Ciudad de México, 4 de dic (sinembargo.mx) – Frutas, verduras, lácteos, alimentos envasados y cientos de productos más aún en buen estado terminan en la basura todos los días, por millones de toneladas. Y mientras, cientos de millones de personas padecen hambre a nivel mundial. El mayor despilfarro, dicen las estadísticas, es de las grandes tiendas y restaurantes, pero no sólo ellos: los hogares también tiran. Tan sólo en México, diariamente se desperdician, según cifras de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol):
30 mil toneladas de alimentos.
Casi el mismo volumen de comida que desperdicia… ¡Estados Unidos! La cifra es inmoral:
10 millones 920 mil toneladas de alimentos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al año se pierden o desperdician en el mundo:
mil 300 millones de toneladas de alimentos.
…lo que genera pérdidas por cerca de un billón de dólares, mientras existen 900 millones de personas muriendo de hambre.
El desperdicio se da por igual en diversos países. Tan sólo en Europa, los pobladores destinan la mitad de la comida que compran a la basura… que también se ha vuelto una fuente de comida para cientos de personas azotadas por la crisis y que ven en los desperdicios de otro la supervivencia de sus familias. Pero esta situación no es propia del Viejo Continente, en México es común ver a personas buscando artículos que resultan un tesoro y que fueron despreciados de los mercados por pequeños desperfectos y que llevan a su mesa con gusto.
Según la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA), en México hay más de 12 millones de personas en extrema pobreza, por lo que a todos ellos se les podría dar diariamente un kilo de lo que se tira en el país, reduciendo así parte de sus carencias.
CIFRAS ALARMANTES A NIVEL MUNDIAL
La FAO indica que un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se tiran o se pierden, lo que ocasiona altos costes en los países industrializados, mismos que ascienden a aproximadamente 680 mil millones de dólares y a 310 mil millones en los países en desarrollo.
Las causas de que tantas toneladas se pierdan o desperdicien son diversas y dependen de las naciones, por ejemplo en los países en vías de desarrollo casi el 65 por ciento de las pérdidas ocurren en las etapas de producción, post-cosecha y procesamiento, mientras que en los industrializados, los residuos de alimentos a menudo se producen porque los consumidores tienen una mentalidad de «usar y tirar», añade el organismo.
La FAO también detalló que los residuos que generan los consumidores a nivel mundial son de entre 95 y 115 kilogramos al año en Europa y Norteamérica, mientras que en África y el Sudeste oscilan entre 11 kilogramos anuales. En el caso de los países pobres, los alimentos se desperdician por falta de refrigeración, sistemas de recolección eficientes y diversas limitaciones.
En tanto, los europeos tiran la mitad de comida que compran, reveló el Parlamento Europeo en enero de este año. Dato significativamente grande, pues en la Unión Europea se calcula que existen 79 millones de pobres, mientras en diversas naciones azota la crisis. Por ejemplo, distintos diarios han dado cuenta que ante la falta de dinero, muchos españoles buscan comida en los contenedores de supermercados y restaurantes.
Según una estimación realizada por el Ministerio de Agricultura y la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) y difundida en septiembre pasado, más de 50 mil toneladas de comida fresca de los supermercados acaban cada año en la basura porque las autoridades sanitarias prohíben que sea donada a las asociaciones encargadas de comedores comunitarios y de proporcionar ayuda a personas de bajos recursos, debido a que no cuentan con la infraestructura necesaria para su mantenimiento y distribución. Este derroche alimentaría anualmente a 43 mil familias.
Por su parte, cada restaurante desperdicia media tonelada de comida al año. Si se toma en cuenta que en España existen 85,230 restaurantes, el total de alimentos que se desperdician superan las 63 mil toneladas anuales, informó en abril Unilever Food Solutions.
Con estas alarmantes cifras, la FAO ha solicitado a empresas a nivel mundial sumarse a la iniciativa Save Food, proyecto fundado apenas el año pasado y cuyo principal objetivo es reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Robert van Otterdijk, jefe de equipo de Save Food aseguró que si sólo una cuarta parte de los alimentos que actualmente se pierden o se desperdician en todo el mundo se pudieran recuperar, bastaría para alimentar a las 900 millones de personas que padecen hambre.
MÉXICO, ENTRE EL DESPERDICIO Y LA DESNUTRICIÓN
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cada trimestre las familias mexicanas utilizan para la compra de alimentos 224 mil 500 millones de pesos, esto es un 32.7% del gasto corriente destinado a la compra de comida, bebidas y tabaco. Sin embargo, destaca El Economista en una nota publicada el 11 de octubre, la proporción que cada hogar invierte en alimento varía en relación al ingreso.
Apenas en septiembre pasado, el ex secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Heriberto Félix Guerra, denunció que diariamente se desperdician 30 mil toneladas de alimentos en buen estado en México.
En un comunicado, el ex funcionario explicó que debido a los costos, muchas veces no resulta rentable para los productores cosechar y trasladar sus productos al mercado, otras, los frutos y vegetales no cumplen con los estándares de calidad o simplemente los alimentos se ponen en oferta y al no venderse terminan en el basurero.
En un país con 52 millones de pobres, según datos del Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2012 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se esperaría que el desperdicio fuera menor.
