Economía

Cada minuto que pasa y Peña no se acerca a China, AL y Europa, el que pierde es México: analistas

03/12/2016 - 12:05 am

México no debe cruzarse de brazos y esperar a que las medidas de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, afecten la relación comercial entre ambos países. Cada minuto cuenta y debe empezar lo más pronto posible a trabajar en cómo diversificar en serio los mercados de Asia, Europa y América Latina, pues no será un proceso fácil ni rápido. Al menos le llevará entre 10 y 20 años y hay mucho trabajo por hacer, dijeron especialistas en negocios y comercio internacional a SinEmbargo.

Ciudad de México, 3 de diciembre (SinEmbargo).- Si México empieza a replantearse una estrategia agresiva para penetrar en los mercados asiáticos y de América Latina, así como para atraer Inversión Extranjera Directa (IED) de esos países, los resultados se verán en un lapso de 10 a 20 años. No hay un camino corto, dijeron especialistas en negocios, comercio y relaciones con China, así como de logística.

A corto plazo no hay mercados que puedan aminorar el golpe que podría sufrir el país si Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos, cumple su promesa de renegociar e incluso cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y de fijar aranceles hasta de 30 por ciento a las importaciones mexicanas, coincidieron en entrevistas con SinEmbargo.

“México perdió una oportunidad de diversificar su comercio, su producción, de favorecer el crecimiento de empresas industriales. Nos conformamos con ser parte de esas cadenas de valor de las grandes empresas. Se tiene que rehacer el sistema productivo en donde el comercio es la última fase. Esto podría llevar entre 15 a 20 años para tener éxito, en lo que se apoya a las empresas nuevas y se empieza a generar infraestructura, financiamiento. El TLC lleva 22 años operando, porque son proyectos a mediano y largo plazos”, dijo José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

México es un país que no sólo envía 80 por ciento de sus exportaciones hacia su principal socio comercial, el vecino del norte, sino que capta 50 por ciento de su IED de esa Nación, seguida de España; el segundo país inversionista más importante con 25 por ciento, y de Holanda, Alemania, Inglaterra y Japón, agregó.

“Sí es importante que México diversifique su comercio, pero no depende únicamente de una decisión de Gobierno. Nuestro país tiene tratados con muchos países, pero eso no es sinónimo de diversificación. Tener otros destinos depende también de las empresas, que vean posibilidades reales, y eso no ha ocurrido hasta hoy a pesar de los acuerdos comerciales”, explicó.

En los últimos días los expertos han puesto sobre la mesa la relación comercial de México con China. Sin embargo los números entre ambos países no son muy alentadores para los mexicanos.

De acuerdo con los datos publicados por la Secretaría de Comercio Exterior de China, la balanza comercial con el gigante asiático es deficitaria para México. En 2015, el comercio total entre ambos países fue de 74 mil 860 millones de dólares, con un déficit para México de 65 mil 114 millones de dólares.

Los datos de la Secretaría revelan que durante el primer semestre de este año el comercio total fue de 55 mil 249 millones de dólares, con un déficit para México de 48 mil 034 millones de dólares.

México exporta a China materias primas como plásticos, metales, minerales y equipos electromecánicos e importa una gran variedad de productos desde circuitos integrados híbridos y dispositivos semiconductores fotosensibles para los paneles solares, como equipos electrónicos, juguetes, productos de óptica, equipo médico, productos plásticos entre otros.

Pero la IED de China es una de las más marginales en el país. De acuerdo con la Dirección General de Inversión Extranjera Directa de la Secretaría de Economía (SE) la inversión acumulada entre 1999 y 2013 sumó apenas los 286.38 millones de dólares (0.08 por ciento del total) con 846 empresas chinas en el país.

Pero las expectativas con China pueden ser muy importantes, debido a que ya existe una relación comercial desde 2003 con ese país, explicó Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“China demanda todos los productos y presenta la mayor dinámica importadora del mundo en los últimos 10 años. China importa vinos, alfombras, tequila, automecánica… todo”, dijo el investigador de la UNAM.

Dussel precisó que México ya ha diversificado su mercado con China, pero que debe plantearse ahora cómo incrementar sus exportaciones a ese país.

