Por Daniela Barragán y Xanath Lastiri
Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).– Analistas de la calificadora Moody’s ven un panorama negativo para México y Latinoamérica para el próximo año, enmarcado por elementos macroeconómicos externos, como la caída de los precios del petróleo y las políticas monetarias de Estados Unidos y China.
Durante la 16 Conferencia Anual: México y su desafío ante un entorno económico global incierto, los especialistas coincidieron que en ese contexto las reformas estructurales del Presidente Enrique Peña Nieto para impulsar el crecimiento y desarrollo del país no verán resultados en el corto plazo.
Paloma San Valentín, directora gerente del Servicio de Inversores de Finanzas Corporativas de la calificadora, expuso que el contexto es adverso y no van a mejorar en nada las condiciones, “habrá escenarios de riesgos más que oportunidades y todo puede empeorar”.
En el caso de México, explicó que derivado de la expectativa de un crecimiento global tímido, situación que se prevé a largo plazo, los flujos de capital y de inversión, y las condiciones de crédito se verán afectados, ya que las perspectivas de crecimiento global para 2016 se mantienen en 3 por ciento, y los países exportadores de materias primas, son quienes más resienten las consecuencias.
Por su parte, Mauro Leos, analista soberano de Moody’s Investor Service, destacó que con la caída de los ingresos petroleros en México vienen “tiempos difíciles” para 2016.
En este contexto, Moody’s espera un crecimiento para el país de 2.3 por ciento para la economía mexicana para este año y entre 2.5 a 3 por ciento para 2016.
El economista explicó desde 2013 la actividad económica en el país comenzó a caer por abajo del 4 por ciento, justo cuando hubo cambio de gobierno.
Respecto a la Reforma Energética, Mauro Leos destacó verá resultados en mediano plazo, más o menos a finales del sexenio actual por lo que en los próximos años los ingresos petroleros podrían continuar con la misma tendencia.
En 2015, los ingresos petroleros representaron 18.6 por ciento de las finanzas públicas, en comparación con 40 por ciento durante 2012, dijo ayer el Presidente Enrique Peña Nieto durante el Tercer Informe de Gobierno.
Respecto a los ingresos petroleros, Leos dijo que éstos representan la tercera parte del Producto Interno Bruto (PIB) y que los ingresos tributarios permitieron hacer una balanza por éstas pérdidas.
CUESTIONES INTERNACIONALES
Analistas de la calificadora Moody’s explicaron que entre los principales riesgos para las economías emergentes, incluido México, son la desaceleración global, la volatilidad de los mercados financieros de China, el estancamiento de Europa y la corrupción.
Al respecto, Leos comentó que los bajos precios de petróleo y el tipo de cambio afectan a México de manera importante, pero que es un “mal de muchos” y que las condiciones globales son los “consuelos de países emergentes”.
“Esta situación altera la confianza, la inversión extranjera tiene más riegos, se aprecian los tipos de cambio y el PIB de esos países está sometido a constantes ajustes”, agregó San Valentín.
Por su parte, Susan Knaap, managing director de Moody’s Investors Service, mencionó que la capacidad de maniobra de las autoridades mexicanas se ha reducido sobre todo para mantener la disciplina presupuestal.
México y el mundo atraviesan por un proceso de transición hacia la normalización de tasas de interés, el cual tardará entre dos y tres años, dijo Alberto Jones, presidente y director general de Moody’s México.
Este proceso es complicado, agregó, pues se espera que la normalización de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos será de 25 puntos base, pero eso no es lo relevante, sino el proceso.
Por su parte, Paloma San Valentín, comentó que la economía mexicana se verá beneficiada por la recuperación de Estados Unidos y que el impacto del menor crecimiento del gigante asiático no tendrá el mismo impacto en la región de Latinoamérica, donde Brasil, Perú y Venezuela serán los más afectados por ese entorno porque tiene una mayor relación con China, de lo que tiene México.
De los elementos que la experta consideró, el factor China es el que menos podría afectar al país, dado que de las principales economías del continente, México es quien menos dependencia guarda en materia de exportaciones, que se colocan por arriba del 20 por ciento.
La expectativa de crecimiento global, que se prevé continúe en un largo plazo, influirá en los flujos de capital, de inversión y en las condiciones de crédito. Derivado de este escenario, la expectativa de crecimiento de un 3 por ciento, podría alcanzarse hasta finales de la década; lo mismo sucedería con un precio en el barril de petróleo que pudiera colocarse en 75 dólares.
San Valentín enfatizó en el aspecto de que las condiciones negativas son generales para la región, sobre todo en lo que se refiere a las condiciones crediticias del sector energético y minero. Sin embargo consideró que hasta el momento, el elemento más afectado es la confianza de los inversores, también provocado por el lento arranque de las reformas estructurales.
RECOMENDACIONES PARA MÉXICO
Luis Fonserrada Pascal, Director del Centro de Estudios Económicos de Sector Privado (CEESP), explicó que si el gobierno mexicano busca realmente alcanzar las tasas de crecimiento por arriba del 3 por ciento, debe comenzar por enfocar la política en la generación de empleos bien remunerados.
Habló sobre los 12 millones de mexicanos que están en la brecha laboral, de los 5 millones no ocupados disponibles, y de los 4 millones de subocupados. También de los 80 mil y 100 mil jóvenes que comienzan a buscar trabajo cada mes.
Toda esta demanda que no es atendida, ha provocado que los empleadores puedan tomar la decisión de ofrecer salarios más bajos, es decir, a la precarización del empleo que se vive ya desde hace siete años, en los que se han perdido 3 millones de empleos con un ingreso de más de tres salarios mínimos; tan sólo en 2014, se perdieron 1 millón de esos empleos.
Aunado a esto, desde 2008, la tendencia que va en aumento, es la de los empleos que ofrecen un sueldo que va de uno a los tres salarios mínimos.
Foncerrada criticó que el Gobierno federal, año con año se base en las cifras de nuevos afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para ofrecer cifras de nuevos empleos, cuando éste sólo es un indicador de formalización: “la afiliación no es empleo necesariamente”, agregó.
Al segundo trimestre de 2015, se perdieron 515 mil empleos con un ingreso por arriba de los tres salarios mínimos, que se mitigó con la generación de nuevos. Al respecto, destacó que esa cifra no se debió a los frutos de las inversiones, sino de contrataciones que el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hicieron, la mayoría de ellas, sólo temporales.
En México, en total hay 63.8 millones de mexicanos en pobreza por ingresos; es la “población con ingreso inferior a la línea de bienestar” y conforma 53.3 por ciento o más mitad de la población. De éstos, el 46.2 por ciento pertenece a los 55.3 millones que dice el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) incluye en pobreza multidimensional, más el 7.1 por ciento u 8.5 millones de personas denominadas “vulnerables por ingreso”.
“Esta es la situación del país y del empleo, menos salario, menos crecimiento. Los salarios no se mejoran sólo aumentándolos, ya que México como exportador de manufacturas y problemas con el precio del petróleo no puede hacerlo. La forma es creando empleo, no hay otra solución”, comentó.
Descartó también los programas sociales, “es sorprendente que la pobreza se haya incrementado en 2 millones y que se haya reducido la pobreza extrema solo en 100 mil personas a pesar del increíble gasto que se hizo”.