En todo Marruecos, la persistente sequía de los últimos años ha reducido el producto interno bruto en esta economía dependiente de las granjas. Al Gobierno le preocupa que el tema se esté convirtiendo en una amenaza para la estabilidad nacional en el reino, visto como una fuerza constante en una región inquieta y un aliado clave con Occidente en la lucha contra el terrorismo.
Por Reda Zaireg
Marrakech, Marruecos, 5 de noviembre (AP).- Los grifos se están secando en el sur de Marruecos y el Gobierno busca soluciones debido a que la gente está furiosa por la falta de agua.
Los expertos atribuyen a una mala elección de cultivos, al crecimiento poblacional y al cambio climático la escasez de líquido en pueblos como Zagora, donde el mes pasado hubo varias protestas por la falta de acceso al agua potable.
Tras las protestas, 23 personas fueron arrestadas luego de enfrentamientos con la policía y ocho recibieron sentencias la semana pasada de dos a cuatro meses en prisión.
El primer ministro Saadeddine El Othmani emitió una inusual disculpa pública durante una sesión del Parlamento el lunes. “Me disculpo públicamente con la gente de Zagora, porque es responsabilidad del estado”, dijo, prometiendo resolver el problema.
En todo Marruecos, la persistente sequía de los últimos años ha reducido el producto interno bruto en esta economía dependiente de las granjas. Al gobierno le preocupa que el tema se esté convirtiendo en una amenaza para la estabilidad nacional en el reino, visto como una fuerza constante en una región inquieta y un aliado clave con Occidente en la lucha contra el terrorismo.
“El tema del agua siempre ha sido una prioridad para Marruecos, pero hoy, después de dos años de sequía, tenemos que avanzar hacia un nivel superior”, dijo la secretaria de aguas, Charafat Afailal.
La sequía está obligando a la gente de campo a emigrar a la ciudad debido a que el 90 por ciento de los hogares en áreas urbanas están conectados al sistema de agua potable, en contraste con apenas 40 por ciento en zonas rurales.
Zagora no es la única localidad afectada. Los habitantes de Beni Mellal, Khenifra, Taounate y Ouazzane también se han manifestado por no tener acceso al agua potable.
Las lluvias han disminuido y Marruecos país ha experimentado una “aceleración de eventos extremos, que incluyen sequías e inundaciones, una tendencia creciente de olas de calor y de frío y un aumento del nivel del mar”, según un informe del Ministerio de Energía, Minería y Medio Ambiente.