LA OPINIÓN

“Si regreso a Juárez, me matan”, denuncia escritora y activista refugiada en Estados Unidos

01/11/2015 - 3:53 pm

La escritora y activista Dolores Dorantes se ha refugiado en Los Ángeles y El Paso después de que fue amenazada de muerte por hombres armados en Chihuahua. Esta es la tercera parte de una serie de relatos de mujeres que huyeron de la violencia en México y pidieron asilo político en EU.

Dolores Dorante en El Paso. Foto: Cortesía
Dolores Dorante en El Paso. Foto: Cortesía

Por Isaias Alvarado

Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo/La Opinión).– La activista y escritora Dolores Dorantes colaboraba con tantos grupos feministas en Ciudad Juárez, Chihuahua, y su pluma era tan crítica del gobierno en sus columnas publicadas en un diario nacional, que aún desconoce el motivo preciso por el que sujetos armados entraron a su casa para amenazarla el 10 de marzo de 2011.

Dorantes lo tomó muy en serio porque algunos de sus compañeros de lucha habían sido asesinados y su amiga Norma Andrade, dirigente de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, fue el blanco de distintos atentados. Después de huir de la ciudad, la casa de Andrade fue incendiada.

Dolores Dorantes es una de las miles de mexicanos que han solicitado asilo en EU ante la violencia en su país. Foto: Cortesía
Dolores Dorantes es una de las miles de mexicanos que han solicitado asilo en EU ante la violencia en su país. Foto: Cortesía

Aunque no le avisó a nadie que se iría a El Paso, Texas, Dorantes no llegó sola a la garita. Unos tipos la esperaron en el cruce fronterizo para advertirle que alguien la quería ver muerta. “Me dijeron que ya les habían pagado para desaparecerme”, dice. “Conocían toda mi información personal”.

Lo más difícil no fue despegarse de sus lazos afectivos y materiales con Ciudad Juárez, afirma, sino sanar las secuelas de la persecución, que también incluyó cateos ilegales y robo de documentos, la constante presencia de militares y policías frente a su casa, y el aparente espionaje telefónico.

Fueron tres meses de exorcismo en El Paso. “No soportaba tener a alguien atrás de mí”, contó.

SU ARRIBO A LOS ÁNGELES

Su segunda escala fue Los Ángeles, donde la arropó un grupo de artistas locales. En esta ciudad ella realizó lecturas de su poesía y compartió fragmentos de sus libros a través de expresiones artísticas. Aún estaba nostálgica del lugar donde pasó 25 de sus 42 años, cuando supo que no podía regresar.

Su amiga, la activista Andrade, fue atacada otra vez en Chihuahua, en diciembre de 2011, como lo detallaron varios medios. “Esa vez le dieron cinco balazos, no murió afortunadamente pero fue una alerta para mí”, dice.

A mediados de 2012, con el respaldo del grupo Public Counsel, Dorantes obtuvo el asilo político de Estados Unidos.

Ese año 10,714 mexicanos pidieron refugio pero sólo 113 casos fueron aprobados.

“Varios compañeros fueron asesinados”, señala la escritora. “Si regreso a Juárez me matan”.

La escritora y activista Dolores Dorantes tuvo que buscar refugio en Estados Unidos ante la amenaza de muerte. Foto: Cortesía
La escritora y activista Dolores Dorantes tuvo que buscar refugio en Estados Unidos ante la amenaza de muerte. Foto: Cortesía

CIELO PORTÁTIL

Dorantes, quien ahora se ha establecido en El Paso y desde ahí coordina su organización Cielo Portátil, no cree ser una víctima de la guerra contra las mafias, sino del “cártel de las corporaciones”.

“Es una guerra que tiene intereses más profundos y se está utilizando al narco como una excusa para desplazar a cientos de personas y despojarlos de sus tierras y crear un nuevo orden en México”, dice.

Este mes saldría su último libro, “Estilo”, que escribió en su autoexilio, en El Paso.

“Habla precisamente de la guerra y de la persecución en general, porque parte de lo que yo sostenía en mis columnas es que hay una guerra mundial, no me parece que la guerra contra el narco sea una ‘verdad’”, reflexiona.

A Dorantes le preocupa que cuatro años después de su salida la situación aún sea complicada para todo aquel que cuestione al gobierno en Ciudad Juárez. “Los activistas de derechos humanos y los periodistas siguen siendo asesinados, perseguidos, intimidados”, dice. “Ese plan sigue en marcha”.

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