Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).– Si Donald Trump fuera Presidente de Estados Unidos, va a obligar a México a pagar un muro en la frontera, como dijo; va a incautar todas las remesas derivadas de “salarios ilegales”, como ya abundó. Y ahora, si es necesario, “cancelará las visas a directores ejecutivos y diplomáticos mexicanos”, según reseña hoy The Economist luego de una larga entrevista y una amplia revisión al multimillonario fenómeno electoral, que titula: “El Estados Unidos de Trump: Por qué Donald es peligroso”.
Y más: “Va a deportar a todos los 11 millones de extranjeros que viven en Estados Unidos sin documentos legales (aunque va a tratar de dejar que los ‘muy buenos’ volver rápidamente), y pondría fin a la ciudadanía automática para los hijos de inmigrantes sin papeles legales nacidos en territorio estadounidense. Esto va bien con los activistas indignados que dice que [Barack] Obama ha utilizado sus poderes presidenciales para proteger a millones de migrantes de la deportación, en lo que ven como un asalto tiránico en el imperio de la ley. No hará nada para mejorar el pésimo 27 por ciento del voto hispano ganada por el candidato republicano en 2012”, dice la influyente publicación.
Eso, si llega a Presidente. Aunque puede ser que no llegue. “La fantasía Trump se desvanecerá en algún momento –cree la revista británica–. [Pero] ya puso a esa democracia en un verdadero aprieto”.
Y vaya aprieto. Basta ver las encuestas en el gráfico que difunde The Economist:
Algunos grupos latinos se han empezado a mover. Presente.org, por ejemplo, ha puesto en marcha una campaña nacional para exigir a los fiscales generales de Estados Unidos que tomen medidas para abrir una investigación criminal contra el precandidato republicano a la Presidencia, de acuerdo con la agencia Efe. La organización anunció hoy en su web que ha tomado esa decisión, “en respuesta a una creciente lista de informaciones que apuntan a actos criminales potenciales como el soborno, la incitación a la violencia, la publicidad falsa y el fraude” por parte del magnate.
“Exigimos una investigación criminal completa de Donald Trump por fraude y otros actos que están poniendo en peligro potencial las vidas de las familias y las comunidades latinas y de color", afirmó Arturo Carmona, director ejecutivo de Presente.org. “Todos los días, miles de afroamericanos y latinos son investigados, arrestados y encarcelados por cargos menores o falsos”, señaló Carmona, cuya organización tiene sede en Los Ángeles. “Mientras tanto, hombres blancos ricos y poderosos como Donald Trump alardean de sus hazañas criminales, como sobornar a funcionarios federales e incitar a la violencia, y no pasa nada”.
El grupo activista argumenta que el propio Trump admitió durante el primer debate republicano, celebrado el pasado 6 de agosto ante una audiencia nacional, que ha sobornado a funcionarios públicos de los dos principales partidos políticos. “No ha habido repercusiones o investigaciones criminales, y estas son acciones de odio y posiblemente criminales que son inaceptables. Trump es destructivo para la democracia estadounidense y el Estado de Derecho, y ha provocado actos de violencia contra los latinos”.
“A menudo dirigido a grandes multitudes por el arrogante señor Trump (su récord hasta la fecha, establecido en la profundamente conservadora Alabama, ha sido calculado en 30,000), su discurso describe a un Estados Unidos acosado por problemas simples. Si los estadounidenses que trabajan ya no pueden encontrar empleos para toda la vida en una fábrica, no es porque los mercados o robots emergentes ofrecen una competencia sin precedentes. Es debido a que el país está siendo traicionado por los políticos zoquetes que dejan que los gobiernos extranjeros despiadados los pisen. México es acusado de enviar a sus peores criminales a Estados Unidos. China sólo socava a Estados Unidos porque engaña. ¿Quién debe ordenar tales cosas? ¿Quién, sino el autor de ‘El arte de vender’, el libro de negocios que él llama su segundo favorito de todos los tiempos. (‘¿Sabes cuál es mi primero?’, preguntó a sus seguidores en Michigan. ‘¡La Biblia! No hay nada como la Biblia!”)”, dice The Economist.
El 28 de agosto, Trump visitó el suburbio de Boston Norwood para una reunión en la casa de Ernie Boch, un concesionario de automóviles caros. “No era una parada obvia para un republicano en las primarias; Massachusetts antes votó por un candidato republicano a la presidencia cuando Ronald Reagan estaba en la Casa Blanca. Varias personas de la multitud dijeron que rara vez votan republicano. Pero ellos rugieron con los chistes de Trump, aplaudieron cuando condenó el reciente acuerdo de Obama para frenar las ambiciones nucleares de Irán y aplaudieron su quejas sobre los aeropuertos de Estados Unidos, de ‘tercer mundo’ y los caminos que se desmoronan. Sharon Gannon, un agente inmobiliario y votante demócrata, dijo con entusiasmo que ‘él dice que todas las cosas que estamos tenemos en el pensamiento’. Doug Obey, un asesor financiero, disfrutaba del hecho de que otros republicanos y los medios de comunicación ‘no saben cómo controlarlo [a Trump]’”.
The Economist dice que los líderes republicanos no saben cómo detener a Trump, es en parte su propia culpa. “El suyo, es un gobierno más pequeño, pro-empresarial, que gana las elecciones haciéndose pasar por un insurgente contra el gobierno. Ahora esos líderes se enfrentan a las consecuencias: millones de votantes deslumbrados por un showman que presenta la próxima elección como una toma hostil, ofreciendo devolver el brillo a Estados Unidos como si el Congreso, la Corte Suprema y los límites al poder presidencial fueran meros detalles a negociar”.