Desde que entró en vigor el Acuerdo Global entre la UE y México en 2000, el mundo ha cambiado y la citada negociación se desarrolla en un contexto desfavorable al libre comercio. Por eso el país norteamericano -que tiene firmados 12 acuerdos de ese tipo con 46 países- persigue una estrategia de "diversificación", más allá de renovar su relación con Europa.
Por Javier Albisu
Bruselas, 3 abril (EFE).- México inició hoy una nueva ronda de negociaciones con la Unión Europea (UE) para modernizar su Acuerdo Global de libre comercio de 2000, con la intención de alcanzar un pacto este año y combatir así la "incertidumbre" que generan los vientos proteccionistas que soplan desde Estados Unidos.
"El elemento que la UE y México tienen que combatir es la incertidumbre. No sabemos qué va a hacer Estados Unidos, no sabemos qué rol va a jugar China, no sabemos muchas cosas...", comentó en una entrevista con Efe el subsecretario de Economía de México, Juan Carlos Baker.
El funcionario consideró que ambas partes tienen la "responsabilidad" de cerrar su pacto en "un contexto en que parecería que todo está apuntando en contra", y la obligación de "hacerlo pronto porque el proteccionismo, si no tiene algo que se le enfrente, como es este acuerdo, va a avanzar más".
La nueva ronda de negociaciones, la tercera entre ambos socios, concluirá el próximo 7 de abril y uno de sus objetivos es fundir los diferentes aspectos de la negociación en un único borrador.
La Unión Europea es actualmente el tercer socio comercial de México, tras Estados Unidos y China, con una cuota de en torno al 8 por ciento en 2015, mientras que México fue en ese ejercicio el segundo mercado de las exportaciones europeas, por detrás de Estados Unidos y con una cuota del 1.5 por ciento y una plusvalía de unos 14 mil 400 millones de euros.
El objetivo es llegar a un pacto este año porque es "técnicamente posible" y no porque en 2018 haya elecciones presidenciales en México, señaló Baker, quien aseguró que "la negociación continuará, independientemente de procesos políticos" en uno u otro territorio.
Entre los puntos más complejos de las conversaciones están el sector servicios y, particularmente, el ámbito agrícola.
"El comercio de bienes industriales está exento de aranceles desde 2008. En bienes agrícolas es donde todavía hay mucho espacio para acrecentar nuestro comercio (...). Incluso en un tema que tradicionalmente es muy sensible, como es el comercio agrícola, ahora ambas parte tenemos el interés de avanzar ahí", dijo Baker.
Otro de los desafíos pasa las indicaciones geográficas (denominaciones de origen) que la UE tiene interés en proteger y que requerirá que la legislación mexicana pase por "un ajuste" y actualice su "marco jurídico local".
"No podría decir ahorita que vamos a reconocerles 10, 15, 20 ó 50 denominaciones. Eso es algo que todavía se tiene que discutir", señaló el subsecretario de Economía mexicano.
Desde que entró en vigor el Acuerdo Global entre la UE y México en 2000, el mundo ha cambiado y la citada negociación se desarrolla en un contexto desfavorable al libre comercio. Por eso el país norteamericano -que tiene firmados 12 acuerdos de ese tipo con 46 países- persigue una estrategia de "diversificación", más allá de renovar su relación con Europa.
Por ejemplo, lograr que los 11 países que firmaron junto a EEUU el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP), como Canadá, Australia, Chile, Japón o Malasia, puedan "rescatar" ese pacto tras la reciente retirada de Estados Unidos ordenada por su presidente, Donald Trump, que Baker juzgó como "muy lamentable".
Además, México quiere consolidar el acuerdo vigente que libera el 92 % del comercio entre México, Chile, Perú y Colombia, y también "profundizar" en la "modesta" relación comercial con Argentina y Brasil, así como aprovechar las oportunidades de la región Asia-Pacífico, con la referencia del tratado de libre comercio con Japón en vigor desde 2005.
Por parte europea, donde las fuentes confirman la misma vocación de "avanzar deprisa en el proceso de negociación", desde el acuerdo con México de 2000 la UE ha rubricado acuerdos de libre comercio más modernos con Corea del Sur, Singapur y Canadá, de forma que la relación "preferencial" con México puede quedar eclipsada por nuevos pactos firmados por ambas partes con otros socios.
A ello se suma que México tiene firmados acuerdos de inversión bilateral con 16 Estados miembros de la UE, aunque con diferentes ambiciones y condiciones, lo que genera distorsiones.
Bruselas toma como referencia el reciente acuerdo de libre comercio con Canadá conocido como CETA que, más allá de levantar aranceles, acuerda reconocimientos comunes en ámbitos como la homologación de productos o la educación, por ejemplo.
Y si la incertidumbre mexicana viene en gran medida desde Washington, la europea tiene su epicentro en Londres y la negociación de salida del Reino Unido de la UE.
México no negocia por ahora con los británicos en paralelo, pero deja la puerta abierta tras el "brexit".
"Hemos tenido pláticas donde se ha transmitido este mensaje: Cuando el Reino Unido esté listo, México estará disponible", indicó Baker.
Por otra parte, Baker indicó que es primordial llegar a los acuerdos con la UE, publica hoy la agencia Reuters "Ahora no hay otro tema, ninguna otra negociación en la agenda comercial de México es como ésta", señaló Baker.
Tras la elección de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos, se reforzó la necesidad de México de disminuir la dependencia que tiene México en importaciones y ante la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles a las importaciones de México, Baker dijo a Reuters , que un acuerdo con la Unión Europea es más necesario ante las actuales circunstancias, y añadió que espera que éste acuerdo podría alcanzarse en este año.