En una primera reunión en 2015 se discutió el tema de obtener información del crimen organizado ruso y un año después, los posibles vínculos rusos con la campaña.
Nueva York, 2 de septiembre (EFE).- El Departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI intentaron, entre el 2014 y el 2016, que el millonario ruso Oleg Deripaska, con vínculos con el Kremlin, fuera informante del Gobierno, en un intento por obtener información sobre el crimen organizado en su país y luego de la intervención en las elecciones de 2016.
En los esfuerzos estuvieron involucrados el degradado funcionario de Justicia por mentir, Bruce Ohr y Christopher Steele, exespía británico informante del FBI que preparó el dossier sobre la investigación financiada por los demócratas al ahora presidente Donald Trump, según información del New York Times de la que se han hecho eco varios medios.
En una primera reunión en 2015 se discutió el tema de obtener información del crimen organizado ruso y un año después, los posibles vínculos rusos con la campaña, de acuerdo con el Times, que cita fuentes vinculadas con el oligarca ruso, fundador de En+ Group, uno de los mayores operadores energéticos en Siberia.
Se destaca que este intento de reclutar a Deripaska fue parte de una iniciativa amplia que intentó obtener la cooperación de varios de los hombres más ricos rusos, la mayoría con vínculos con el presidente Vladimir Putin,y que al parecer no tuvo éxito.
Steele fue el responsable de facilitar las reuniones entre ambas partes y la primera ocurrió en 2015 durante un viaje a Rusia a la que asistió Ohr, en la que presionaron a Deripaska sobre los vínculos entre el crimen organizado en ese país y el gobierno del presidente Putin, y otros temas, según las fuentes de rotativo.
Deripaska les aseguró que sus teorías no tenían fundamento y que no reflejaban cómo en Rusia se hacían las cosas y no estuvo de acuerdo con una segunda reunión.
Pero, los oficiales estadounidenses contactaron al ruso en septiembre del 2016, dos meses antes de que se comenzara la investigación de la alegada intervención rusa en la campaña electoral.
De acuerdo con los informantes, agentes del FBI se presentaron una noche en la residencia del millonario ruso en Nueva York y le interrogaron esta vez sobre Paul Manafort, un exsocio comercial suyo, con el que había tenido discrepancias, y que luego fue el presidente de la campaña de Trump.
Querían saber si Manafort había sido enlace entre Rusia y la campaña de Trump, lo que el oligarca ruso rechazó así como el que existieran tales vínculos. Poco después, Manafort dejó la campaña de candidato republicano.
Los contactos entre Ohr, que recientemente se ha convertido en blanco de los ataques de Trump, y Steele están detallados en correos electrónicos y notas del funcionario de Justicia, señala además el rotativo.
Ohr comenzó a ser blanco de las críticas del presidente después de que se supiera, en el marco de las investigaciones sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016, que había estado en contacto con Steele.