El culpable de plantar la semilla en su conciencia fue George Takei, intérprete del comandante Sulu en la saga original e importante defensor de los derechos LGTB en la gran pantalla. Han tenido que pasar otros veinte años para que, en la secuela dirigida por Justin Li, el piloto de la USS Enterprise se muestre abiertamente gay en una escena que brilla por su elegancia.
Por Mónica Zas Marcos
Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo/ElDiario.es).- "Nunca fui alguien que persiguiera a los maricas, pero mi actitud hacia la homosexualidad ha cambiado". Gene Rodenberry admitió en una entrevista en 1991 que al principio le horrorizaba incluir personajes LGTB en su preciada Star Trek.
La serie estaba pasando por un momento de audiencias flacas y el director creía que convertirse en la nueva franquicia activista empeoraría los números rojos. Sabía que una buena facción de fans no iba a reaccionar bien ante los cambios de sexualidad o demasiados alardes de tolerancia, pero esta disyuntiva le persiguió durante más de veinte años.
El culpable de plantar la semilla en su conciencia fue George Takei, intérprete del comandante Sulu en la saga original e importante defensor de los derechos LGTB en la gran pantalla. Han tenido que pasar otros veinte años para que, en la secuela dirigida por Justin Li, el piloto de la USS Enterprise se muestre abiertamente gay en una escena que brilla por su elegancia.
En la secuencia " welcome-home kiss", Sulu se reúne con su pareja y la hija que tienen en común, le da un fugaz beso en los labios y se alejan de la mano.
Sin embargo, Takei no ha recibido este homenaje con los brazos abiertos porque, según el actor, " es un giro desafortunado de la creación de Gene Roddenberry". Aunque el Sulu primigenio no apoye el cambio de su personaje, sí admite que es importante abanderar la diversidad sexual en una saga de gran calado cultural. Y los seguidores de Star Trek han aplaudido sus palabras.
Pero este libre albedrío no ha sido siempre tan bien acogido, como muestra el linchamiento racista y machista que han sufrido las nuevas Cazafantasmas (incluso antes de su estreno en cines). Eso tampoco supone un escollo para las productoras de cine fantástico y dibujantes de cómics que quieren apostar por las caras nuevas, un cambio de nacionalidad o algún guiño LGTB en los superhéroes de siempre. Respecto a esto, la "Comic-Con" ha dado algunos titulares, pero es Marvel la que está virando sin frenos hacia la inclusión con algunos de sus iconos más clásicos. ¿Estrategia comercial o compromiso con la pluralidad?
Terminar con el Marvel So White
El famoso guionista de Marvel Cómics, Mark Millar, contó en una entrevista cómo el agente Nick Furia pasó de ser un blanquísimo veterano de guerra a Samuel L. Jackson en la adaptación al cine. Mientras trabajaba en 2002 en la serie "The Ultimates", Millar decidió que Furia debía parecerse al protagonista de Pulp Fiction, y así lo dibujó sin pedir permiso a la firma ni al propio Jackson. Más de una década después, cuando la idea cuajó y Marvel se recuperó de la bancarrota, el dibujante se disculpó con el actor en el rodaje de Kingsman: servicio secreto por haber robado sus derechos de imagen. "¿Cómo? Ni de coña tío, gracias por el contrato para nueve películas", dijo Jackson entre carcajadas.
Furia siempre será recordado como la transformación racial más exitosa de un cómic, la que consiguió romper este universo homogéneo desde sus cimientos. Así, de la mina de otro de los grandes revolucionarios del mundo Marvel nació Miles Morales, el primer Spider-Man negro. El dibujo vio la luz en 2011 junto a su correspondiente horda de detractores, que lo acusaron de buscar la promoción del presidente de Estados Unidos (EU). Pero Brian Michael Bendis creó a este adolescente mestizo cuando Barack Obama apenas soñaba con el despacho Oval y mucho antes de que "Peter Parker" necesitase un reemplazo.
De padre afroamericano y madre puertorriqueña, Morales prometía llegar más lejos que su predecesor latino Miguel O'Hara, del fallido cómic "Spider-Man 2099". Bendis también quiso explorar la difícil combinación de superpoderes y hormonas adolescentes, sumado a los estigmas raciales y los dramas familiares. "Muchos niños no pueden jugar a Batman o a Superman con sus amigos porque no se parecen a esos superhéroes, pero siempre podrán ser Spiderman", declaró su autor en una entrevista.
