A diferencia de los anteriores procesos electorales, las encuestas sobre intención del voto en el Estado de México no estuvieron tan erradas en esta ocasión si se comparan los resultados preliminares de este domingo difundidos por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).

Por supuesto habrá que esperar las cifras finales, una vez que se hagan recuentos -que los habrá- en muchas casillas y se dé cauce a las innumerables quejas y denuncias por las irregularidades, como la compra y coacción del voto, que caracterizaron a esta elección, pero la diferencia continuará siendo mínima, de entre tres y cinco puntos, con respecto a lo que arrojaron algunas encuestas.

Si nos basamos en los resultados de cuatro de las encuestadoras más reconocidas (no necesariamente las más acreditadas), divulgados el 31 de mayo, recordaremos que dos de ellas daban el triunfo a la candidata de Morena, Delfina Gómez, y las otras dos al candidato de la alianza encabezada por el PRI, Alfredo del Mazo. En todas, los márgenes de diferencia entre la candidata y el candidato fluctuaron entre uno y cuatro puntos. Hasta ayer al medio día, en el conteo de votos había una distancia de casi tres puntos entre los punteros.

Las encuestas de Reforma y BGC-Excélsior son las que daban ventaja a Delfina Gómez. La primera revelaba que ganaría con el 31.9 por ciento de las intenciones de voto, seguida por Alfredo del Mazo con el 30.7 por ciento, es decir, una diferencia mínima de 1.2 puntos. La de BGC-Excélsior también daba una diferencia de un punto: 28 por ciento para Delfina y 27 por ciento para el candidato priista.

En las encuestas de El Universal y Demotecnia, Alfredo del Maza aparecía como ganador, con cuatro puntos de diferencia con respecto a Delfina Gómez. En cifras cerradas, El Universal otorgaba 34 puntos al priista y 29 puntos a la candidata de Morena, mientras que Demotecnia daba 33 y 32 puntos, respectivamente.

Si nos basamos en los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Estado de México, hasta ayer a la una de la tarde y con casi el 98 por ciento de las actas contabilizadas, Del Mazo ganaba con 33.72 por ciento, seguido por Delfina con 30.82, y más abajo el candidato del PRD, Juan Zepeda, con 17.8, y la abanderada del PAN, Josefina Vázquez Mota, con 11.29 por ciento.

Bajo el anterior supuesto, parece que la encuesta más cercana a la información del PREP sería la del periódico El Universal, que dio a Del Mazo 33.8 contra los 33.7 de dicho programa (casi exacto) y 29.3 a Delfina Gómez contra los 30.8 puntos de los resultados preliminares (punto y medio de diferencia). Al PRD le dio 17.4 puntos y ayer iba en el 17.8 por ciento de la votación. Donde hubo mayor diferencia fue con el PAN: 14.7 por ciento frente al 11.3 del PREP.

De hecho, la candidata del PAN aparece en todas las encuestas mencionadas con porcentajes más elevados si se le compara con los resultados preliminares (11.29 por ciento): 14.1 de Reforma, 19 de BGC-Excélsior, 17 de Demotecnia y, como ya se dijo, 14.7 de El Universal.

¿RESPONDIERON CON LA VERDAD?

Es interesante lo que ocurrió con las encuestas, tan desacreditadas en los últimos años, porque al menos en el Estado de México reflejaron lo que sí ocurrió: la disputa de la gubernatura entre dos fuertes candidatos.

Si bien es cierto que esta elección fue un cochinero ante la evidencia de los delitos electorales, entre éstos una intromisión directa del Poder Ejecutivo, para apoyar al candidato del PRI con un uso desvergonzado e ilegal de los programas sociales, parece que las y los encuestados ahora sí habrían respondido con veracidad sobre sus intenciones de voto, hayan sido o no coaccionados.

¿Por qué antes no y ahora sí hubo más cercanía de los números de las encuestadoras con los resultados electorales preliminares? Esto merece un análisis exhaustivo, pero me aventuro a considerar que quizás en esta ocasión fueron más profesionales al hacer la selección de la muestra y la metodología, así como en el reclutamiento y formación de los encuestadores. Sin embargo, también hubo algo de suerte si se considera que el porcentaje de las personas que no responden es aún muy elevado y las que finalmente acudieron a las urnas sí lo hicieron conforme a las expectativas de las encuestadoras.

Las encuestas juegan un papel político para incidir sobre todo entre los indecisos y contribuir en las percepciones sobre la aceptación o rechazo hacia determinados candidatos o partidos. En esta elección no fue la excepción. Muchas otras encuestas falsas o de encuestadoras “patito” o poco acreditadas (como la que contrató El Sol de México) fueron utilizadas en redes sociales y medios de comunicación para lo ya dicho y también para confundir al electorado o generar una mayor tensión, miedo o conflicto entre la ciudadanía.

Una de las labores de las autoridades electorales, de los medios de comunicación y portales periodísticos confiables, de las organizaciones sociales vinculadas a los procesos electorales, así como de las instituciones académicas, también debe ir encaminada a un mayor acercamiento a la ciudadanía (derecho a la información) de las metodologías utilizadas en las encuestas y el marco regulatorio sobre su difusión en procesos electorales, al igual que de la historia, acreditación y legalidad de las encuestadoras. Esto contribuirá al fortalecimiento de nuestra débil cultura cívica.

@telecomymedios

Gabriel Sosa Plata

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