Y es que mientras los alimentos van a la basura, en México hay niveles de desnutrición y anemia altos como en Etiopía, en al menos 10 millones de mexicanos. Además, un millón 500 mil niños de cero a cinco años de edad sufren desnutrición severa y un millón 800 mil anemia crónica, reveló el diario Milenio el pasado 8 de noviembre en base a datos de la Encuesta Nacional de Nutrición.
Al conmemorar el Día Mundial de la Alimentación, celebrado el pasado 16 de octubre, el diputado Jorge Federico de la Vega Membrillo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), destacó que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del 2001 al 2010 fallecieron en nuestro país 85 mil 343 personas por desnutrición.
Según El Universal, el desperdicio se da principalmente en las centrales de abasto y los supermercados del país.
En estos sitios cuando los alimentos perecederos como frutas y verduras «ya no están bonitos», se les desecha, siendo una fuente de alimento para alguien más.
Mientras los contenedores de los mercados se llenan al tope, decenas de personas buscan en ellos lo que podría ser su comida o la de sus hijos. Papayas un poco golpeadas cuyo interior aún está dulce, papas llenas de suciedad que tras lavarse resultan un manjar, chiles para una salsa, limones para un agua fresca, chícharos, calabacitas, cebollas, jitomates y mucho más se puede hallar en los basureros de lugares como la central de abastos, a donde acuden diariamente personas que entre lo que otros llaman desperdicios, encuentran lo que llevarán a su mesa.
«TU BASURA, MI TESORO»
Debido al creciente número de pobres y el desperdicio de alimentos, la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA) busca la forma de hacer llegar comida a quienes menos tienes, muchas veces recuperando lo que está a punto de terminar en la basura y que aún está en buen estado.
El pasado 29 de julio la AMBA afirmó que en México hay más de 12 millones de personas en extrema pobreza, por lo que a todos ellos se les podría dar diariamente un kilo de las 30 mil toneladas que se desperdician en el país.
Esther Escárzaga García, procuradora Regional de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos, dijo a Milenio que actualmente existen 66 Bancos de Alimentos en todo el país, con los que se ha logrado rescatar hasta 100 toneladas de productos alimenticios diariamente. Indicó también que la AMBA atiende a un millón 493 personas y trabaja en diversos programas para lograr captar más comida.
Pero, ¿cómo funciona esta asociación?
Antonio Magdaleno Velasco, director de relaciones institucionales de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA), informó a La Jornada que el colectivo busca frutas, verduras y productos industrializados en buenas condiciones que, por diversas razones, ya no se vendieron en supermercados y centrales de abasto, para convencer a los dueños de donarlos.
Una vez que se consiguen los recursos, la organización se encarga de hacer despensas que se entregan cada 15 o 30 días en comunidades pobres o en instituciones de beneficencia pública, a cambio de de una cuota de recuperación del 10 por ciento de lo que realmente vale la ayuda o trabajo voluntario.
Magdaleno Velasco detalló que en 2011 lograron recaudar más de 112 mil toneladas de alimentos, útiles para apoyar todos los días a un millón 300 mil personas, publicó el rotativo.
La pobreza alimentaria no es un problema de abasto, sino de redistribución (…) El alimento está, pero no los hilos conductores, y si los hubiera, podrían reducirse muchos problemas sociales,» dijo.
Por su parte, el presidente de la Coordinadora Nacional de las Fundaciones Produce (COFUPRO), Mauricio Lastra Escudero, señaló, en un comunicado emitido el pasado 20 de noviembre, que si se rescatara 66 por ciento de lo que se desperdicia en México, se terminaría con la pobreza alimentaria de 26 millones de mexicanos, de los cuales 20 millones pertenecen a zonas rurales.
Durante su participación en la reunión del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, propuso que se deben establecer políticas públicas que fomenten la incorporación de los centros de abasto en su totalidad para evitar desechar los alimentos y llevarlos a quienes estén en pobreza alimentaria.
UN FOTÓGRAFO REFLEXIONA
El fotógrafo Joe Buglewicz sabe que su obra «Rotten», en la que retrata comida en mal estado, cubierta de moho, puede causar controversia, pero sus razones para tomar estas fotografías las explicó a HuffPost en un email:
«Realmente sólo quería hacer un documento sobre la comida que estaba descomponiéndose en mi departamento en Brooklyn… más como un recordatorio personal sobre el desperdiciar menos vs. el hecho de dejar intencionalmente que las cosas se desperdicien (sé que algunas personas considerarán polémicas estas imágenes por ello, pero sin duda esto no ocurrió en vano). Después de un tiempo comencé a leer más sobre el desperdicio de alimentos (y cómo está complejamente interconectado) y eso mantuvo con vida el proyecto… eventualmente hará que se desarrolle una visualización más elaborada sobre el desperdicio de comida y sus repercusiones».
Y si bien estas imágenes nos pueden resultar nauseabundas, entendemos el mensaje: hay que hace conciencia, saber que esto es lo que le ocurre a los alimentos que dejamos se descompongan en nuestro hogar y que terminamos tirando a la basura. Es algo que tenemos que mirar y reflexionar. –The Huffington Post