Esta nueva entrega de la serie “Artistas en su taller”, presentamos a la pintora estadounidense Tanya Huntington, quien actualmente realiza una serie de cuadros de escritores.
Ciudad de México, 3 de octubre (SinEmbargo).- Tanya Huntington Hyde (Estados Unidos, 1969). Escritora y artista estadounidense, actualmente radica en ciudad de México donde vive con sus dos hijos. Es Managing Editor de la revista Literal: Latin American Voices.
Ha trabajado en televisión y radio públicas en programas sobre cultura y arte. Como escritora y traductora literaria ha colaborado con muchos de los autores más importantes de México y ha publicado artículos en diversos medios, incluyendo el blog de The Guardian para las Américas.
En cuanto a su obra pictórica, sus cuadros figurativos -que exploran los mismos temas que su poesía- han sido exhibidos tanto en México como en Estados Unidos.
Llegó a México por amor y se quedó por lo mismo. Actualmente elabora una serie de cuadros de escritores, el primero de los cuales dedicó a su amigo Juan Villoro.
Le gusta pensar que son muchos los poetas que también pintan y viceversa y se siente una privilegiada por poder pagar la renta haciendo traducciones en su casa, sin tener que cumplir un rutinario horario de oficina.
*El dibujo es mi punto de partida. De hecho tengo una larga serie a lápiz. A la hora de pintar no uso proyección. El dibujo es mi gran preocupación cuando elaboro una imagen y espero que eso se note.
*Nací en una reserva indígena en Dakota del Sur. Mis padres están afiliados al movimiento indigenista americano, los dos provienen de familias agrarias. Mi madre estudiaba Letras Inglesas antes de hacerse abogada. Así que es una abogada, pero también escritora. Aprendí de mi abuela a pintar. Luego nos mudamos a Washington. Tenía 9 años y fue un cambio drástico. Creo que México es la conjunción de esos dos mundos: la reserva indigenista y el corazón del imperio.
*Desde pequeña dibujo, hago teatro, escribo poesía y ahora hago lo mismo. Soy una especie de “freak multidisciplinaria”, eso lo he tenido siempre claro.
*Llegué a México en 1991. En esa época era mal visto ser una artista interdisciplinaria. No se entendía. Las letras se reducían incluso a no hablar de poesía si hacías prosa. Ahora, al contrario, gracias a la revolución digital, todos somos interdisciplinarios.
*Mi primera exposición individual me la dio Pablo Boullosa cuando era gerente de El hijo del cuervo, en Coyoacán. Me encantó porque creo que es como tendría que funcionar todavía el mundo del arte. Por afinidades, por leerse, por verse entre sí. No creo en el mercado del arte, que pesa muchísimo. Es cada vez más difícil surgir de manera independiente.
*Como la mayoría de los artistas, me llevo bastante mal con el mercado del arte, en el sentido de que no puedo vivir, como sí lo hacen otros, de lo que más me gusta hacer. Pero tampoco me quejo. Estamos en un gremio bastante quejica, de hecho. Ya poder pintar es un privilegio. Claro que me gustaría, como alguna vez dijo Derek Walcott, despertarme y pensar sólo en si escribiré un poema o pintaré un cuadro. Tampoco me siento como Charles Dickens que se infartó en el escritorio, tratando de cumplir con las entregas.
*Cuando vendo un cuadro siento sobre todo el placer de que el coleccionista haya visto algo de lo que yo quería plasmar ahí. Una especie de diálogo más allá de la compra venta.
*No me cuesta desprenderme de mis cuadros, más bien estoy ansiosa de deshacerme de ellos. Me quedo con algo de cada serie.
*Soy bastante cuadrada y sólo trabajo con óleo. Tiene una calidad que me fascina y me da una textura que no logro con otros materiales más industrializados. Es más tardado, costoso y complicado, pero no puedo trabajar con otra cosa. También hago videoarte, fotografía, performance, dibujos.
*Soy dispersa por naturaleza. Trabajo fundamentalmente en una serie que explora la naturaleza mexicana y el impacto urbano. Combino un tallo de una planta tradicional con un símbolo de emoticón en el centro, para ver los patrones que se comparten y que se pierden. Viajé muchísimo por todos los rincones de la República. Una exploración a lo Humboldt, una última mirada a una forma de la naturaleza que ya no estará en el futuro, al menos no de esta manera.
*Siempre como extranjera te quedas fuera del radar. Entre los poetas, soy pintora. Entre los pintores, poeta. Y eso es una ventaja en un gremio tan caníbal como el nuestro.
*También elaboro una serie de cuadros de escritores. El primero está dedicado a Juan Villoro, que ha sido muy generoso y paciente conmigo. Tenemos muchas fotografías de escritores, pero no hay pinturas.