“Pero cualquier tipo de exportación a China requiere una inversión a largo plazo y un grupo de medidas, como trabajar con socios chinos y comprender los mercados regionales. Bimbo es un ejemplo: tiene 10 años con una planta en China, conociendo el mercado, los gustos, los usos y costumbres”, explicó.

En cuanto a la atracción de IED del país asiático hacia México, el experto consideró que el Gobierno mexicano no ha promovido adecuadamente al país.

“A las empresas chinas les parece que México es muy caro, que tiene regulaciones, normas que surgen del TLCAN y que otros países no tienen, por lo que les parece más fácil invertir en otros lugares como Brasil. Las empresas chinas no han hecho su tarea, pero tampoco México ha promovido ni le ha dedicado un esfuerzo institucional. En el corto plazo no habrá resultados, pero si invierte hoy, en cinco a 10 años se verán los frutos”, explicó Dussel Peters.

INVERTIR Y DIVERSIFICAR MERCADOS

De ahí que los expertos afirmen que no sólo se requiere la voluntad de sentarse con China y con los países de América Latina para empezar a generar un saldo positivo, pues la diversificación de mercados en serio por parte de México, estuvo abandonada durante las dos décadas que lleva el TLCAN.

“Se tiene que generar la infraestructura para comerciar hacia esas regiones. México no tiene grandes puertos para hacer ese comercio. En términos generales el país tiene que modernizarse y ampliarse. Pero hay un segundo problema: las empresas exportadoras en México están ligadas a las ventas a Estados Unidos por su ventaja logística. México necesita replantear su infraestructura, porque hoy todos los caminos conducen hacia el norte”, explicó José Luis de la Cruz.

Sergio García Martínez, consultor especializado en estudios de factibilidad logística y de instalaciones conexas al transporte, precisó que para exportar a los mercados asiáticos y sudamericanos lo más eficiente es el transporte marítimo en donde México está relativamente preparado.

Los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas cuentan con la capacidad suficiente para el comercio que se realiza hoy con Asia. Lázaro Cárdenas tiene dos terminales de contenedores y dos más que están en proceso. Sin embargo el puerto de Manzanillo tardaría 10 años en ampliarse.

“Ahí tendríamos una capacidad instalada suficiente para cualquier crecimiento que se pudiera dar en el mediano plazo. En el caso de Manzanillo, es el puerto que más contenedores maneja en el país y ya llegó a su capacidad máxima; debe ya desarrollarse su ampliación. Si hoy se empezara esa ampliación estaríamos metiendo el primer barco dentro de 10 años, tiempo para que se diversifiquen los mercados”, consideró.

Además México debe mejorar la interconectividad al interior de país, para facilitar el traslado de los productos de exportación hacia los puertos logísticos.

García Martínez agregó que el país también tiene grandes oportunidades de diversificación con el mercado europeo.

“México debe pensar en sí mismo, mantener su relación con Estados Unidos, enfrentar los desafíos, mientras diversifica sus mercados de exportación, principalmente a Europa y Sudamerica. Dejaría a lo último Japón, Corea y China. En el caso de China hay un bajo costo de producción allá, pero la tendencia es que eso se incremente y que el costo logístico para llegar de China a Estados Unidos se encarezca. Eso daría pauta para situar muchas industrias chinas y coreanas en México”, explicó.

El consultor resaltó que sustituir el mercado de Estados Unidos es un “reto enorme”, pues el país anglosajón representa el 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, con el consumo de importaciones más grande del orbe.

“Cuando Donald Trump esté sentado en la silla presidencial, se dará cuenta que no se pueden desaparecer las cosas de un plumazo. Afectar la relación entre México y Estados Unidos, afectará a los dos países. Si Estados Unidos se cierra, dejará de crecer”, destacó.

Pero en México, dijo José Luis de la Cruz, antes de pensar en cómo enviar productos a los mercados asiáticos o de América Latina, se debe fortalecer el mercado interno para generar una mayor dinámica económica.

“Debemos entender que será complicado que Estados Unidos bloquee el libre comercio. Esta cuestionando el TLC que es distinto. México tendrá que buscar mecanismos de negociación con los norteamericanos; en segundo lugar deberá fortalecer su mercado interno y, en tercero, en un mediano plazo buscar diversificar los vínculos con otros países. Urge una nueva propuesta de modelo económico”, dijo.

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