En México la falta de regulación sobre los productos chatarra y refrescos han hecho que el número de infartos siga en aumento. Asociaciones piden al Gobierno aplicar medidas de salud alimentaria.
Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).- Una docena de organizaciones civiles y asociaciones respaldaron, en el marco del Día Mundial del Corazón, las propuestas de la Alianza por la Salud Alimentaria para reducir el consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, por su estrecha relación con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
"Hay muchos estudios epidemiológicos que encuentran una relación entre consumo de bebidas azucaradas y enfermedades cardiovasculares. Estos estudios te indican que hay una relación pero se necesitan hacer estudios clínicos. Y los estudios clínicos controlados como los de la doctora [Kimber] Stanhope ya encuentran una causa efecto entre el consumo y enfermedades del corazón", dijo Alejandro Calvillo Unna, director de El Poder del Consumidor (EPC) a SinEmbargo.
México es el único país, de los 34 que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en donde los infartos al miocardio siguen en aumento, acusaron las organizaciones.
Es por esto que exigieron al Gobierno tomar cartas en el asunto y aumentar al 20 por ciento el impuesto que recae sobre los refrescos, que actualmente ronda en el 10 por ciento. Es decir, pasar de uno a dos pesos por litro.
“Esta cifra permitiría las reducciones necesarias en el consumo de estos productos para disminuir la carga por enfermedades crónicas no transmisibles en México, en particular diabetes y cardiovasculares”, expusieron en una misiva.
Hasta ahora el impuesto ha logrado reducir el consumo de refrescos en un 6 por ciento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). "No hay una política integral. Esta bien lo del impuesto pero tendría que ser superior. Esta política se quedó a medias”, explicó Calvillo Unna.
El sobrepeso y obesidad aquejan al 70 por ciento de la población mexicana. Esto conlleva a que el sector salud gaste más de la mitad de sus 134 mil millones de pesos asignados de este año para atender las comorbilidades de la obesidad.
La organización El Poder del Consumidor, que forma parte de la ASA considera que el problema del destino de los recursos es que las autoridades siguen pensando en paliar los efectos y no en reforzar una estrategia de prevención del sobrepeso y la obesidad.
“Está la prevención muy rezagada, ineficiente, desarticulada, y eso debería de llevar a una política de aumentar el impuesto a las bebidas azucaradas que es el principal daño”, dijo recientemente Calvillo, quien agregó que la industria de refrescos ha tomado las decisiones de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
ÉNFASIS EN NIÑEZ
Las asociaciones recordaron la necesidad de asegurar el acceso a bebederos en lugares públicos y escuelas, la construcción de instalaciones deportivas y crear programas de actividad física para paliar la epidemia del sobrepeso.
En el caso de la Secretaría de Educación Pública, de un millón 857 mil docentes en México, sólo el 2.97 por ciento son maestros de Educación Física.
Por otra parte, de 205 mil (el país cuenta con 254 mil 458) escuelas censadas en el 2013 son 81 mil 380 las que tienen instalaciones deportivas en uso. Esto representa el 39 por ciento.
Las asociaciones indicaron que es sobretodo en las escuelas y en la televisión donde la publicidad de la comida chatarra y refrescos debe ser regulada.
Los infantes de este país pasan 4 horas y 34 minutos frente al televisor cada día, de acuerdo con datos oficiales. EPC resaltó que esto es preocupante si se considera que México cuenta con el mayor índice de obesidad infantil en el mundo, con 4.1 millones de escolares conviviendo con este problema.
Algunos productos que llenan los criterios nutrimentales de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitario (Cofepris) en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de Publicidad están lejos de cumplir con los lineamientos de productos sanos para un niño fijados por la Organización Panamericana de la Salud.
“El criterio mexicano permite que un producto que contenga hasta treinta gramos de azúcar por 100 gramos pueda ser publicitado, cuando la recomendación de la OPS [Organización Panamericana de la Salud] es que tenga un contenido menor de 5 gramos de azúcar, es decir seis veces menos”, dijo en su momento Fiorella Espinosa De Candido, coordinadora de salud de EPC.
Otra propuesta fue el refuerzo del etiquetado que debería ser más estricto.
Las 12 asociaciones señalaron que el consumo de bebidas azucaradas aumenta no sólo el riesgo de obesidad y el de diabetes, sino también el de padecer problemas cardiovasculares que son la primera causa de muerte en el país. Se estima que suceden entre 250 mil y 280 mil infartos al año. Cada hora ocurren 32, hizo hincapié la Asociación Nacional de Cardiólogos de México esta semana.
Asociaciones firmantes:
• Asociación Nacional de Cardiólogos de México
• Asociación Nacional de Cardiólogos al Servicio de los Trabajadores del Estado
• La Sociedad Nacional de Ecocardiografía de México
• La Sociedad de cardiología intervencionista de México
• La Asociación Mexicana para la Prevención de la Ateroesclerosis y sus complicaciones
• La Sociedad Mexicana de Cirugía cardiaca
• La Asociación Nacional de Cardiólogos del Centro Médico La Raza
• La Casa del Corazón
• La Fundación Interamericana del Corazón México
• La Iniciativa para la protección del corazón de la mujer
• La Alianza por un corazón saludable y la Sociedad Mexicana de Electrofisiología y Estimulación Cardiaca