Los acusan de “chupadores de sangre", y ahora, 17 especies de murciélagos en México están en peligro

06/07/2017 - 7:22 pm

Los mitos los señalan como “chupadores de sangre y transmisores de enfermedades'', pero los murciélagos, alejados de esa información, “cumplen funciones importantes para la conservación de los ecosistemas''. Ahora, en México, 17 especies enfrentan la depredación de los humanos, quienes queman sus cuevas, bloquean sus entradas, y los envenenan.

Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).- De las 140 especies de murciélagos que existen en México, 17 están amenazadas o en peligro de extinción, de acuerdo a Rafael Ojeda Flores, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Las creencias populares que los ligan a diversos mitos, como ser chupadores de sangre y transmisores de enfermedades'', ha llevado a la gente a “realizar ciertas acciones en su contra, como quemar sus cuevas, bloquear las salidas, capturarlos, envenenarlos o destruir sus refugios'', de acuerdo a información de la Máxima Casa de Estudios.

“Los murciélagos son los mamíferos más estigmatizados que existen en el planeta, a pesar de cumplir funciones importantes para la conservación de los ecosistemas, el control de plagas, la dispersión de semillas y la polinización'', apuntó la institución en un comunicado.

“Tenemos que respetarlos, valorarlos y no temerles, porque en realidad la mayoría de las cosas negativas que se dicen de ellos son mitos”. Foto: Especial.

ENFERMEDADES

En años recientes se ha relacionado a los murciélagos con enfermedades, pero no son ellos los culpables, sino los humanos que invaden sus hábitats “y al hacerlo aumenta el contacto entre estos animales y las especies domésticas, que sirven como un puente para transmitir virus como el del Ébola, Nipah, Hendra, los coronavirus y la rabia''.

El académico consideró que “el aspecto más importante para revalorizar la función de los murciélagos es la educación y el conocimiento''. “Requerimos que la población tenga información científica y académica sobre su verdadero valor ecológico y biológico”, apuntó.

“Tenemos que respetarlos, valorarlos y no temerles, porque en realidad la mayoría de las cosas negativas que se dicen de ellos son mitos”, concluyó Ojeda Flores.

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