El glioma es uno de los tumores cancerosos más comunes en el cerebro. Se origina en las células del tejido nervioso que contribuye al funcionamiento de las neuronas y aún no existen tratamientos para esta enfermedad.
Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo/RT).- Los niveles bajos y normales de azúcar en sangre y en los tejidos cerebrales estarían inversamente relacionados con el riesgo de desarrollar glioma, un tipo de cáncer que se localiza en el cerebro o la médula espinal, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports.
"Estos tumores malignos son más comunes en personas con niveles normales de glucosa, que en aquellos que tienen diabetes o exceso de azúcar", comentó Judith Schwartzbaum, líder del equipo de investigadores de la Universidad de Ohio.
El glioma es uno de los tumores cancerosos más comunes en el cerebro. Se origina en las células del tejido nervioso que contribuye al funcionamiento de las neuronas y aún no existen tratamientos para esta enfermedad, cuyos portadores normalmente mueren al cabo de uno o dos años tras el diagnóstico de la enfermedad.
Los investigadores estudiaron los datos de diabetes y de azúcar en sangre de casi un millón de residentes de Suecia y Austria y a poco más de 800 personas se les diagnosticó glioma.
Los resultados mostraron que las personas con niveles altos de azúcar en sangre o diabetes tenían una menor probabilidad estadística de sufrir el glioma que aquellos con niveles normales o bajos.
Schwartzbaum atribuye esta interrelación al factor principal de la diabetes: la alteración en el funcionamiento de la insulina. Esta hormona no solamente regula el nivel de azúcar en sangre, sino que también es un catalizador poderoso de crecimiento. El cerebro de los diabéticos o de las personas con altos niveles de azúcar tiene menos insulina que el de las personas sanas, un factor que podría frenar el crecimiento del tumor y facilitar la reacción inmune al glioma en las fases iniciales de su desarrollo.
Sin embargo, una vez que el tumor se ha 'atrincherado' en el cerebro, comienza a consumir más nutrientes y oxígeno, lo que conlleva a un aumento de niveles de azúcar en la sangre.
Los investigadores abogan por que su descubrimiento sea tomado en cuenta a la hora de diagnosticar y luchar contra el cáncer cerebral, así como en la elaboración del tratamiento y métodos de prevención que impidan que las células cancerosas obtengan más azúcar tras el desarrollo del glioma y evitando su aparición.