Sin licitación de ningún tipo, el gobierno de Miguel Márquez otorgó la concesión de un proyecto carretero multimillonario a Grupo México, propiedad de Germán Larrea, a través de su división de infraestructura a cargo de Julio Francisco Larrea Mena, director de Constructora México.
Por Carmen Pizano
Guanajuato/Ciudad de México, 3 de abril (ZonaFranca/SinEmbargo).– Por primera vez en el gobierno de Miguel Márquez, la concesión de un proyecto carretero multimillonario se asignó de manera directa a un consorcio empresarial, sin un proceso licitatorio o concurso público alguno. Ello ocurre a seis meses de que concluya la administración estatal.
Se trata del libramiento que conectará la carretera Silao-San Felipe con la autopista de cuota Guanajuato-Silao y el Eje Metropolitano con la carretera Silao-León. Una obra estimada en 2 mil millones de pesos que fue asignada para su construcción y aprovechamiento al poderoso Grupo México, propiedad de Germán Larrea, a través de su división de infraestructura a cargo de Julio Francisco Larrea Mena, Director de Constructora México.
La decisión tomada por decreto en plena época vacacional por el mandatario estatal panista, obedeció, de acuerdo con el Secretario de Obra Pública, Arturo Durán Miranda, a la necesidad “de mejorar la conectividad sin que haya inversión pública”, ya que será esta empresa la que absorba todos los gastos.
El 29 de marzo pasado, en plena Semana Santa, se publicó el decreto en el que el Gobierno del Estado concesionaba la construcción del libramiento de aproximadamente 18 kilómetros por 30 años a Sociedad México Proyectos y Desarrollo SA de CV, filial de Grupo México, sin que existiera una licitación.
Según se consigna en el documento oficial, la empresa presentó ante la Secretaría de Obra Pública la solicitud para recibir la concesión del libramiento el 11 de octubre del 2017. Sólo transcurrieron cinco meses de revisión por parte del Consejo de Concesiones, conformado por distintas dependencias del gobierno estatal, para que finalmente, el 16 de marzo se emitera la resolución GTO/SOP/CON-CAR/02.
Pero la empresa ya estaba lista dos semanas antes de la resolución.
Desde el 26 de febrero ante el notario público 151 de la Ciudad de México, Cecilio González Márquez, se constituyó la filial Concesionaria Autopista Silao S.A. de C.V., subsidiaria de la empresa Sociedad México Proyectos y Desarrollo SA de CV. inscrita en el Registro Público de Comercio con el folio N-2018017496.
Como apoderados aparecen Javier Raymundo Gómez Aguilar y el propio Larrea Mena.
En el decreto se expone la posibilidad de que el Gobierno del Estado intervenga de ser necesario, para el trámite de la expropiación e los terrenos que fueran necesarios para liberar el derecho de vía, aunque se señala que en primera instancia los recursos económicos saldría de los concesionarios.
La información del decreto fue difundida ayer por el diario de circulación estatal Correo, propiedad de Pablo Villanueva quien a su vez es presidente del Grupo constructor Vise, mismo que ha fungido como socio contratista en diversos proyectos de infraestructura.
La obra más notable es la del entronque a la autopista León-Salamanca desde el bulevar Timoteo Lozano, asignada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Esta tiene un avance del 50 por ciento, según lo reportado por la concesionaria Grupo México y la constructora Vise.
La obra inició el 31 de mayo de 2017, la empresa Vise obtuvo el contrato de obra que tiene una extensión de 1.3 kilómetros, desde el entronque de la autopista de Salamanca-Aguascalientes.
El entronque conectará con la autopista de León-Salamanca que comprende 93 kilómetros. Hasta el inicio de la obra, la delegación de la SCT informó que para la liberación de terrenos y la construcción se destinaron 172 millones de pesos.
GOBIERNO SE DECLARA INCAPAZ
Al respecto el secretario de Obra Pública, Arturo Durán Miranda, justificó que se haya dado la concesión directa a la empresa que ya opera la carretera Salamanca-León bajo el argumento que la Ley de Concesiones permite al gobierno estatal la operación.
Además, argumentó que fue la empresa la que llegó a solicitar que se le concesionara la construcción del libramiento, después de un estudio que ellos mismos hicieron y encontraron el área de oportunidad para la concesión.
“Es una concesión que no implica ninguna inversión por parte del estado, es un riesgo que está asumiendo el privado para construir una obra de infraestructura en Guanajuato que va a beneficiar la conectividad”.
Durán Miranda negó que el gobierno del estado pueda intervenir en la desafectación de los predios para la construcción.
La concesión para Grupo México es la primera que se da el gobierno del estado durante el actual sexenio.
Arturo Durán Miranda comentó que el costo del peaje del libramiento que ya quedó concesionado será de alrededor de 30 pesos.
“Son aforos diferentes pero consideramos que de la carretera Silao-San Felipe va a superar los 10 mil vehículos diarios, va a estar redundado en 3 mil 500 y 4 mil vehículos diarios en el Eje Metropolitano a la Silao-León”.
LA PRESENCIA DE GRUPO MÉXICO
Presidida por German Larrea, Grupo México es uno de los consorcios empresariales más poderosos de México, basando su mayor influencia en el sector minero.
Según se hizo contar en el proyecto de rendición de cuentas trabajado por El Universal, la familia Larrea inició en la industria del acero y la construcción a través de Jorge Larrea Ortega, quien designó a su hijo para que formara parte en el Consejo de Administración desde 1981. Germán es miembro del Consejo Mexicano de Negocios.
Inició operaciones en 1942 en el sector de la construcción a través de la México Compañía Constructora. Ahora México Proyectos y Desarrollos, es una de la 35 subsidiarias de Grupo México misma que se encuentra en la División de Infraestructura y es dirigida por Francisco Larrea Mena
Desde el 2013, Grupo México ha enfrentado diversos litigios en el campo minero. Desde demandas por incumplimiento con empresas internacionales, laborales y las más graves en el tema ambiental, destacando el derrame de sustancias tóxicas en el río Bacanuchi, ubicado en Sonora.