicio del líder de la Coparmex tendría que ser absorbido por las mismas empresas, de lo contrario se verían obligadas a recortar su producción o a incrementar precios.

DIÁLOGO SIN POPULISMO

Por su parte, el presidente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, dio la bienvenida al debate objetivo sobre el tema, que no se contamine con fines políticos ni se oriente “por posiciones populistas que en México acabaron golpeando gravemente al poder adquisitivo de los trabajadores y de la economía en general”.

Y aseguró que los empresarios buscan que aumenten los ingresos de todos los trabajadores, pero sin revivir medidas populistas como aquellas de otorgar incrementos salariales por encima de dos dígitos.

“El sector empresarial participará en la discusión con apertura a todas las voces e ideas, pero también con claridad en nuestras posturas y, sobre todo, con absoluta responsabilidad y congruencia con el hecho de ser una de las partes del dispositivo institucional que tenemos en el país para fijar los salarios mínimos, bajo lo previsto en el Artículo 123 Constitucional, basado en la negociación tripartita: trabajadores, empleadores y gobierno”, agregó.

Aseguro que el país no necesita incrementos salariales por decreto sino una economía que permita aumentar de manera progresiva los salarios, con mayor poder adquisitivo real, que es lo que más importa. Lo suficiente como para que los trabajadores, de todas las condiciones, puedan acceder a mejores niveles de vida y a un entorno de mayor movilidad social, con un mercado interno más dinámico y, con él, más ventas y oportunidades para el desarrollo y la multiplicación de las empresas.

“Necesitamos pasar de un círculo de mercado interno débil y bajos ingresos en una parte sustancial de la población, a uno en que ambos factores se impulsen mutuamente al alza, pero esto sólo puede darse a partir de fundamentos sólidos; no por decreto. Lo peor que podríamos hacer es regresar a políticas como las que se implementaron durante el sexenio 76-82, cuando se decretaron aumentos del 10, 20 y 30 por ciento en un año. Junto con otras acciones de alquimia económica y política, que pretendían esquivar la lógica de los mercados, sólo se logró un crecimiento efímero, que a la postre derivó en crisis y dolorosos ajustes para afrontarlas”, coincidió.

Y aseguró que la estabilidad económica y la responsabilidad en las negociaciones tripartitas es lo que ha permitido que el salario mínimo real haya empezado a recuperarse, si bien de forma incipiente e insuficiente. Medido por la Paridad de Poder de Compra, la cual registró un crecimiento promedio anual de apenas 0.09 por ciento en el periodo 2000-2013, mientras que en países como Corea del Sur fue de 5.3 por ciento.

Manifestó que el salario mínimo formal está muy por encima del salario mínimo en el mercado está muy por encima del salario lega con un promedio de cotización en el IMSS del salario mínimo.

Medidas populistas, aseguró, podrán en riesgo fuentes de trabajo formales, principalmente en un año en el que el país crecerá sólo 2.5 por ciento, según la última previsión estimado por el gobierno federal.

en Sinembargo al Aire

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