Ciudad de México, 5 de mayo (SinEmbargo).– El cineasta y ganador del Oscar, el mexicano Alfonso Cuarón, agradeció al Presidente Enrique Peña Nieto las respuestas a sus 10 cuestionamientos sobre los alcances de la Reforma Energética que planteó la semana pasada y le lanzó una nueva pregunta: “¿Por qué no debatir?”
“¿Por qué no celebrar al menos tres debates en televisión abierta, en horario ‘prime’ y cobertura amplia, sobre la Reforma Energética y Petrolera en los que se incluyan puntos de vista a favor y en contra y en los que participen expertos en los diversos temas relevantes (económicos, jurídicos, técnicos, medio ambiente, sociales), representantes de los partidos, así como voces independientes de reconocida solvencia intelectual y moral interesadas en el tema?”, preguntó Cuarón quien lamentó la “pobreza democrática” en la discusión de la Reforma Energética.
A inicios de la semana pasada, el director mexicano además de lanzar sus 10 preguntas, afirmó que “el proceso legislativo y democrático de estas reformas fue pobre y careció de una discusión profunda, y la difusión de sus contenidos se dio en el contexto de una campaña propagandística que evadió el debate público”.
Días después, por medio de un amplio documento difundido en la página web de la Presidencia, en su apartado de la Reforma Energética, el gobierno federal respondió a los cuestionamientos del cineasta.
Sin embargo, de nueva cuenta, por medio de un desplegado difundido en algunos diarios de circulación nacional, Cuarón sostuvo que en la aprobación de las Reformas Constitucionales las negociaciones cupulares sustituyeron las discusiones profundas “y la sociedad careció dentro y fuera de los partidos, de un debate participativo y plural”.
“La calidad de una democracia va más allá del proceso electoral. Y va más allá de las discusiones y votaciones en el Congreso. La calidad de un democracia depende en mucho de sus debates públicos”, precisó.
Por ello, Cuarón pidió que de llevarse a cabo estos debates que él propone, deberán ser “comprensibles, eficaces, ágiles, con reglas de debates modernas, en los que este prohibido leer a los participantes, y en los que por supuesto, la participación de los miembros de su equipo sería imprescindible y la suya muy saludable”.
Y finalizó: “Cierro esta, mi última misiva dirigida a usted sobre este tema, esperando presenciar como un ciudadano más, la discusión de altura que nuestro país necesita. ¿Es mucho pedir? ¿Tres debates comprensibles para la ciudadanía que permitan contrastar los diversos puntos de vista sobre una reforma tan trascendente para la nación, para el Mexico de todos los mexicanos?”