Pero ni siquiera hace falta que la primera versión del héroe haya muerto (en las viñetas) para que surja su relevo racial. En el caso de Hulk, el joven chino Amadeus Cho ha arrasado con Bruce Banner como la gran masa verde de los cómics, pero no le ha hecho desaparecer. En una versión más madura, sus creadores decidieron hacer una serie sobre la vida del científico sin su monstruosa fuerza. Una fórmula inteligente para fundir los dos caracteres y que ha despertado el debate sobre si Miles Morales y Peter Parker llegarán a compartir oxígeno en el papel.
Lo que sí sabemos es que Morales formará parte de un nuevo e improbable equipo de Vengadores que propone un lavado de cara a la formación de 1963. Esta liga de extraordinarios no nata incluirá también al querido Sam Wilson (Aka Falcon), ahora tornado en polémico por enfundarse el traje del primer Capitán América negro. Los seguidores de la serie estaban acostumbrados a verle en compañía del simbólico Steve Rogers, por lo que este cambio fue visto como una "innecesaria suplantación" por los fans más severos. Pero otros celebraron que Marvel premiase con un rol tan mítico a uno de los personajes mejor valorados de su universo.
No en vano, Sam Wilson es uno de los primeros superhéroes afroamericanos. El título primigenio lo ostenta Pantera Negra, cuya primera viñeta data de 1966 en el tomo 52 de Los cuatro fantásticos. Después de muchos años metido en la trastienda, el rey africano T'Challa ha visto la luz del celuloide en Capitán América: Civil War y la productora ha confirmado su propio spin-off para noviembre del año que viene.
Pero el líder supremo no vendrá solo, le acompañará su clan femenino de panteras, encabezado por la pareja de guardianas Ayo y Aneka, que ya tienen en el horno su primer cómic. La escritora feminista Roxane Gay ha sido la encargada del guión de esta nueva apuesta. "Nunca habría rechazado la oportunidad de escribir sobre mujeres negras y lesbianas negras en el universo de Marvel", declaró Gay, famosa por su ensayo Bad Feminist.
Las adolescentes reinventan al "cachas"
La última exclusiva anunciada por la factoría supone una mezcla de las anteriores estrategias para reinventar una saga de por sí solvente. Ante la pregunta de quién será el próximo Iron Man, Marvel dejó boquiabierta a la prensa con la imagen de Riri Williams bajo la armadura de Tony Stark. No se sabe mucho más de esta adolescente afroamericana y superdotada, de pronto convertida en el personaje más taquillero de Marvel: tan solo la polémica. "Cuando creas nuevos personajes, siempre vas a tener gente poniéndose paranoica con que vas a arruinar sus infancias", respondió de nuevo Brian Michael Bendis, experto en encajar los ganchos con su mencionado Miles Morales.
El traspaso de la niñez a la vida adulta, aderezando los superpoderes con un humor crispado, también lo vive la nueva heroína Kamala Khan. Esta joven paquistaní criada en Seattle, en el seno de una familia musulmana, tendrá que asumir su nueva identidad mientras afronta los típicos problemas de ser norteamericana de "segunda generación". Kamala también tendrá su rol en los nuevos Vengadores, junto al Spiderman mestizo, el Capitán América negro y la -todavía más controvertida- chica Thor. Esta última ha sido la particular cabeza de turco del grupo, ya que su cambio de sexo no ha sentado nada bien a los amantes del héroe nórdico.
"¿Thor? ¿Me estás vacilando? Las malditas feministas lo están arruinando todo. Thor es un tío", dice el villano Absorbing Men, al que se enfrenta esta Diosa del Trueno en uno de sus pasajes. Su creador, Jason Aaron, se adelantaba así a los comentarios despectivos que ha tenido que soportar su nueva criatura en la Red. En cualquier caso, la diversidad propia del siglo XXI no iba a tardar en alcanzar a los héroes del siglo anterior. Una muestra de que, para avanzar hacia el futuro, a veces hay que echar otra mirada sobre los mitos del pasado.
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