Microhistorias: Salud, dinero y amor ¡Venga el 2016!

02/01/2016 - 12:01 am

Recién recibimos al Año Nuevo, y según la tradición algunas personas realizan rituales para que los siguientes 365 días superen el ciclo anterior, ¿de dónde nació la costumbre de hacer un brindis, comer uvas y usar calzones rojos?

Foto: shutterstock
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Ciudad de México, 2 de enero (SInEmbargo/Wikiméxico).- La superstición, según la definición del Diccionario de la Real Academia Española, es una “creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón, fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo. Es una especie de vicio que la mayoría de las personas oculta, pero que en ciertas épocas se vuelve popular por ser parte de las costumbres”.

Nadie negará haber sucumbido, alguna vez, ante los encantos de un ritual de Nochevieja. Estas acciones que religiosamente se repiten cada año, según la creencia, determinan la suerte que nos perseguirá en el año naciente.

Casi todos los asistentes a una cena de año nuevo se presentarán con una moneda dentro del zapato y ataviados con la consabida ropa interior roja -para atraer al amor- o amarilla -para atraer el dinero-, y colocada al revés -para que el efecto sea más poderoso-.

Estos detalles en el atuendo son los indicados para estelarizar la serie de afortunados eventos que nos prometen un año próspero en salud, dinero, amor y felicidad.

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Todo se desencadena con las doce campanadas, a cuyo toque, primero se dará un beso y luego se atragantarán con las doce uvas que representan un buen deseo por cada uno de los meses. A continuación se realiza un brindis, siempre procurando ver con ojos muy abiertos y directo a los ojos de los demás, so pena de sufrir siete años de mal sexo.

Una de las explicación del supuesto origen de esta tradición data de 1909, cuando en España los viticultores cosecharon una cantidad excesiva de uvas y al no saber qué hacer con ellas decidieron regalarlas en los pueblos argumentando que comerlas sería de buena suerte. Para su sorpresa, la predicción se cumplió. Al año siguiente la gente quiso comprar las uvas para la celebración.

Lo que sigue es tomar una maleta –llena de objetos significativos que correspondan a las actividades que se desean realizar durante el año- para salir a dar una vuelta a la cuadra, si es que queremos gozar del privilegio de viajar en el año que se avecina.

Al regreso –de preferencia aún dentro del primer minuto del año- se deben regar lentejas en la entrada principal de la casa, que sirven para atraer prosperidad. Luego hay que tener a la mano una escoba para barrerlas siempre hacia fuera, ahuyentando así los malos espíritus.

También hay otras tradiciones que tienen que ver con la superstición, que se realizan de manera más específica en algunas zonas del país. Por ejemplo, en Oaxaca, los jóvenes zoques se disfrazan de “huehues” –viejos- y queman simbólicamente al año viejo y después salen a celebrar en comparsa por las casas de la comunidad.

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